En plena ola de calor, mientras las temperaturas han batido récords históricos en junio en muchos municipios de España, hay un grupo especialmente vulnerable al que el calor no solo incomoda, sino que lo pone en riesgo real. Las personas mayores, a partir de los 70 y especialmente desde los 80 años, sufren con mucha mayor intensidad los efectos del calor extremo. De hecho, el 98% de las muertes atribuidas al exceso de temperatura corresponden a este grupo de edad.
¿Por qué su organismo reacciona de forma tan distinta? ¿Qué señales deben encender nuestras alarmas? ¿Y qué papel juega la soledad veraniega o algo tan cotidiano como una caída? Hoy hablamos con el geriatra Pedro Manuel Sánchez Jurado (@pedrotugeriatra) para comprender por qué el calor puede ser letal en la vejez y por qué, aunque pase desapercibido, es un enemigo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Cómo afecta el calor extremo a las personas mayores en comparación con otros grupos de edad?
De forma muy significativa. El 98% de las muertes por exceso de calor corresponden a personas mayores. El salto de riesgo es abismal entre los 70 y los 80 años. A partir de los 80, el riesgo de fallecer por calor es ocho veces mayor que antes de esa edad. Es un punto de inflexión claro. Aunque hoy con 80 años muchas personas siguen activas, fisiológicamente son más vulnerables al estrés térmico.
¿Qué riesgos médicos son más frecuentes en mayores durante las olas de calor?
El calor actúa como un acelerador de enfermedades previas. Aumenta la vasodilatación y la sudoración, lo que puede causar deshidratación, hipotensión, síncopes y caídas. El año pasado, las caídas fueron la principal causa de muerte externa, por encima del suicidio. También se agravan patologías como EPOC, neumonías o infecciones urinarias. Además, hay más descompensaciones en diabetes y alteraciones del estado mental como confusión o irritabilidad.

El verano puede generar soledad no deseada pero también es una oportunidad para que los mayores puedan ir al pueblo o de vacaciones con sus familias
¿Por qué han aumentado tanto las caídas y qué implicaciones tienen?
El envejecimiento de la población, especialmente con la llegada del baby boom a la vejez, incrementará los casos. Las caídas son multifactoriales y muchas veces infravaloradas, pero una fractura de cadera, por ejemplo, es gravísima: el 33% de quienes la sufren mueren en el primer año, y el 50% no recupera su funcionalidad previa. Son eventos que cambian vidas.
Muchas personas mayores no sienten sed aunque estén deshidratadas. ¿Por qué?
Es un cambio fisiológico del envejecimiento. El hipotálamo, que regula la sed, deja de funcionar tan eficientemente. Además, si tienen problemas funcionales o movilidad reducida, a veces no pueden acceder al agua aunque la deseen. Todo esto se agrava con una termorregulación más deficiente y menos reservas funcionales.
Para los mayores en verano hay que evitar comidas pesadas y priorizar alimentos frescos: frutas, verduras, ensaladas, gazpachos
¿Qué señales pueden alertar a familiares o cuidadores de una posible deshidratación?
Piel más caliente de lo habitual, apatía o, al contrario, irritabilidad en personas normalmente tranquilas. Son signos sutiles, pero muy relevantes.
¿Se debe adaptar la dieta en verano?
Sin duda. Hay que evitar comidas pesadas y priorizar alimentos frescos: frutas, verduras, ensaladas, gazpachos (el líquido, no el manchego). Estos alimentos hidratan y aportan vitaminas y sales. Comer platos calóricos en verano eleva el metabolismo y la temperatura corporal, justo lo que queremos evitar.

Pedro asegura que la prevención es clave y que debemos estar muy pendientes de nuestros mayores en verano
¿Cómo influye la soledad veraniega en la salud emocional y física de los mayores?
Mucho. En verano se rompen rutinas, cierran centros de día y los familiares se van de vacaciones. Eso puede generar soledad no deseada, sobre todo en ciudades. Pero también es una oportunidad: si los mayores pasan el verano en el pueblo con la familia, están más acompañados. Para quienes se quedan solos, recomiendo monitorización con cámaras, sensores o llamadas frecuentes. No se trata de vigilar, sino de cuidar.
¿Cómo afecta el calor a personas mayores con demencia o Alzheimer?
Pierden rutinas cognitivas si cierran los centros de día o si los familiares no les estimulan. Dos meses sin esa rutina pueden suponer un retroceso significativo. También puede haber más trastornos conductuales, cambios de humor, insomnio… Todo ello puede desestabilizarles mucho.
Es fundamental que mantengan sus rutinas: desayunar, comer o acostarse siempre a la misma hora ayuda a conservar capacidades cognitivas
¿Y el impacto en las rutinas diarias?
Es fundamental mantenerlas. Desayunar, comer o acostarse siempre a la misma hora ayuda a conservar capacidades cognitivas. Cambiarles las rutinas puede generar confusión, irritabilidad y pérdida de lo ganado en meses anteriores. A veces, con buena intención, se les saca de su entorno (por ejemplo, llevarles a una boda) y eso les descoloca totalmente.
¿Es cierto que mueren más mayores en verano?
No durante todo el verano, pero sí en julio, que coincide con la canícula. Se registra hasta un 30% más de mortalidad, sobre todo por deshidratación y agravamiento de enfermedades previas. Es el mes más crítico del año.

La hidratación es imprescindible, ya que es uno de principales motivos por los que fallece la gente mayor
¿Qué papel juega la desatención en esos casos?
Más que desatención, hay menor supervisión, pero no hay que culpabilizar a familias ni residencias. De hecho, preferimos hablar de hipernatremia en vez de deshidratación, para evitar esa connotación de culpa. Lo que mata es el calor y los cambios fisiológicos del envejecimiento, no el abandono.
¿Qué medidas pueden tomar familias e instituciones para prevenir estas muertes?
España cuenta desde 2004 con un Plan Nacional de Actuaciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas. Ahora hay 182 zonas meteorológicas sanitarias adaptadas a las realidades locales. En Barcelona, por ejemplo, la alerta por calor se activa a partir de 31,7 ºC; en Albacete, a los 37,7 ºC.
Yo recomiendo vestir con ropa ligera y holgada, y no dejar de hacer ejercicio físico adaptado a las horas frescas del día
Además, existen los refugios climáticos: en Barcelona hay más de 400, como bibliotecas o centros cívicos, donde la temperatura se mantiene estable y fresca. Algunos barrios incluso cuentan con microrefugios, como farmacias que ofrecen espacio climatizado para mayores.
¿Cuáles son los errores más comunes de las familias en verano?
Infravalorar el calor. Es fundamental mantener una hidratación constante, no forzando un vaso entero, sino con pequeños sorbos durante el día, usando termos. También acondicionar la vivienda: ventilar temprano, cerrar persianas a media mañana y volver a abrir por la noche.
Yo recomiendo vestir con ropa ligera y holgada, y no dejar de hacer ejercicio físico adaptado a las horas frescas del día. También hay que revisar la medicación, especialmente la antihipertensiva, y guardarla en un lugar donde no le dé el sol directamente. Todo esto, sumado al acompañamiento y la supervisión, puede marcar la diferencia.