Cuando tenemos el pelo largo, queremos el tenerlo corto y, cuando nos lo cortamos, queremos volver a tener la melena de antes. Si tenemos el pelo oscuro, pensamos lo bien que nos quedaría más clarito, pero si nos teñimos de rubio echamos de menos nuestro color natural.
Este ejemplo tan mundano ejemplifica la propensión que muchas personas tenemos de centrarnos en aquello que no tenemos en lugar de valorar lo que sí tenemos. Y sobre ello habla la psicóloga Paula Orell en una reciente publicación en redes sociales.
Orell precisamente pone el ejemplo del pelo: explica que ahora lo tiene corto y a veces piensa que querría tenerlo largo. Sin embargo, también recuerda que cuando lo tenía largo pensaba a menudo en lo bien que le quedaría corto.
Explica que lo mismo le pasó en periodos de su vida en los que vivió en Madrid y otros en los que vivió en Málaga: “Cuando estaba en Madrid, pensaba: 'Ay, si estuviese en Málaga... Pero cuando estaba en Málaga pensaba: 'Ay, si estuviese en Madrid...'”, apunta.
“Me suena a lo mismo [que con su pelo]. Y es que estaba haciendo lo mismo. Cuando tenía el pelo largo deseaba tener el pelo corto para hacerme el efecto mojado. Y dije: 'Ya está. Haz ahora lo que puedas hacer, que es justo lo que deseabas hace un tiempo y, ahora que lo tienes, no lo estás aprovechando”, se reclama a sí misma. “La felicidad no está en lo que falta sino en aprender a valorar lo que ya hay”, reflexiona la terapeuta.
Reacciones en redes
“Que maravilla de reflexión”
“El problema no es el largo de mi pelo o si estoy en Madrid o en Málaga; el problema es mi cabecita, que se cree que voy a ser más feliz cuando tenga lo que me falta, y lo que no sabe es que mi felicidad está en saber valorar, apreciar y disfrutar justo lo que ya tengo. Y eso hice: me hice el efecto mojado”, explica en un relato que se puede trasladar a muchas otras situaciones de la vida diaria.