Cumplir 30 sigue siendo, para muchas personas, una especie de línea invisible donde el mundo espera que hayas tachado ya los grandes hitos del llamado checklist social: pareja, hijos, casa y estabilidad. Pero, ¿y si no? ¿Y si ni siquiera es lo que quieres?
Esa es la reflexión que lanza la psicóloga Rosa García en uno de sus vídeos de Instagram (@rosa_garciapsicologia), donde aborda una situación que se repite cada vez más en consulta: el momento en que alguien, al llegar a cierta edad, se para a pensar qué ha hecho con su vida… y empieza a fustigarse por no haber cumplido las casillas que dicta la norma social.
Cuando te comparas, te mides con una regla que ni siquiera has elegido tú”
“Hay pacientes que, al llegar a determinadas edades, empiezan a cuestionarse qué han conseguido, qué no, en qué punto de su vida se encuentran”, explica.
Y no suele ser desde la calma. No. Lo habitual es que aparezca el látigo interno: la autocrítica feroz, la comparación con amigas, primas o conocidas que, aparentemente, ya han “cumplido”.
No cumplir las casillas sociales también es válido
La gran pregunta: ¿De verdad quieres eso?
La psicóloga propone frenar. Respirar. Y hacerse la única pregunta que realmente importa: “Vale, a nivel social puede que haya cosas que hoy estén complicadas, como la vivienda, pero… ¿realmente yo qué es lo que quiero?”
Porque quizá tu prima o tu amiga están siendo mamás —y está bien—, pero quizá tú no quieres eso. O no lo quieres ahora. O no lo quieres nunca. Y eso también está bien.
“Vale, sí, estás cumpliendo una determinada edad, pero oye… en este momento presente, ¿qué estás haciendo por y para ti?”, plantea.
No se trata de conformismo. Ni de huir. Se trata de dejar de medir la propia vida con la vara de los demás. De entender que no hay retraso cuando el camino es distinto. Y que no cumplir ese checklist social no es un fracaso. Es libertad.

