El cuidado personal no se limita únicamente al rostro y al cuerpo, los pies también merecen especial atención, pues son los encargados de soportar el peso de todo el cuerpo a lo largo del día. Por este motivo, es esencial mantenerlos en condiciones óptimas para prevenir posible problemas futuros. Y uno de los malestares más comunes relacionados con los pies es ese dolor que muchos padecen al final del día.
Sin embargo, aunque pueda parecer algo común y habitual, sentir un dolor de pies al final de la jornada no es una buena señal. Así lo explicaba la podóloga María Jesús Lechuga en sus redes sociales.

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A través de un vídeo publicado en su perfil de TikTok, donde acumula más de 30 mil seguidores, la experta explicaba a raíz de una pregunta de un paciente por qué acabar cada día con dolores en los pies no se puede considerar un síntoma menor. ''¿Es normal que me duelan los pies al final del día?'', preguntaba el paciente. ''Es común, pero no debería ser lo normal'', comenzaba diciendo la experta.
Tal y como aseguraba, ''si al final del día te duelen los pies es señal de que algo no está funcionando del todo bien''. Según María Jesús Lechuga, esta dolencia se debe principalmente a varios motivos: ''Desde el calzado que utilices, que no te están dando el soporte adecuado, hasta tu forma de caminar, que puede que te esté sobrecargando ciertas zonas del pie''. Muchos de los pacientes con esta dolencia sienten cierto alivio al quitarse los zapatos. ''Eso es porque el pie ha ido acumulando carga durante todo el día'', señalaba.
Lo ideal, según la podóloga, sería revisar la forma que tenemos de andar y el tipo de calzado que usamos a diario. ''Y si hay algo que se pueda corregir antes de que se vuelva crónico'', advertía la especialista. En otra de sus publicaciones, la podóloga explicaba las señales que podrían estar indicándonos que necesitamos acudir al podólogo.
''Si te sudan mucho los pies, si tienes el dedo gordo un poco torcido, si acabas el día los pies reventados, si tienes durezas o callos que siempre vuelven, si te huelen los pies aunque te laves cada día, si las uñas te crecen mal o se te clavan, si te duelen los talones después de caminar, si te duele la espalda o las rodillas, si los dedos en garra o si crees que andas más'', relataba la experta.