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Dr. Javier García Campayo, psiquiatra: “El verano no debe ser una obligación de ser feliz, sino una oportunidad de bajar el estrés y reconectar”

BIENESTAR

“El verano debería ser un espacio para reconectar con uno mismo, no una maratón de planes ni una obligación de ser feliz”, afirma el Dr. García Campayo

Javier García Campayo,es médico psiquiatra en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza 

TONI GALAN

El verano llega, casi cada año, como un bálsamo que nos rescata del invierno, del trabajo, de los agobios y del bullicio constante de la ciudad. Se convierte, muchas veces, en ese refugio al que acudimos para desconectar y compartir momentos especiales con nuestros seres queridos. Antes, éramos felices con cosas sencillas: un helado en la mano y un rato en la piscina eran suficientes para disfrutar. Pero hoy, parece que necesitamos tener las “mejores vacaciones del mundo” para sentir que verdaderamente aprovechamos el verano. Sin embargo, no es así.

No hacen falta planes llenos de emoción ni grandes experiencias para vivir un verano pleno y reparador. Lo esencial es recordar cómo lo vivíamos antes, sin complicaciones, y entender que, aunque no tengamos los planes más espectaculares, este es el momento perfecto para desconectar, para reconectar con uno mismo y para buscar el sentido profundo a muchas cosas que a menudo dejamos de lado.

García Campayo propone aplicar técnicas de mindfulness para encontrar equilibrio

oleh slobodeniuk

El psiquiatra y experto en mindfulness Javier García Campayo hace una propuesta tan sencilla como revolucionaria: parar. En su libro “Parar para vivir mejor” ofrece herramientas para gestionar la ansiedad y reducir el ruido mental en nuestro día a día muy útiles en esta época del año en que el afán por aprovechar al máximo las vacaciones nos puede generar estrés en lugar de servir de descanso. 

Lo que propone es aplicar técnicas mindfulness para encontrar equilibrio, incluso en vacaciones, donde destacan cosas sencillas como respirar, estar presente, simplificar y, sobre todo, permitirse no hacer nada. “Vacaciones también del móvil. Desconectar del trabajo y lo que hacemos durante el año, por lo que es necesario pasar tiempo alejados del teléfono y mirarlo solo a determinadas horas del día”. Además, sugiere, muy unido a lo anterior, dejar de lado las redes sociales. “Descansar, no dejarnos influir por lo que publican los demás. Reducir el número de publicaciones que hacemos”. 

También considera importante sacar un rato para caminar sin un destino fijo. Una práctica tan sencilla como pasear tranquilamente por nuestro destino de vacaciones, sin un objetivo concreto, sin la presión de llegar a ningún sitio, simplemente por el placer de caminar. Esta actividad permite reconectar con el cuerpo, observar el entorno con atención y bajar el ritmo mental. “Si es posible hacerlo al lado del mar o en la naturaleza, mejor”, añade el Dr. García Campayo, ya que estos entornos potencian los efectos relajantes del paseo. 

Y, si puede ser, en silencio. Buscar momentos donde haya silencio de verdad, ya sea en plena naturaleza o incluso en casa, porque muchas veces necesitamos calmar la mente, reducir el ruido mental y dejar de sobrepensar. El silencio se convierte así en una medicina sencilla y poderosa frente al estrés, un espacio en el que uno puede simplemente estar, sin estímulos ni exigencias externas.

El verano es tiempo de descanso de disfrutar con nuestra familia y amigos, pero también de nosotros mismos. Aprovecha también para meditar.

Getty Images

El Dr. García Campayo además insiste en la importancia de “no planificarlo todo”, dejando espacio para la improvisación y el descanso, sin sentirse culpable por no tener cada momento ocupado o sin planes. Esa flexibilidad permite que las vacaciones sean verdaderamente un momento donde descansar y cuidarnos, sin olvidar que así la mente puede relajarse sin presión. Además, recomienda “observar sin juzgar”, es decir, practicar la atención plena incluso en las actividades cotidianas: una comida, una conversación o el sonido del mar pueden ayudarnos a estar presentes.

Al final, debemos entender que el verano no está en la cantidad de planes ni las fotos que compartimos en redes sociales, sino en la capacidad para parar, respirar y conectar con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Parar no es perder el tiempo, sino regalarse el espacio necesario para recargar energías y reducir el estrés que acumulamos durante el año. Por esto, este verano, más que buscar hacer planes de más, apuesta por hacer mejor: escucha tu cuerpo, disfruta del presente y permítete descansar de verdad.