El neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha vuelto a lanzar una contundente reflexión en sus redes sociales sobre la crianza de los más pequeños de la casa. En esta ocasión, el autor de superventas como El cerebro del niño explicado a los padres o Prepárate para la vida ha querido poner el foco en el uso de las pantallas para explicar por qué los niños se enfadan tanto cuando se acaba el tiempo de pantallas.
''Cuando están viendo la tele o jugando, su sistema de recompensas eleva los niveles de dopamina, aumentando su excitación y disminuyendo su autocontrol'', comienza diciendo en un vídeo publicado en su perfil de TikTok (@soyalvarobilbao), donde acumula más de 140.000 seguidores.
Esa subida de dopamina provoca que los niveles de serotonina se desplomen proporcionalmente, haciendo que se sientan ''desconectados, emocionalmente frágiles y más irascibles''. ''Y cuando tú les dices que se ha acabado el tiempo, explotan porque están muy activados, irritables y desconectados de ti'', explica el experto.
Por este motivo, el neuropsicólogo insiste en que los límites y horarios en este tipo de situaciones son muy importantes. ''Pero no sirven de mucho si no les enseñas dos cosas'', asegura. Lo primero es que los pequeños tienen que ser capaces de mantener una conexión emocional con sus padres. ''Y dos, hay que ayudarles a desarrollar su capacidad de gestión de la frustración'', desvela. Gracias a estas dos herramientas, los pequeños serán capaces de apagar la televisión o la tablet y reducir el tiempo que pasan con las pantallas.
Un niño con un móvil en una imagen de archivo
En otra de sus publicaciones, el especialista ha querido revelar 5 pasos prácticos para reducir el tiempo de pantallas. El primero es hablar con él o ella sobre lo que le atrapa de la pantalla. ''En lugar de imponer, escucha. Pregúntale que le gusta de ese juego o serie para buscar alternativas'', cuenta. Asimismo, Bilbao recuerda que no es positivo utilizar las pantallas como recompensa o castigo ya que puede aumentar su valor emocional.
''Ofréceles alternativas atractivas. Muchos niños usan pantallas porque no tienen más opciones'', señala. Otro paso a seguir es revisar nuestros propios hábitos. ''Los niños aprenden por imitación. Si ven que el móvil está presente en todo momento, también lo querrán ellos. Intenta reducir el uso delante de ellos'', aconseja. Y por último, el experto defiende la reconexión emocional. ''Para muchos niños la pantalla es una herramienta para calmarse y sentirse acompañados'', afirma.

