¿Te consideras inteligente? ¿A qué dedicas tu tiempo libre? Las personas inteligentes suelen destacarse no solo por su capacidad intelectual, sino también por la forma en que enfrentan los desafíos, toman decisiones y gestionan sus emociones. Ahora bien, más allá del coeficiente intelectual, la inteligencia se refleja en hábitos y actitudes cotidianas.
Conocer qué hacen las personas inteligentes nos permite identificar conductas y estrategias que pueden aplicarse en la vida diaria para fomentar el crecimiento personal y profesional. Algunas investigaciones científicas han revelado que los más inteligentes tienen hábitos como leer constantemente para alimentar su curiosidad, dedican gran parte de su tiempo a la reflexión y a la conversación sobre temas profundos o se cuidan físicamente con algún tipo de ejercicio.

Descubriendo la soledad y la renovación, un excursionista solitario se puede descubrir el equilibrio contigo mismo y con tu lugar momentáneo en el mundo.
Sin embargo, hay un hábito que todos tienen en común: disfrutan de la soledad. Todos ellos disfrutan de momentos de silencio para pensar, crear, practicar la introspección o concentrarse profundamente, desprendiéndose de estímulos constantes. Así lo afirma Joseph Jebelli, neurocientífico de la University College London y la Universidad de Washington, que dio con este hallazgo en una de sus últimas investigaciones: dejar que el cerebro descanse y la mente divague puede mejorar nuestras vidas.
“Guiado por mi investigación como neurocientífico e impulsado por la relación tóxica de mi familia con el trabajo, comencé a explorar la neurociencia del tiempo a solas y el descanso, y lo que descubrí fue extraordinario”, comienza explicando el experto.

Bill Gates inventó Internet Explorer en 1995.
“Cognitivamente hablando, la soledad puede impulsar la creatividad al ofrecer el espacio necesario para que las ideas florezcan. Ya sea escribir, tocar el piano, pintar, hacer jardinería, rezar o meditar, estar solo suele ser lo que el cerebro necesita para realizar estas actividades eficazmente”, dice.
Según Bertelli, cuando estamos en soledad es cuando se produce la magia: la red neuronal por defecto se dedica a forjar nuevas conexiones sinápticas, fortaleciendo nuestras habilidades y capacidad para absorber nueva información, fomentando nuestra creatividad de forma más eficaz.
Genios como Bill Gates o Leonardo da Vinci
Como señala el neurocientífico, muchos de los personajes más inteligentes y exitosos del mundo prefieren estar solos. Por ejemplo, Bill Gates, quien dos veces al año se va de escapada durante una semana a una cabaña que posee en el bosque, en mitad de la nada, solo con un puñado de libros. Un viaje que el multimillonario fundador de Microsoft llama La semana de pensar y que dedica a estar en soledad, y que dio a la creación, por ejemplo, de Internet Explorer en 1995.
Otro genio que amaba estar en soledad por lo que producía en su mente era Leonardo da Vinci. Según se sabe, el artista e ingeniero del Renacimiento podía pasarse horas mirando La Última Cena antes de darle una pincelada y marcharse de nuevo.

'La última cena' original, pintada por Leonardo Da Vinci entre 1425 y 1427.
Cómo sacar el máximo de una soledad productiva.
- Planea tu momento. Cuanto más tiempo puedas pasar solo, especialmente cuando realmente te apetezca estar solo, mejor será para tu cerebro. Puede parecer una tarea imposible eso de marcharse de repente, pero si se quiere, se es posible; solo has de planearlo. Esto no solo te dará confianza, sino que te obliga a salir de tu zona de confort, estimula tus sentidos de formas inesperadas y proporciona el escenario perfecto para la introspección y la creatividad.
- Selecciona tu rincón. Comenzar solo con 10 minutos al día de silencio es más que suficiente. Un pequeño momento de relajación dedicado a la respiración en un rincón de tu hogar es el mejor comienzo para activar esa red neuronal.
- Apuesta por el autoconocimiento. Conocerse a sí mismo surge de la interacción social, pero también de la interiorización de tu forma de pensar.
- Conecta con la naturaleza. La soledad es necesaria para tener estilo, mapas mentales, experiencias razonadas, y si además conectamos con la naturaleza ya obtenemos un enorme beneficio. Esta soledad productiva o solitud es mayor cuando estamos en la naturaleza, nos retiramos y conectamos con tu pequeñez frente a la grandilocuencia del entorno natural.