La alimentación es un mundo lleno de curiosidades, misterios, descubrimientos y, sobre todo, platos deliciosos. Cada cultura tiene una forma distinta de comer, usando distintos ingredientes y métodos de elaboración. Sin embargo, algunos de ellos podrían comportar algún que otro problema a la hora de consumirlas. Una de las grandes cuestiones está vinculada al uso de utensilios que arrastran bacterias y otros elementos perjudiciales a nuestros platos.
Uno de los elementos que lidera la lista son los envases plásticos de comida preparada, cada vez más frecuentes en supermercados y grandes superficies. Sea por prisa o comodidad, cualquier plato imaginable se encuentra disponible en un formato de fácil acceso y consumo, con solo calentarlo en el microondas. Una cuestión que podría resultar perjudicial según las palabras de una nutricionista, que descarta su uso en determinados alimentos.
“Soy nutricionista y no te recomiendo para nada que utilices habitualmente estos potecitos de un minuto al microondas de quinoa o de arroz. Cuando calentamos un alimento en un envase de plástico, incrementa exponencialmente la transferencia de nanoplásticos en el alimento y estos, cuando los ingerimos, son capaces de entrar en nuestras células e interfieren en el adecuado funcionamiento de nuestros ejes hormonales”, aportaba.
“Por lo tanto, mejor cocina el arroz o la quinoa tú misma y reserva estos productos para ocasiones puntuales en las que tengas poco tiempo para cocinar”, recomendaba. Estos micro o incluso nanoplásticos (MNP) son motivo de preocupación y estudio por parte de distintas entidades. El Instituto de Salud Global de Barcelona comparte en un artículo los principales problemas de esta ingesta para nuestro sistema.
Fotografía que ilustra cómo la bolsita de te libera nano y microplásticos a la bebida
Un asunto espinoso
“Los estudios in vitro han identificado múltiples efectos biológicos, que van desde la respuesta inflamatoria hasta la carcinogenicidad o la neurotoxicidad. Los estudios in vivo en roedores han mostrado que los MNP pueden acumularse en distintos órganos (hígado, bazo, riñón, cerebro, pulmones e intestino) y presentar efectos adversos en los ratones y sus crías, como alteración del microbioma intestinal, toxicidad para el hígado, etcétera”, compartían.
“Recientemente, se ha informado del hallazgo de MNP en diversos tejidos del cuerpo humano, incluidos el tracto gastrointestinal, los pulmones, el torrente sanguíneo y el sistema reproductivo. Además, muchos aditivos plásticos como el BPA o los ftalatos han demostrado ser altamente tóxicos. Estos compuestos son disruptores endocrinos que afectan a varios sistemas del cuerpo humano”, añadían.


