Desde que somos pequeños, nos enseñan que decir la verdad es el camino correcto a seguir, una virtud esencial que define el buen comportamiento. En nuestra sociedad, la honestidad y la transparencia se consideran valores fundamentales, mientras que la mentira suele estar asociada a la culpa, el castigo y la desconfianza.
Aunque en la mayoría de los casos aceptamos el discurso de que decir la verdad es siempre la opción correcta, al crecer nos damos cuenta de que la realidad es mucho más compleja, y que ser honestos en todo momento puede resultar difícil e incluso doloroso.

Un hombre reflexionando
Tal como han advertido numerosos expertos en salud mental en los últimos años, la presión por ser siempre sinceros puede derivar en problemas graves, como ansiedad, miedo al juicio social o incluso represión emocional. En muchos casos, ocultar lo que pensamos o sentimos, ya sea para evitar hacer daño o para no generar un conflicto, se convierte en una carga pesada que termina afectando nuestro bienestar.
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, la psiquiatra Marian Rojas Estapé abordó este tema, condenando directamente el acto de ocultar la verdad en cualquier situación: ''Las mentiras pueden parecer un escudo, pero en verdad te meten en una jaula''.
En la reflexión que compartió, la especialista empezó explicando que entiende por qué muchas personas mienten: ''Todos nacemos con un instinto de supervivencia. Y cuando alguien vive en modo alerta constante, en un entorno donde siente que 'tiene que sobrevivir', la mente busca cómo protegerse… aunque a veces, esa forma de hacerlo sea mintiendo. Mentir no siempre parte de la maldad. A veces, mentimos por miedo al juicio, al rechazo, al castigo… Por no sentirnos suficientes. Por intentar encajar en un entorno que no valida lo que somos de verdad''.
Sin embargo, señaló que, cuando la mentira se convierte en hábito, desconecta al individuo de sí mismo y de su realidad, lo que puede acarrear consecuencias serias para la salud, como ansiedad, depresión, enfermedades psicosomáticas, crisis de identidad, ruptura de vínculos, entre otras.
''La verdad no siempre es cómoda''
Según su opinión profesional, mentir para sobrevivir emocionalmente crea una doble realidad, lo que termina rompiendo por dentro a la persona: ''La verdad no siempre es cómoda. Pero es el único lugar donde la mente se calma y el cuerpo descansa. Porque el organismo es muy agradecido cuando vive en coherencia''.
A modo de conclusión, Estapé explicó que educar en la verdad, practicarla y vivir desde ella es una forma de autocuidado emocional, por lo que debe ser una prioridad para todos.