El ibuprofeno es uno de esos medicamentos que todos conocemos. Aliviar un dolor de cabeza, calmar una molestia muscular o reducir la fiebre son solo algunos de sus usos más comunes. Es un analgésico de confianza, disponible sin receta y utilizado por millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, lo que muchos no saben es que, aunque es un remedio eficaz, no está exento de riesgos, especialmente cuando no se usa con moderación.
El problema radica en que, si bien este medicamento parece una solución rápida, sus efectos pueden ir más allá de lo que imaginamos. El ibuprofeno, al igual que otros antiinflamatorios no esteroides (AINEs), puede tener consecuencias para tu salud cardiovascular y renal, algo que muchas veces pasa desapercibido. Así lo explica la traumatóloga Inés Moreno en sus redes sociales, donde apunta que si eres una persona que tiene la tensión alta, debes ser prudente con el ibuprofeno porque puede aumentar la presión arterial.
Así que si tienes la tensión alta, no tomes más de 1.200 mg al día. Y si puedes, combínalo con paracetamol para no saturar tus riñones
La razón detrás de estos algunos riesgos está en cómo el ibuprofeno afecta el sistema cardiovascular. Al bloquear ciertas sustancias llamadas prostaglandinas, que ayudan a mantener los vasos sanguíneos relajados, el medicamento puede interferir en la regulación natural de la presión arterial. Esto puede hacer que los riñones reciban menos sangre, lo que provoca la retención de líquidos y sodio, elevando la presión arterial.

Abusar del ibuprofeno y el paracetamol puede acabar afectando a la función renal a largo plazo
Muchas veces, este aumento en la tensión no se ve de inmediato, lo que lo convierte en un riesgo silencioso. Inés Moreno explica: “Muchas personas no saben que el ibuprofeno puede afectar su salud cardiovascular, especialmente si ya tienen hipertensión”. Aunque este medicamento es de venta libre y se considera relativamente seguro para el uso ocasional, su uso repetido o en dosis altas puede ser problemático, especialmente para aquellos que ya tienen presión alta.
Pero no solo la presión arterial es un problema potencial, también puede tener un impacto negativo en los riñones. El medicamento interfiere con la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y eliminar los desechos del cuerpo. Esto puede resultar en una sobrecarga de líquidos y sustancias tóxicas en el organismo, lo que podría derivar en insuficiencia renal si se usa de manera irresponsable.
¿Cuánto es demasiado?
El ibuprofeno es una herramienta muy eficaz cuando se necesita aliviar un dolor, pero como todo medicamento, su uso excesivo puede resultar perjudicial. Inés Moreno: “No tomes más de 1.200 mg al día”. Este límite es importante porque, aunque el medicamento parece inofensivo, su efecto sobre la presión arterial puede acumularse con el tiempo si no se controla. Es fácil caer en la tentación de tomar más dosis para calmar el dolor, pero esto solo aumentaría el riesgo para la salud cardiovascular y renal.
El ibuprofeno no solamente quita el dolor, también puede aumentar la presión arterial

El ibuprofeno conlleva mayores riesgos que el paracetamol al ser un antiinflamatorio
En lugar de sobrepasar esa cantidad, es recomendable optar por alternativas más seguras, como el paracetamol, especialmente si ya sufres de problemas de hipertensión. Lo importante es ser consciente de lo que estamos tomando y cómo puede afectar nuestro cuerpo. El conocimiento es poder, y en este caso, saber cómo utilizar el ibuprofeno de manera responsable es crucial para evitar problemas a largo plazo.