Ana Ibáñez, neurocientífica: “La calma para poderte luego concentrar viene asociada a que tu cerebro produzca unas frecuencias que se llaman alfa”

Consejos útiles

Sugiere combinar el movimiento con estímulos sensoriales, como la música, para potenciar la concentración

Ana Ibáñez, neurocientífica: “La calma para poderte luego concentrar viene asociada a que tu cerebro produzca unas frecuencias que se llaman alfa”

Ana Ibáñez, neurocientífica: “La calma para poderte luego concentrar viene asociada a que tu cerebro produzca unas frecuencias que se llaman alfa”

BBVA

La neurocientífica Ana Ibáñez ha compartido unas reflexiones muy interesantes sobre cómo la calma y la concentración están íntimamente conectadas a la actividad cerebral, específicamente a las llamadas frecuencias alfa. Según Ibáñez, “la calma para poderte luego concentrar viene asociada a que tu cerebro produzca unas frecuencias que se llaman alfa”.

Hay que preparar la mente antes de poder concentrarse

¿Qué son las frecuencias alfa?

Ana Ibáñez detalla que estas frecuencias alfa son aquellas que se activan cuando el cerebro se encuentra en un estado de tranquilidad. “Las frecuencias alfa son las que todos conocemos cuando estás en calma, paseando por la naturaleza o paseando al lado del mar o escuchando una buena música”, explica. Según la neurocientífica, estas ondas cerebrales permiten que el cerebro pierda parte de su alerta hacia el exterior, facilitando la concentración en una actividad determinada.

Ibáñez recomienda preparar la mente antes de intentar concentrarse, fomentando la aparición de las ya comentadas frecuencias alfa. “Antes de buscar un momento de concentración, es muy bueno que hagas algo que alimente esas frecuencias alfa en tu cerebro”, afirma. Actividades como pasear, escuchar música tranquila o simplemente relajarse pueden ser clave para optimizar el rendimiento cognitivo.

La neurocientífica también resalta que el ejercicio físico intenso genera un efecto similar en el cerebro. “Nuestro cerebro, justo después de hacer un ejercicio intenso, genera ráfagas de frecuencia alfa de la calma”, explica. Esta sensación de serenidad que suele aparecer tras la actividad física se debe precisamente a estas ondas cerebrales.

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Además, Ana Ibáñez sugiere combinar el movimiento con estímulos sensoriales como la música para potenciar la concentración. “Entonces, si vas a concentrarte, viene muy bien que pongas música y que además te muevas vigorosamente, y eso ya te va a dar frecuencias alfa”, asegura, enfatizando cómo estas prácticas pueden preparar al cerebro para tareas cognitivas complejas.

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