Hay personas que llegan a nuestra vida y, casi sin darnos cuenta ni previo aviso, la ponen patas arriba. A veces tardamos meses o incluso años en descubrir que la raíz de nuestro malestar no está en nosotros mismos, sino en un vínculo externo con alguien que ha dejado de aportarnos lo que necesitamos en esta etapa de la vida. Y cuando por fin decidimos tomar distancia de esa persona, la vida se vuelve más serena y recuperamos la paz mental. La psicóloga Silvia Severino sostiene que este gesto, que en apariencia puede parecer doloroso o incluso egoísta, es en realidad un paso esencial para priorizar el bienestar emocional y reencontrarnos con la tranquilidad que merecemos.
Severino explica que muchas veces permanecemos en vínculos que ya no aportan nada positivo a nuestra vida por costumbre, miedo al cambio o sentimiento de culpa. Sin embargo, insiste en que “está bien alejarse de esas personas que ya no nos aportan nada”. Reconocer que algunas relaciones cumplen una función en un momento concreto y luego dejan de tener sentido es, según la especialista, un signo de madurez.

Muchas veces permanecemos en vínculos que ya no aportan nada positivo a nuestra vida por costumbre, miedo al cambio o sentimiento de culpa
La psicóloga señala que cuando damos este paso, el cambio es evidente: “Es como si la paz finalmente regresara a tu vida”. Y es que liberar espacio emocional de lo que nos resta energía abre la posibilidad de acoger nuevas experiencias y personas que sí suman.
Tú eres tu prioridad y lo más importante. Mereces buenos amigos y una buena vida
Pero ¿cómo hacerlo de manera sana? Severino recomienda optar siempre por la discreción y la serenidad: “Lo realmente importante es alejarnos sin pelear, en silencio, y llevar con nosotros aquello que nos aportaron en su momento, no lo que nos quitaron”. Con esta actitud, el proceso no se convierte en una ruptura dramática, sino en un cierre natural y respetuoso.
El trasfondo del mensaje de la psicóloga es el reconocimiento de que cada persona merece cosas buenas. “Cuando nos damos cuenta de que merecemos cosas buenas, todo empieza a cambiar”, explica. Entre esos aspectos positivos, Severino destaca la importancia de rodearse de buenos amigos, buenos amores y una buena vida. Sin embargo, subraya que “lo más importante es que mereces tener paz mental”.
Por ello, la psicóloga recalca que no hay que normalizar el desgaste emocional ni aceptar dinámicas que roben tranquilidad: “Tú eres tu prioridad, tu bienestar emocional es lo más importante”.
Cuidar de uno mismo no es un acto de egoísmo, sino una necesidad. En este sentido, Severino invita a reflexionar sobre la calidad de los vínculos que mantenemos y a preguntarnos si nos hacen crecer o, por el contrario, nos arrastran a un estado de desgaste.