Javier Quintero, médico psiquiatra, ha reflexionado en un video subido a sus redes sociales sobre un fenómeno frecuente en la vida de muchas personas: el autosabotaje. Según el especialista, “El autosabotaje no es un trastorno, pero puede ser una trampa silenciosa que afecta a muchas personas”.
Hablar con profesionales es lo más efectivo para salir de ahí
El autosabotaje, una trampa silenciosa
Javier Quintero explica que este comportamiento puede actuar como un obstáculo invisible en la vida cotidiana. “¿Y si el mayor obstáculo de tu vida realmente fueras tú mismo? El autosabotaje no es un trastorno mental, ni mucho menos, pero sí es una condición, una trampa silenciosa, que afecta a muchas personas”, señala Quintero, subrayando que no se trata de un problema patológico, sino de patrones de comportamiento que limitan el crecimiento personal.
El psiquiatra detalla cómo se manifiesta en el día a día. “Es cuando sin darte cuenta te bloqueas, te frenas, te saboteas justo cuando parece que vas a avanzar y que vas a tener éxito”, indica. Entre las conductas más frecuentes, menciona la procrastinación, el evitar situaciones que deseamos por miedo a fracasar, la ruptura de relaciones sanas sin motivo aparente y la sensación de no merecer los logros obtenidos.
Quintero añade que el autosabotaje también puede afectar la adherencia a procesos terapéuticos: “E incluso abandonas procesos terapéuticos a medias cuando las cosas parecen que empezaban a funcionar”. Esto evidencia cómo esa “trampa silenciosa” puede limitar tanto la vida personal como la recuperación emocional de quienes la padecen.
Tal y como explica el especialista, en el ámbito de la salud mental, el autosabotaje suele estar relacionado con la baja autoestima, heridas emocionales no resueltas, ansiedad o depresión, señalando que, aunque estas dinámicas pueden ser profundas, existen formas efectivas de abordarlas.
“La buena noticia es que se puede salir de ese bucle. En terapia, identificamos esos patrones y se trabajan esas creencias que alimentan esa dinámica y desde ahí poder cambiarlas”, concluye Quintero, subrayando la importancia de la intervención profesional para recuperar el control de la situación y avanzar hacia los objetivos personales y emocionales que tenemos marcados.