David Duarte, experto en ayuno: “Si un cuerpo tiene baja capacidad eléctrica, le cuesta mucho generar energía. Si esa persona hace un ayuno prematuro, se dañará porque no tiene los recursos ni la fuerza necesarios para adaptarse”
Ayuno
En una sociedad donde el ayuno es una práctica a la que muchas personas recurren, Duarte, experto con años de experiencia, desvela para La Vanguardia los principios básicos antes de adentrarse en esta disciplina
David Duarte, experto en ayuno
David Duarte se formó en medicina china con un maestro taoísta. Años más tarde, se desplazó a India para estudiar medicina unani en Nueva Delhi, en la universidad Jamia Hamdad, donde también aprendió con un maestro muy reconocido en la zona, Saqib Abdul Hamid.
En una sociedad donde el ayuno es una práctica a la que muchas personas recurren, Duarte, experto con años de experiencia, desvela para La Vanguardia los principios básicos antes de adentrarse en esta disciplina. A través de su trayectoria descubrimos qué es el ayuno, para qué sirve, cuándo y cómo debe practicarse, y por qué no cualquier persona puede hacerlo sin los conocimientos necesarios.
“De esa manera, sin prescribir medicina y trabajando únicamente con nutrición, me fui dando cuenta de algo que todos los maestros habían mencionado: la alimentación puede ser nuestra medicina”, cuenta Duarte. Esta idea lo llevó a profundizar en el ayuno. Explica: “He estudiado medicina china, taoísta y otros sistemas tradicionales, como el kosher en el judaísmo, el halal en el islam y el ayuno espiritual de salud en el cristianismo. Todas estas tradiciones incluyen prácticas de ayuno, lo que me resultó fascinante, porque cada una las propone con fines tanto medicinales como espirituales. Además, observé que cuando una persona recibe una alimentación más eficiente, tiende de manera natural a comer menos, y el cuerpo inicia un ayuno espontáneo”.
La autofagia significa que el cuerpo ‘se come a sí mismo’, pero en realidad es un sistema de reciclaje: toma los nutrientes que ya tiene y los reutiliza
Hoy en día, la mayoría de las personas desayuna, come y cena por costumbre. Sin embargo, nuestro estómago es muy pequeño, aproximadamente del tamaño de un puño, y solo puede contener entre 500 y 600 mililitros de alimento, suficiente para nutrirnos varios días. Esto puede parecer extraño porque estamos acostumbrados a comer diariamente. “Pero al observar animales cazadores y recolectores, como los tigres, vemos que comen y no vuelven a alimentarse hasta 3, 4 o 5 días, manteniendo buena salud. Investigaciones sobre comunidades cazadoras-recolectoras en África, Australia o el norte de Canadá muestran un patrón similar: comen y no vuelven a comer durante 2 o 3 días. Esto indica que el ritmo y la cantidad de comida que necesitamos los seres humanos es mucho menor de lo que hacemos hoy”, aclara Duarte.
El ayuno intermitente afecta de formas diferentes a los hombres y a las mujeres.
Es aquí donde el ayuno resulta especialmente interesante. “Hay dos premios Nobel de Medicina que ganaron por sus investigaciones sobre autofagia. Esto demuestra que cuando el ser humano ayuna, entra en un estado de reciclaje de nutrientes. La autofagia significa que el cuerpo ‘se come a sí mismo’, pero en realidad es un sistema de reciclaje: toma los nutrientes que ya tiene y los reutiliza”, explica. Este proceso incluso puede identificar y eliminar células malignas, como las cancerígenas. Pero estos mecanismos solo se activan en estados de ayuno prolongado.
El experto añade que cuando se ofrece a los seres humanos alimentos de alta densidad nutricional, tienden a comer menos de forma natural. Al hacerlo, no solo se reduce la frecuencia de ingesta, sino que el cuerpo se vuelve más eficiente: entra en autofagia, puede reparar órganos y sistemas, y esto incluso equivale a un “rejuvenecimiento” metabólico. Esto coincide con las observaciones registradas en tradiciones milenarias.
Respecto a su implementación, Duarte advierte que no se debe empezar con ayunos prolongados ni siquiera con ayunos intermitentes sin una preparación previa adecuada.
Cómo prepararse para ayunar según David Duarte
La preparación tiene que ver con la “electricidad” del cuerpo, es decir, la que existe en la célula. Esta electricidad, presente en la membrana y en el interior celular, es fundamental para los procesos vitales. Duarte explica que si un cuerpo tiene baja capacidad eléctrica, su energía cuesta mucho mantenerla. Someter a esta persona a un ayuno prematuro puede causar hipoglucemia, desmayos o daño metabólico.
Hoy en día bebemos mucha agua y restringimos la sal. Para un buen equilibrio, el cuerpo debe estar isotónico
Para prepararse, lo primero es equilibrar agua y electrolitos. “La electricidad de los seres vivos ocurre dentro de un cuerpo que contiene agua. Estamos hechos aproximadamente 60% de agua, pero esta siempre contiene electrolitos. Si eliminamos los electrolitos y solo consumimos agua destilada, esta no conduce electricidad y no es compatible con la vida. Mentalmente, tendemos a separar agua y electrolitos: hablamos de hidratación solo refiriéndonos al agua, sin considerar el equilibrio hidroelectrolítico, que es la proporción correcta entre ambos”, explica.
Duarte añade un dato clave: “Hoy en día bebemos mucha agua y restringimos la sal. Para un buen equilibrio, el cuerpo debe estar isotónico, como lo muestran las bebidas de deportistas. Esto significa que la proporción correcta es de 6 gramos de sal por litro de líquido, usando sal común, el electrolito más abundante fuera de la célula”.
Asimismo, antes de ayunar es necesario reducir gradualmente los carbohidratos y aumentar la ingesta de grasas saludables, como carne, huevos, grasa animal de calidad y pescado. Este proceso ayuda al cuerpo a adaptarse del metabolismo basado en carbohidratos a uno basado en grasas, lo que permite entrar en cetosis y afrontar ayunos prolongados sin riesgo.