Hay veces que nos duele la cabeza o el estómago y no sabemos por qué. Las tensiones musculares que aparecen aparentemente de la nada o los problemas dermatológicos que añaden incluso más causas para la falta de confianza en uno mismo y autoestima. Un problema que se denomina somatización, el proceso por el que el cuerpo expresa lo que la mente no consigue -o se niega- a decir.
Un proceso que resulta muy molesto para quien lo padece, pero también desconcertante, pues en la mayor parte de los casos se niegan a asumir que es fruto de emociones reprimidas o traumas que se niegan a ser expresados. Personas que acuden al médico con sus dolencias, pero que no encuentran causa a su malestar desde el punto de vista físico, pues su origen no está ahí.
¿A qué se deben tus migrañas?
Sobre la somatización de las emociones ha querido centrar el tema del podcast Ojalá lo hubiera sabido antes Álex Rovira, escritor y experto en crecimiento personal, profundizando en esas causas que nos llevan a reprimir los sentimientos y a por qué el cuerpo se convierte en espejo de lo que sucede en nuestro interior.
“Una experiencia traumática nos puede llevar a que el cuerpo se maneje automáticamente. Incluso cuando intentamos reprimir lo que sentimos, el cuerpo sigue enviando señales elocuentes en forma de dolores, tensiones”, explica el experto en desarrollo personal, que señala que cuando somos felices, nada de esto sucede. “La felicidad nos lleva a la postura expansiva, al rostro relajado, a la sensación de ligereza”, asegura.
Álex Rovira habla sobre la somatización.
Rovira va más allá, explicando su argumento con un ejemplo que muchos reconocerán. “¿Cuántas personas tienen migrañas que en realidad son un estrés crónico o insomnio, que son problemas no resueltos o enfermedades autoinmunes que han sido golpes emocionales muy fuertes? Esto demuestra que el cuerpo no se calla, aunque nuestra mente intente negar lo que sucede”, reitera.
Una conexión o correlación entre cuerpo y mente que todas las personas realizan, en mayor o menor medida, pues es una forma natural en la que el cuerpo responde a los sentimientos de peligro, ansiedad, estrés y todas aquellas emociones que no deseamos expresar a viva voz. Por eso, el cuerpo busca otras maneras de dejarlas salir, utilizando otros canales en lugar de los habituales.
Rovira: “Nuestro cuerpo habla, a veces con elocuencia, pero nuestra mente no le quiere prestar atención”
No obstante, para la persona puede suponer incluso limitante, afectando su calidad de vida. En una sociedad como la actual, con cada vez mayores problemas para desarrollarnos y con más trastornos de psicosomatización, es importante tratar de instaurar una cultura del positivismo y, sobre todo, tratar de dar la mano para poder expresarnos.
Álex Rovira habla sobre la somatización.
“Aprender a escuchar y comprender estos mensajes es clave para poder mantener una vida equilibrada y saludable”, insiste Rovira. “Esto nos puede ayudar a prevenir enfermedades incluso antes de que se produzcan. Es importante reconocer estas necesidades. Si es cuerpo grita algo, a veces es mucho más certero que una elaboración mental compleja”..
