A nadie le gusta que hablen a sus espaldas. Que nos moleste lo que los demás dicen de nosotros es algo totalmente natural, pues todos queremos sentirnos aceptados. Cuando alguien nos critica, lo sentimos como una amenaza.
Tenemos una idea de quiénes y cómo somos, pero más claro aún de cómo queremos que nos vean los demás. Si las críticas no coinciden con nuestra idea… Se produce un choque que puede llevar a la incomodidad e incluso al dolor. No nos duele lo que dicen de nosotros, sino lo que pensamos que significa: falta de validación, burla, rechazo… Cualquier opinión es bienvenida, pero negativa… A lo mejor no tanto, pues nuestras inseguridades pueden aflorar y hacernos sentir muy mal.
Álex Rovira habla sobre el poder de las críticas de terceros.
El experto en desarrollo personal Àlex Rovira recuerda una acertada cita de Winston Churchill, exprimer ministro británico, para estas circunstancias: “Quien critica a mis espaldas mi culo contempla”. Según Rovira, es una de las mejores frases para enfrentar a las críticas. “No somos de piedra, es normal sentir ese pinchazo en el pecho”, dice. “Curiosamente, es el primer paso para superarlo”.
Según el escritor, quien recientemente ha publicado el superventas Homo Solver junto a Francesc Miralles, apuesta por centrarse en un detalle de esta crítica: quién la emite. “Hay una diferencia enorme”, indica. “Las críticas constructivas te las dicen directamente a ti, vienen con ejemplos concretos y la intención es ayudar a que abras los ojos; las críticas destructivas circulan entre terceros, son falsas y distorsionadas, no proponen mejoras y buscan dañar tu imagen”.
Álex Rovira habla sobre el poder de las críticas de terceros.
Para poder aplicar la máxima de Churchill y dejar de sufrir por lo que dicen los demás, Rovira propone una estrategia muy simple. La denomina el ‘¿Y a mí qué?’ y consiste precisamente en eso, en valorar si dicha crítica o comentario cambia algo importante en nuestra propia vida. “La mayoría de las veces, la respuesta es no”, asegura el experto. “Esa persona seguirá cacareando, pero no solo de ti, de muchas otras personas”.
Según Rovira, quien critica a los demás lo hace como hábito. “No es una cuestión personal. Hay personas que llevan tanta amargura y envidia dentro que necesitan sacarla a borbotones. Es que son así, manantiales de bilis que te pueden salpicar si pasas por ahí o estás cerca”, explica. “La clave es si tú decides darle importancia o no”.
Rovira: “Quien dedica su tiempo a criticarte estando tú ausente está demostrando sus inseguridades”
El autor da otro truco para evitar preocuparse por este tipo de cosas, y es aplicar un “filtro” con tres sencillas preguntas ante cualquier crítica. Primero, quién emite esa crítica. Segundo, si hay algo útil que se pueda extraer de ello y, tercero, si es algo sobre lo que tengamos control. “Si la respuesta a las tres es un “no”, lo más sano es olvidarse del tema y seguir con tu vida”, insiste. “Con la crítica no habla de ti, habla de sí”.
