Arthur C. Brooks, profesor de Harvard y experto en felicidad: “Estar desolado es inevitable, pero se dispone de información valiosa, incluyendo la posibilidad de aprender de los propios errores”

Salud mental

El docente universitario anima a no dejarse llevar por la tristeza, sino a extraer todo lo que se pueda aprender  de ella

El catedrático Arthur Brooks

El catedrático Arthur Brooks

Sentirse triste es una emoción natural, intrínseca al ser humano. Una respuesta a las adversidades, pérdidas  o desilusiones a las que nos enfrentamos en la vida. Hay veces que nos sentimos tristes por perder una oportunidad, porque nos ha salido mal un proyecto en el trabajo, porque los amigos no cumplen con las expectativas.

Sin embargo, la desolación son palabras mayores. En palabras de Arthur C. Brooks, catedrático de la Universidad y experto en felicidad en su nuevo artículo en la revista especializada The Atlantic, la desolación llega cuando acaba la euforia y llegan los problemas. “Describe gran parte de nuestra experiencia cuando algo nuevo y hermoso despierta alegría y entusiasmo, pero luego se vuelve tedioso y cansado”, dice.

Arthur C. Brooks, profesor de la Harvard Business School.

Arthur C. Brooks, profesor de la Harvard Business School.

Harvard Business Review (Captura)

Estar desolado, según Brooks, se vive en los matrimonios cuando viven la llamada “crisis de los siete años” y la pasión da paso al aburrimiento. “De igual manera, los nuevos trabajos son emocionantes e interesantes por un tiempo, pero luego se vuelven pesados o agobiantes”, apunta el experto.

Para acabar con esta desolación, el experto en felicidad admite que lo fácil sería romper con aquello que lo produce. Sin embargo, Brooks advierte que lo que hay que hacer es precisamente lo contrario. 

Conceptual of broken hearted, sadness, loneliness woman. Shot with black and white tone.

Brooks: “Por supuesto, hay momentos en que la desolación no tiene solución, y la mejor solución es la disolución.”

Getty Images/iStockphoto

“Uno de los secretos del bienestar a largo plazo es entender la desolación espiritual no como un obstáculo para el bienestar, sino como un camino que promete crecimiento personal”, explica. “Si sabes cómo usar la desolación para superarla, te espera un consuelo aún más dulce”, asegura.

Según el experto, los grandes cambios en la vida provocan emoción y estimulan la atención, por la novedad. Sin embargo, pasado este efecto, llega el aburrimiento y el hastío.

Brooks: “Evitar las dificultades no te dará una satisfacción laboral”

En la mayoría de los ámbitos de la vida, especialmente en aquellos que implican mantener relaciones, los períodos de desolación serán parte del curso normal de los acontecimientos. “Los trabajadores más felices son aquellos que perseveran aprendiendo y aplicando estrategias positivas de afrontamiento ante los problemas que caracterizan la desolación laboral”, asegura Brooks.

Arthur Brooks es un reputado catedrático y profesor de la prestigiosa Hardvard

Arthur Brooks es un reputado catedrático y profesor de la prestigiosa Hardvard

Por eso, el científico social sugiere tres estrategias para convertir esta tristeza profunda en un momento de oportunidad.

  1. No hagas nada. Reconoce esta emoción como otra cualquiera y resígnate. Tranquilo: vendrán tiempos mejores.
  2. Trata de ver aquello que te preocupa como algo que requiere un acuerdo, no como una disputa. Un conflicto de voluntades es un problema mutuo que se resuelve mejor colaborativamente, no compitiendo.
  3. Haz el trabajo. La paciencia es importante para superar la desolación, que puede durar bastante tiempo. La paciencia por sí sola no es suficiente. La desolación no se puede dejar pasar sin más. “Por supuesto, hay momentos en que la desolación no tiene solución, y la mejor solución es la disolución”, explica Brooks.

”Se puede aprender y crecer no solo de la desolación, sino de la disolución misma”, explica. “Se dispone de información valiosa, incluyendo la posibilidad de aprender de los propios errores. Gestiona esto y tus nuevos consuelos serán aún más dulces y profundos”.

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