Para muchas personas, la jubilación representa una etapa de descanso merecido. Sin embargo, más allá del alivio inicial, este cambio vital viene acompañado de un periodo de adaptación que en algunas ocasiones se puede complicar más de lo esperado. Sin una estructura diaria definida y sin la interacción constante del entorno laboral, el tiempo libre puede convertirse en un desafío más que en una bendición.
Cuando desaparecen las responsabilidades laborales y disminuyen los vínculos sociales cotidianos, muchas personas experimentan un aislamiento progresivo. La vida, antes llena de actividad, se vuelve monótona. Y esa rutina vacía puede tener consecuencias más graves de lo que se piensa. Por eso, los expertos recomiendan establecer nuevas rutinas, buscar proyectos personales y mantenerse socialmente activo para no caer en una de las amenazas más subestimadas de esta etapa: la soledad.
La soledad no deseada acelera el envejecimiento
Estudios recientes, como el publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology: Advances, vinculan la sensación de aislamiento con un proceso de envejecimiento biológico acelerado. Es decir, que el cuerpo envejece más rápido de lo que debería, aumentando el riesgo de enfermedades y mortalidad temprana.
Una teoría compartida por Sebastián de la Rosa, médico especialista en longevidad que usa sus redes sociales para hablar sobre alimentación, longevidad, hábitos saludables y bienestar integral, que afirma que la clave para la longevidad está articulada en tres pilares fundamentales: “Buena calidad de sueño, buena alimentación y buen ejercicio”. Unos consejos que, aunque parezcan simples, pueden ayudar a prevenir enfermedades, protegerte contra el envejecimiento acelerado y patologías crónicas.
El divulgador argentino advierte que existe un nuevo factor que cada vez tendrá más impacto en el envejecimiento y se trata del aislamiento psicosocial. Según describe, este fenómeno incluye el hecho de sentirnos solos, aunque estemos rodeados de gente. “Estar separado del resto y estar solo, nos hace envejecer más rápidamente”. En un vídeo publicado en sus redes concluye: “Hoy se sabe que el aislamiento psicosocial puede acelerar el deterioro tanto como una mala alimentación o la falta de ejercicio”.
Para este doctor, ”envejecer bien no es solo vivir más años, sino vivirlos con sentido, con vínculos y con propósito”. Las relaciones sociales sólidas y el sentimiento de pertenencia a una comunidad son pilares fundamentales para la salud emocional, la disminución del estrés crónico y conseguir una mejor calidad de vida.
La soledad nos hace envejecer más rápidamente
La soledad prolongada se vincula con un aumento en la probabilidad de desarrollar diversas enfermedades, entre ellas afecciones cardíacas, diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, así como trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y dificultades cognitivas, incluyendo la demencia y el Alzheimer.
Es por eso que los expertos recomiendan mantener una alimentación saludable y equilibrada, realizar actividad física de forma regular, mantener la mente activa con actividades que produzcan alguna motivación y nos estimulen cognitivamente y tener unas relaciones sociales sólidas.
