Cuando hay heridas del pasado sin sanar, es muy fácil pensar que el problema está en ti. Creer que todo lo que te ocurre es culpa tuya es tratar de caminar con una gran carga, y al mismo tiempo, sentir que solo depende de ti mejorar y resolverlo. “Existe la creencia generalizada de que no está bien ser como soy y me da vergüenza mi personalidad”, explica la psicóloga Marta Segrelles, experta en terapia integradora con un enfoque humanista y en trabajo con heridas emocionales. Conocida por su trabajo con el trauma ha cautivado a miles de lectores con títulos como Abraza a la niña que fuiste o Querida mamá: me dueles, presenta su nuevo libro No hay nada malo en ti donde nos recuerda que el amor propio comienza por aceptar nuestra humanidad sin condiciones.
Sin las herramientas necesarias para lidiar con la culpa y mirarnos con compasión, hacer las paces con nosotras mismas puede ser muy complicado. En este nuevo libro, la psicóloga combina la teoría del IFS y la práctica sencilla para acompañarnos en un viaje al pasado para trabajar en la relación que tenemos con nosotras mismas. En una entrevista con La Vanguardia cuenta la importancia de hacer las paces con nosotros mismos.
¿Qué te llevó a escribir ‘No hay nada malo en ti’?
A partir del trabajo en la consulta y de haber escrito los dos libros anteriores me di cuenta que había un patrón que se repetía y era esa creencia en que no está bien ser como soy sentir vergüenza de mi personalidad. Las personas pensaban que las cosas que les pasaban a nivel emocional y relacional sólo les ocurría a ellas. Esto lleva a pensar que había algo malo en ellas y que quizá a otra persona distinta no les ocurriría lo que ellas sentían. Me parecía importante hablar de este sentimiento como una creencia que refleja esa herida que no ha podido ser elaborada antes.
¿Qué podemos encontrar en este libro?
Es un libro que abordo desde mi modelo de trabajar, que está basado en la intervención desde el apego y el trauma. Sobre todo hablo de la terapia IFS, que son las siglas inglesas de Internal Family System, que es como si tuviéramos una familia interna que tenemos que conocer, en la que a veces se generan desacuerdos y que cada una piensa cómo abordar una situación de una manera contraria y es como si nos pusiéramos a dialogar con ellas.
¿Qué le dirías a las personas que sienten que hay algo malo en ellas?
Es una cosa que menciono en la dedicatoria del libro y es que esta creencia no es una verdad absoluta, sino que es el reflejo de una herida. En muchas ocasiones, lo escuchamos tanto que acabamos concluyendo que el problema lo tenemos nosotros y que la culpa es nuestra. En ningún momento nos planteamos que sea algo que hemos aprendido a decirnos y que podemos tener un diálogo interno mucho más amoroso y compasivo.
Mujer respirando aire fresco en la playa
¿Qué recomendarías a quien detecta un cambio en una relación personal y de forma automática asume que el problema está relacionado con ella?
Esto lo trabajamos mucho en terapia para tener un contexto más personal. En el libro también se abordan estas cuestiones porque no quería que el mensaje de ‘no hay nada malo en ti’ se entendiera como que no hay que asumir responsabilidades cuando nos toca en las relaciones. Cuando nos pasa algo en las relaciones siempre nos disputamos el puesto de preguntarnos si tengo yo la culpa o es de la otra persona, y así poder abordar esta pregunta en profundidad para poder saber a quién tenemos que parar los pies y poner límites y ver cómo está construida esa relación y qué cosas tenemos que aprender.
¿Por qué crees que hay gente a la que le cuesta quererse?
Normalmente, cuando hablamos de autoestima parece que es sencillo y solo hay que seguir ciertos pasos. Cuando no hemos tenido una mirada compasiva a nivel más íntimo —familiar, de amistad o de pareja—, y te has sentido juzgada o castigada, es difícil tener esa mirada hacia nosotras mismas. A nivel social, está más premiado hacer antes que ser, y atender a las necesidades, se ve como algo egoísta. Lo que sale de nosotros es lo que he aprendido y he tenido y parto de esas referencias emocionales.
¿Por qué a veces nos cuesta tanto mostrarnos tal y como somos?
Si en una relación me siento segura y libre, probablemente es que en otras ocasiones no haya sido así. Y a veces, cuesta exponerse a volver a sentir rechazo o sentirse juzgada. En muchas ocasiones, hay personas que se sienten incómodas y piensan que no deberían expresarlo. Incluso en relaciones seguras tenemos que afrontar esta incomodidad aunque nos de miedo que vuelva a pasar lo mismo que en otra relación. Necesito hacer la prueba y ver las consecuencias que tiene esto.
Muchas veces creemos que el camino no es el de sentir incomodidad cuando hacemos algo, porque creemos que debería ser no sentir nada que sea desagradable, y en muchas ocasiones sentir algo desagradable es ser conscientes de cuál es el origen y poder encontrar otra forma de atravesar ese momento y poder alcanzar esa seguridad también con nosotras.
Es necesario entender que una voz crítica hacia nosotras mismas, a veces tiene buena intención
¿Cómo podemos dejar de trabajar desde una visión dañina sobre nosotros mismos?
Cuando detectamos este lenguaje hacia nosotras inmediatamente piensas que es momento de empezar a hablarte bonito. Pero eso, a veces eso realmente sería tapar porque no estaríamos viendo de dónde viene este discurso, de dónde he aprendido estos mensajes. Si tengo ahora una voz crítica debo preguntarme cuándo fue la primera vez que la escuché.
Lo que propongo en el libro es entender que incluso estas partes de nosotras tienen una buena intención y para que ese efecto nos genere bienestar tenemos que saber cuál es el origen. A veces, nos lleva a querer volver a dejarlas atrás, y eso nos hace perder información y la oportunidad de poder transformarlas.
En terapia, ¿qué tipo de herramientas se le puede dar a aquellos que sienten que hay algo malo en ellos?
Cuando trabajamos desde esta perspectiva más humanista e integradora sobre todo la mayor herramienta para mí es la experiencia de un vínculo reparador. Sobre todo es acompañar a la persona con lo que esté atravesando y resignificando lo que vivió. Intentar encontrar un sentido para que tenga una narrativa que no sea fragmentada sino que pueda hacerla como un inicio, un desenlace y un final.
Dos manos entrelazadas al amanecer
En el caso de aquellas personas en las que este sentimiento proviene de una relación familiar complicada. Si se identifica el problema y se intenta sanar, pero se mantiene el vínculo, ¿Cómo se puede trabajar?
La reparación del trauma es más efectiva cuando ya no estás viviendo la situación que te traumatice o te hirió, pero también en el libro se muestra una historia de la exigencia disfrazada de sanación. Es importante ver que una cosa es lo que me gustaría y sería ideal para esa persona y luego está la realidad.
En este libro cuento la historia de una persona que iba a terapia y era consciente de las heridas a nivel familiar, pero cuando volvía a su casa por Navidad, le hacían un comentario inapropiado y a pesar de que sabía que tenía que poner límites, se quedaba callada, sonreía y se a casa volvía sintiendo como si hubiera fallado. Lo importante en terapia es el poder identificar el origen del malestar, y eso también es un proceso. Siempre llevamos el pensamiento a resolver y en muchas ocasiones, evitar una conversación también sería afrontar esa herida.
¿Este sentimiento negativo se asocia a algún tipo de personalidad o edad?
No. He conocido realidades presentes y vivencias pasadas que nada se parecen la una a la otra. En la presentación del libro pregunté cuál era la última vez que habían pensado que había algo malo en ellas y aunque muchas veces pensamos que se da en situaciones muy graves no siempre es así, y en momentos cotidianos nos aparece mucho y quizá no lo atendemos.
Lo importante en terapia es el poder identificar el origen del malestar
¿Qué esperas que aporte este nuevo libro a las lectoras?
Sigue un poco la línea de mis anteriores libros, que sobre todo busca aliviar y encontrar explicación al malestar que tenemos porque muchas veces no relacionamos con que tenga un origen anterior a lo que está sucediendo ahora. Y traer un poco de esperanza a esas partes de nosotras que no han sido vistas y tener la oportunidad de que las miremos con ternura.


