El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
En el aspecto físico, la alimentación saludable y el ejercicio regular son las claves más destacadas, pero a menudo cuesta mantener buenos hábitos durante un periodo extendido de tiempo. Sin embargo, esto puede reducirse a pequeños detalles, que después resultan en diferencias muy significativas. La nutricionista Isabel Viña comentó cinco de ellos en un vídeo compartido en TikTok, destacando cómo se puede incrementar el peso sin ganar masa corporal.
“Hoy vengo a contaros 5 motivos por los que podemos incrementar de peso sin necesariamente ganar grasa corporal. El primero estaría la ingesta de carbohidratos. Cuando ingerimos carbohidratos se almacenan en el hígado y en los músculos como glucógeno. Pues bien, cada gramo de glucógeno representa un grado de glucógeno. retiene absorbe al empaquetarse entre 3 y 4 veces su peso en agua”, comentaba.
“Si sabemos que en el hígado podemos almacenar hasta 100 gramos de glucógeno y en los músculos entre 300 y 400 gramos, podemos intuir que comidas muy ricas en carbohidratos que incrementan mucho el glucógeno nos pueden hacer pesar más sin necesariamente ganar grasa. Y lo mismo ocurre al revés. Dietas que restringen mucho los carbohidratos a corto plazo nos pueden hacer perder mucho peso sin que necesariamente hayamos perdido grasa”, añadía.
“En segundo lugar estarían las comidas ricas en sal. La sal retiene por cada gramo entre dos y tres veces su peso en agua. Por tanto, generalmente cuando salimos a comer fuera, especialmente en sitios de comida ultraprocesada o en restaurantes asiáticos que se cocina con mucha sal, podemos notarnos retenidos dos o tres días después”, sumaba.
Pautas a considerar
“En tercer lugar estarían las fluctuaciones propias del ciclo menstrual. Las mujeres en la etapa fértil, especialmente durante la segunda etapa donde se incrementa mucho la progesterona, podemos experimentar entre un 3 y 4% de incremento de peso sin necesariamente ser grasa. En cuarto lugar estaría el insomnio. El insomnio y el estrés crónico por esa pérdida de regulación del cortisol nos puede hacer retener también líquidos”, profundizaba.
“En último lugar estarían ciertos fármacos, especialmente su uso crónico, como pueden ser los corticoides, que también nos pueden retener mucho líquido. Y estoy hablando de 2, 3, 4 kilos en función de las dosis que estemos tomando”, concluía.


