¿Y si una sola pregunta pudiese acelerar tu recuperación durante una terapia? Muchos nos hemos planteado acudir a un especialista en salud mental para tratar de resolver alguna cuestión personal como problemas de relaciones, asuntos del pasado, conflictos de los que parece que no puede salir por sí solo... Unas visitas que dan lugar a terapias, de mayor o menor duración, en las que los expertos tratan de ayudar a la persona a sanar.
Pero... ¿Te has preguntado alguna vez si podrías estar equivocado sobre ti mismo? La respuesta a esta pregunta podría determinar la duración de tu tratamiento. Esto es lo que afirma el psicólogo estadounidense Gabriel Young, que asegura que hay una pregunta clave que, utilizada en las circunstancias adecuadas, incluso “podría acelerar” el tratamiento de muchos pacientes.
Una de las claves para el éxito de una terapia es la confianza entre paciente y especialista.
Young explica que, para poder comprender esto, hay que entender que un aspecto fundamental de enfoques como la terapia cognitivo-conductual (TCC) consiste en identificar creencias irracionales y sustituirlas por mensajes positivos sobre uno mismo.
Como apunta el psicólogo, uno de los componentes de este tipo de terapias es que se puede “tomar conciencia” de aquello que nosotros mismos no vemos. Por ejemplo, cuando afirmamos que tenemos ciertos comportamientos bajo control, no creemos ser malas personas o no asumimos culpas sobre ciertos comportamientos.
Young: “Una simple pregunta al terapeuta podría ser la solución: '¿En qué me equivoco?'”
“Gran parte de la terapia en tales circunstancias consiste en pasar semanas, meses o años eludiendo el tema”, explica Young. “Pero… ¿Qué pasaría si alguien estuviera dispuesto a aceptar, o al menos a considerar seriamente, el desafío inicial del terapeuta a sus creencias?”, se pregunta.
¿Eres capaz de asumir tus responsabilidades?
Según Young, tomar esta determinación podría implicar que el tratamiento avanzase directamente “hasta las partes de la terapia que realmente se centran en cambiar las cosas para mejor”, ahorrando tiempo y dinero. En un momento en que la demanda de terapia ha crecido tras la pandemia, estrategias como la de Young cobran especial relevancia.
Aceptar un error puede resultar incómodo, ya que pone en evidencia nuestras debilidades y contradice la imagen positiva que solemos tener de nosotros mismos, pero puede llevar a un resultado positivo. Aceptar los errores es un paso esencial para mejorar, y al reconocer nuestros fallos podemos analizarlos y aprender de ellos.
Aquí es dónde, según Gabriel Young, llega la parte interesante. Con solo una pregunta al terapeuta, se podría pasar a esta fase del proceso de la terapia. “Una simple pregunta al terapeuta podría ser la solución: “¿En qué me equivoco? ”. Aceptar la respuesta a esta pregunta podría ser posible si uno se pregunta por qué acudió a terapia en primer lugar”, se explaya. “Se supone que el paciente paga al terapeuta por su experiencia y conocimientos. Obtener una evaluación profesional y sincera del terapeuta lo antes posible parece eficiente”.
En un momento en que la demanda de terapia ha crecido tras la pandemia, estrategias como la de Young cobran especial relevancia.
Un estudio publicado en 2024 en BMC Psychology, respalda la idea de que reconocer errores o al menos procesarlos de forma consciente, puede jugar un papel clave en la sanación psicológica y la relación terapéutica. Otro estudio publicado en 2003 en la revista Journal of Clinical Psychology demostró que admitir errores, culpas o conductas problemáticas suele ser un paso necesario para que el terapeuta pueda ofrecer intervenciones precisas.
Young admite que los terapeutas pueden equivocarse, por eso aconseja optar por realizar este tipo de pregunta a un especialista en el que se confíe para que esto pueda funcionar. “Pero, en mi experiencia, los terapeutas expertos suelen comprender la situación del paciente muy pronto. Es posible que hayan observado patrones similares con cientos o incluso miles de pacientes con anterioridad”, apunta.
