¿Eres de esas personas que está en alerta constante y que teme recibir amor de los demás? Según la popular psicóloga Silvia Severino, esta forma de actuar ante la vida está directamente relacionada con el apego desorganizado. El apego es el vínculo emocional que se desarrolla entre un niño y sus padres o cuidadores durante la infancia. Además, esta relación influye en cómo las personas se relacionan con los demás y consigo mismas a lo largo de su vida.
Tal y como detalla la teoría del apego, desarrollada por la psicóloga Mary Ainsworth y el psiquiatra John Bowlby en la década de 1960, existen cuatro tipos de apego: seguro, evitativo, ansioso y desorganizado. Los tres últimos se consideran estilos de apego inseguros, lo que se manifiesta en miedo, inquietud y relaciones interpersonales conflictivas
A través de un vídeo publicado en su perfil de TikTok, donde acumula más de 655.000 seguidores, la experta ha querido ofrecer una perspectiva clara y contundente del asunto. ''Según la psicología, una de las dinámicas más dañinas es cuando creces con un padre emocionalmente estable y una madre emocionalmente inestable. A esto se le llama apego desorganizado y ocurre cuando la misma persona que te cuida también es la que más miedo te genera'', explica.
La divulgadora señala que en este tipo de apego la mente entra en conflicto. ''Por un lado buscas amor y protección y por el otro temes recibirlo'', afirma. Tal y como recalca, las personas con apego desorganizado se caracterizan por tener un mismo comportamiento: ''Aprendes a estar en alerta constante, a leer cada gesto en silencio, adaptarte para no molestar y tu sistema nervioso nunca aprende a estar en calma, solo vigila''.
El apego desorganizado es otro tipo de apego inseguro, marcado por una infancia de abusos y trauma.
Por ello, la psicóloga insiste: ''El amor para ti se convierte en una actuación y poco a poco tu verdadero yo empieza a desaparecer''. El tema está tan a la orden del día que numerosos expertos se han pronunciado sobre el tema a lo largo de los años, como la investigadora de la Universidad de Toronto Mariana Bockarova.
En un artículo publicado en Psychology Today, la especialista revela que este apego es el resultado de una infancia marcada por abusos –verbales, físicos o sexuales– y traumas. Estas vivencias generan muchas inseguridades y dificultan el desarrollo de habilidades, como la gestión de las emociones.
Superar una relación lleva un proceso de sanación y de validación de la situación.
Además, la investigadora apunta a que las consecuencias son dobles. Por un lado, el niño ve traicionada su seguridad y por otro, entiende que una figura parental o de cuidado puede convertirse en una amenaza grave. ''El niño aprende que la figura de apego (a quién ama y quién es responsable de su seguridad) también es alguien a quién temer'', añade.
En las relaciones románticas, estas personas suelen sentir miedo y ansiedad. Tienen la necesidad de conectar con alguien y sentir amor, pero al mismo tiempo ese vínculo nuevo les genera miedo y estrés. Por este motivo, suelen actuar de forma errática, alejando a las posibles conexiones, movidos por esos sentimientos de rechazo.

