Para muchas personas, atender una llamada telefónica es un gesto cotidiano sin mayor dificultad. Sin embargo, para otras se convierte en una experiencia angustiante. En el punto de la historia en el que la comunicación es más fácil que nunca, este fenómeno que se produce tiene una explicación psicológica clara y afecta a personas hasta el punto de preferir dejar pasar oportunidades laborales o incluso no hacer gestiones básicas por el simple hecho de tener que hablar por teléfono.
¿Por qué hay gente que tiene miedo a hablar por teléfono?
En palabras de los especialistas, este miedo a hablar por teléfono puede presentarse como una fobia específica, la telefonofobia, o como una manifestación más de la fobia social. La psicóloga Cristina Barambio explica que la fobia social implica “un miedo excesivo e irracional a las situaciones sociales en las que el individuo puede ser evaluado”. Las llamadas telefónicas encajan en este patrón porque exponen a la persona al juicio del interlocutor sin la ayuda de la comunicación no verbal. Además, como revela un estudio reciente, las llamadas se viven como intrusivas ya que por norma general llegan de forma inesperada y sin previo aviso, lo que obliga a responder de inmediato sin margen para preparar la conversación. Esta falta de control incrementa la ansiedad y refuerza la evitación.
Hay personas que tienen miedo a enfrentarse a llamadas telefónicas
Otra de las razones más frecuentes es la exigencia de inmediatez. A diferencia de los mensajes de texto, en una llamada no se ofrece un tiempo para pensar y elaborar la respuesta, lo que alimenta el temor a equivocarse o quedar en silencio. Esto explica por qué muchas personas prefieren comunicarse por escrito: les da tiempo, control y distancia emocional.
Desde el punto de vista emocional, los antecedentes también influyen. El hecho de haber recibido malas noticias o críticas por teléfono genera un condicionamiento negativo que lleva a evitar este tipo de interacciones. Además, muchos consideran una llamada como una vulneración de la intimidad si no se avisa previamente, lo que despierta rechazo y desasosiego. Esta percepción se ha intensificado con el auge de la mensajería instantánea y la dificultad de mantener los límites entre el trabajo y la vida personal.
¿Qué puede provocar la telenofobia?
En casos más severos, y tal y como explica Barambio, la telenofobia puede provocar síntomas físicos como dolor de estómago, nauseas, aceleramiento de corazón, falta de aliento, hiperventilación, boca seca o ataques de pánico, pero también psicológicos como la ansiedad, incluyendo conductas evitativas como evitar responder a las llamadas telefónicas, negarse a concretar citas telefónicas o preferir siempre los mensajes. Este problema afecta especialmente a jóvenes y miembros de la generación Z, que consideran que atender llamadas “les consume demasiada pérdida de tiempo”, según la psicóloga.
Con la dependencia al teléfono que hay hoy en día, este miedo puede interferir directamente en la vida diaria: desde pedir una cita médica hasta mantener relaciones personales.
Para paliar este efecto, algunas personas encuentran alivio en estrategias de autoayuda como la meditación o escribir un diario, pero cuando la fobia, pero si esa fobia interfiere sobre manera en nuestra rutina diaria, se recomienda recurrir a un profesional para trabajar el problema de forma adecuada.

