Las nuevas generaciones ya están acostumbradas a crecer entre pantallas. ¿Serías capaz de pasar un día sin tu móvil? Esta situación no solo crea adicción, sino también miedo a estar sin el móvil, al que estamos pegados casi todo el día.
A este miedo se le conoce como nomofobia, un término creado en 2008 por la oficina de Correos Británica y que proviene del inglés “nomophobia” (“no-mobile-phone-phobia”). Un miedo que, según un estudio de la compañía de teléfonos móviles OnePlus en 2022, tenía el 81% de los españoles de entre 18 y 35 años.
Aunque es cierto que, por el momento, la Organización Mundial de la Salud no ha verificado de forma oficial la nomofobia como una patología mental, los expertos cada vez advierten más del aumento en torno a la dependencia que hay hacia los teléfonos móviles.
Más de la mitad de los menores tienen teléfono móvil
70% de los menores con móvil
Según un informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de 2024, el 70,6% de los menores dispone de teléfono móvil y el 94,7 % de los menores entre 10 y 15 años ha usado internet.
Los expertos en Educación en la Universidad de Cádiz, Begoña Sánchez y Víctor Amar, explican en un artículo del Banco BBVA de 2022 que “aquellas personas que la padecen no logran obrar o sentirse bien, pues creen que les falta o se pierden algo, ya que no están conectadas a la realidad tecnológica”.
El artículo también da una serie de síntomas que se pueden dar cuando alguien tiene nomofobia:
- El tiempo que se dedica al móvil cada vez es mayor reduciendo otras cosas como estudiar o quedar con amigos.
- Mayormente suelen tener más de un dispositivo y el cargador a su alcance.
- No soportan que no les funciona el móvil por la cobertura o no saber dónde está.
- Están constantemente pendientes en si les ha llegado alguna notificación o llamada.
- El móvil siempre está encendido.
- Mira en el teléfono móvil durante horas antes de dormirse y es lo primero que hacen al despertarse.
- Se relacionan en la mayoría de casos a través del móvil y no tienen muchas relaciones sociales.
“Si el problema no se afronta en los inicios, puede llegar a afectar a todas las áreas vitales de la persona, repercutiendo de manera negativa en su salud física, emocional y sociofamiliar, y en la gestión del ocio y el tiempo libre. La nomofobia puede llegar a generar trastornos de ansiedad, sintomatología depresiva, problemas de autoestima, dificultades en la concentración, hiperactividad, trastornos del sueño y adicción”, señala Asunción Lago Cabana, directora sanitaria del instituto sevillano Noa, en el mismo estudio.
Reconocer la nomofobia es el primer paso para combatirla. En este caso, lo mejor siempre es acudir a un profesional que te ayude a tener una relación responsable con tu teléfono móvil. Con el objetivo de reducir el tiempo de uso, mejorar la relaciones sociales y fomentar otro tipo de actividades que le distraigan del teléfono móvil.


