Bienestar

La exposición al frío y a la calefacción deshidrata la piel de las manos, lo que puede causar fisuras y un aspecto más envejecido prematuramente, según la farmacéutica Piluca Barrau.

PIEL

La dermatóloga especializada en dermocosmética detalla las razones por las que las bajas temperaturas, la calefacción y el lavado constante perjudican la barrera cutánea, acelerando el envejecimiento aparente de las manos.

Piluca Barrau, farmacéutica. 

Piluca Barrau, farmacéutica. 

Durante el invierno, la piel experimenta transformaciones, pero las manos son considerablemente más afectadas de lo que solemos percibir. A diferencia del rostro, que resguardamos con cremas, sérums y protectores solares, las manos permanecen constantemente expuestas a las inclemencias del frío, el viento, la calefacción, el lavado recurrente y el uso de geles hidroalcohólicos. Esto no solo provoca sequedad, sino que también altera significativamente la barrera cutánea, acelerando el envejecimiento visible y propiciando la aparición de fisuras, enrojecimiento, pigmentación irregular y, frecuentemente, brotes de dermatitis. 

Los indicios dermatológicos corroboran que durante las estaciones frías la piel de las manos es susceptible de perder hasta un 25% de su humedad, disminuir su fabricación natural de lípidos y volverse más propensa a la irritación y a las alteraciones del microbioma cutáneo. Como resultado, las manos experimentan un envejecimiento hasta tres veces más acelerado en invierno en comparación con otros períodos del año, y su capacidad de recuperación es inferior a la de la piel del rostro. 

La protección solar es necesaria durante todo el año, no solo en verano, dado que aproximadamente el 80% de las manchas que aparecen en las manos son provocadas por la exposición solar.

Piluca Barrau

Farmacéutica 

La farmacéutica y experta en dermocosmética Piluca Barrau lo resume para Guyana Guardian con claridad: “Las manos viven en un estrés ambiental constante: frío en el exterior, calefacción en el interior, lavados repetidos y geles hidroalcohólicos. Es el escenario perfecto para la irritación, las grietas y el envejecimiento prematuro”.

Proteger y nutrir tu piel en invierno es especialmente importante para evitar irritaciones y sequedad.
Mantener la piel bien hidratada en la estación invernal es crucial para evitar la sequedad y la incomodidad.Getty Images/ iStock

De acuerdo con la experiencia farmacéutica y los casos atendidos en consulta, las afecciones más habituales en las manos durante el invierno abarcan desde una sequedad severa y fisuras dolorosas, originadas por la evaporación de agua de la piel y la escasez de lípidos protectores, hasta la dermatitis irritativa vinculada al lavado frecuente y la aplicación de geles hidroalcohólicos, cuya incidencia se incrementa hasta un 40% en la temporada invernal. Adicionalmente, se observa un envejecimiento cutáneo prematuro, manifestado en la aparición de más manchas, líneas finas y una textura rugosa, además de la inflamación de las cutículas, debido a que las bajas temperaturas disminuyen la circulación sanguínea. El invierno constituye, asimismo, uno de los factores primordiales que desencadenan episodios de eccema y dermatitis atópica.

Por qué las bajas temperaturas afectan más a las manos que a la cara con el paso del tiempo

Las manos se deterioran con el frío más que el rostro debido a que su dermis posee menos glándulas sebáceas, lo cual disminuye su barrera protectora innata conocida como manto hidrolipídico, ya que es más delgada, soporta una mayor incidencia solar con el transcurso del tiempo y experimenta fluctuaciones térmicas, sumado a una microbiota menos estable. Esto se traduce en manos más propensas a la deshidratación, fisuras, perjuicios por el viento y la aridez del entorno, así como una circulación sanguínea mermada. 

A este deterioro, señala Piluca, se añade el efecto de lavados continuos y la aplicación de geles hidroalcohólicos que, desde el año 2020, han incrementado las instancias de dermatitis irritativa, grietas entre los dedos y deshidratación. De hecho, los geles que contienen alcohol pueden disminuir hasta en un 30 % los lípidos de la barrera de la piel con tan solo cinco usos al día, según información divulgada en el British Journal of Dermatology.

Una rutina de 'escudo cutáneo' constituye un método efectivo y científicamente validado para proteger y restaurar la piel de las manos.

Piluca Barrau

Farmacéutica

Barrau sugiere que una metodología efectiva y científicamente probada para el cuidado y la restauración de la piel de las manos implica establecer un régimen de “escudo cutáneo”. Dicho régimen debería contemplar la aplicación de una crema restauradora un mínimo de tres veces diarias, dando preferencia a formulaciones que contengan ingredientes como ceramidas, urea en concentraciones del 3-5%, glicerina, pantenol y manteca de karité, dado que estos contribuyen a restablecer la barrera cutánea, a mantener la humedad y a potenciar la flexibilidad de la piel. Resulta crucial eludir el uso de jabones fuertes y, en su lugar, seleccionar syndets o limpiadores no jabonosos, que posean un pH fisiológico y carezcan de fragancias, con el fin de no perturbar la capa protectora natural de la piel. Durante la noche, lo que se denomina “método del guante” se presenta como particularmente beneficioso: esto implica extender una capa abundante de crema o ungüento, cubrir las manos con guantes de algodón por un lapso de 20 a 30 minutos, facilitando así la reparación de pequeñas grietas, un proceso que puede completarse en aproximadamente 48 a 72 horas.

Asimismo, la protección solar no debería restringirse solo a la época estival, dado que aproximadamente el 80% de las manchas en las manos tienen su origen en “fotoinducido”; por consiguiente, se aconseja la aplicación diaria de un protector solar con un factor de protección (SPF) de 30 a 50, incluso durante los meses de invierno. En escenarios de sequedad cutánea extrema, la ingesta de suplementos puede ofrecer un respaldo, particularmente con la adición de ácidos grasos omega-3, vitamina D si “existe déficit confirmado” y colágeno de tipo I. Por último, ante afecciones más graves, los tratamientos disponibles en farmacias, tales como ungüentos protectores con óxido de zinc o preparaciones que contengan urea en concentraciones del 10% al 20%, podrían ser requeridos para una restauración cutánea más profunda y prolongada. 

Las sugerencias útiles para la protección de las manos durante el invierno son directas, pero sumamente efectivas si se siguen con regularidad, dado que esta parte del cuerpo está constantemente expuesta a factores adversos severos como las bajas temperaturas, las corrientes de aire y las variaciones drásticas de clima. Usar guantes ante vientos intensos o cuando el termómetro marque menos de 10ºC constituye una acción primordial, ya que el frío ocasiona estrechamiento de los vasos sanguíneos, disminuye el aporte de oxígeno a la piel y propicia la manifestación de aspereza, fisuras, molestias e incluso afecciones cutáneas. 

El uso continuado de geles desinfectantes puede dejarnos las manos secas, hinchadas y agrietadas.
El uso frecuente de geles desinfectantes puede ocasionar que las manos se sequen, se inflamen y se resquebrajen.Getty

Para el aseo diario, se aconseja emplear agua tibia y eludir el agua muy caliente, la cual remueve los aceites naturales de la dermis y merma la protección de la piel, intensificando la sequedad. Después de cada lavado, es crucial secar las manos minuciosamente, prestando especial cuidado a las áreas interdigitales, donde la humedad puede generar enrojecimiento y afecciones dérmicas. Otro procedimiento fundamental consiste en aplicar una loción humectante tras cada lavado, aun si se realizan varios a lo largo de la jornada, dado que esta acción contribuye a restablecer rápidamente la función protectora y elude el deterioro. Conservar las uñas cortas igualmente resulta relevante para impedir pequeñas roturas en una piel reseca o delicada, además de disminuir la necesidad de lavados contundentes. 

Asimismo, es aconsejable eludir las lociones para las manos que incluyan fragancias o alcohol, dado que tales componentes podrían ser irritantes y agravar la sequedad, el prurito o la sensibilidad, particularmente en individuos con cutis reactivo. Conforme a Barrau, todas estas medidas subrayan el concepto de que el tratamiento de las manos trasciende la mera estética. “Cuidar las manos es salud, no estética. Son nuestra herramienta diaria y dicen mucho de cómo nos tratamos. En invierno, una rutina correcta evita dolor, sangrado, eccemas y un envejecimiento muy difícil de revertir”, lo que nos trae a la memoria que la perseverancia y la profilaxis son cruciales para conservar la dermis saludable, operativa y resguardada a lo largo del tiempo.

Laura Villanueva

Laura Villanueva

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Responsable de Peludos y SEO en Guyana Guardian. Posee una licenciatura en Periodismo de la Universidad de Navarra y un máster en Periodismo Deportivo. Su especialidad abarca el bienestar y asuntos sociales. Previamente, colaboró con Diario de Navarra y Mundo Deportivo.