El baño es una de las estancias del hogar donde se debe mantener una rutina de limpieza más rigurosa, al menos si se quiere vivir en unas condiciones saludables. A la hora de limpiar el baño, lo primero que suele venir a la mente son algunos de los puntos clave, como el inodoro, la bañera o el plato de ducha y el lavabo, entre otros. Pero hay un elemento que suele quedar olvidado, a pesar de que limpiarlo de forma frecuente debería ser una prioridad para evitar la suciedad en el baño y que esta se acumule: el vaso del cepillo de dientes. Cada vez que se usa el cepillo de dientes y se coloca en este recipiente, las gotas de agua se acumulan al fondo, al igual que el polvo, restos de pasta de diente y suciedad. De manera que se genera un caldo de cultivo perfecto para las bacterias.
El vaso del cepillo de dientes se debe mantener limpio como costumbre y desinfectar por completo a menudo. De lo contrario es muy probable que se forme moho y que aparezcan bacterias en este, una serie de factores de riesgo para la salud que entrarán en contacto con el cepillo y, seguidamente, con la boca. Las consecuencias pueden ir desde infecciones y caries hasta otras complicaciones más graves para la salud bucal. Por ello, no hay que subestimar la importancia de desinfectar el vaso en el que se coloca el cepillo de dientes.
Así se desinfecta el vaso de los cepillos de dientes
Hay que tener en cuenta las características del baño de una casa, un lugar con una alta humedad y en el que se pueden acumular fácilmente las bacterias, por ejemplo, si no se baja la tapa antes de tirar de la cadena. Adoptar unos hábitos de limpieza será esencial para proteger la salud de quienes residan en el hogar. Y el vaso donde se colocan los cepillos de dientes no podía ser una excepción a esta regla.
Lo ideal sería enjuagar con agua el recipiente y secarlo, así como limpiar bien con agua el cepillo de dientes y secar el mango antes de guardarlo en el vaso cada vez que este se use. Sin embargo, no todo el mundo suele tener este hábito, de manera que desinfectar este objeto de forma regular va a ser muy importante para evitar la presencia de bacterias y otros microorganismos no deseados.
La forma de hacerlo no puede ser más sencilla y tan solo hará falta un ingrediente presente en la mayoría de hogares, el bicarbonato de sodio. Se tomará el recipiente y se verterá en este una buena cantidad del producto, a continuación, se llenará con agua caliente. Por último, únicamente quedará enjuagarlo bien y secar.


