La vida al aire libre ha dejado de ser algo estacional. Ahora el mobiliario de exterior responde a un uso más constante, con propuestas que combinan funcionalidad, diseño y confort. Ya no basta con que los muebles resistan el clima, deben integrarse de manera natural en el entorno, tanto en lo estético como en lo material. El jardín se convierte en sala de estar, el porche en galería y la piscina en salón social. No hay límites dentro-fuera, el diseño de la vida outdoor está más cuidado que nunca.
Como señala el informe de tendencias elaborado por Pepa Casado y Lucía Marín para Gunni & Trentino, el auge de la vida exterior en horario nocturno está transformando profundamente el diseño outdoor. Marcas y diseñadores amplían sus colecciones para incluir soluciones específicas: iluminación ambiental portátil, ligera y eficiente, pensada para prolongar el confort más allá del atardecer.
No hay límites dentro-fuera, el diseño de la vida 'outdoor' está más cuidado que nunca
La paleta cromática se desliza hacia los tonos tierra: ocres, arcillas, verdes musgo y negros volcánicos sustituyen a los blancos brillantes de temporadas pasadas. Pero no todo es sobriedad. La paleta exterior también se declina en colores vibrantes y lúdicos, con rojos y azules potentes, como la colección Trampoline de Patricia Urquiola. Las sombrillas se consolidan como un área clave de innovación, tanto técnica como estética. Es el caso del parasol Anamon de Royal Botania, con un ingenioso sistema retráctil que recoge la tela en el interior del mástil.
El nuevo mobiliario exterior no solo busca cumplir una función, también quiere emocionar. El enfoque se vuelve sensorial, explica Pepa Casado, fundadora de Futurea, empresa dedicada a la investigación y aplicación de tendencias. “Se trata de piezas que invitan al descanso, con formas envolventes que proporcionan seguridad visual y táctil, materiales que transmiten calma y diseños pensados para adaptarse tanto al día como a la noche”.

Striata, teca envuelta en cuerda tejida a mano resistente a la intemperie
El mueble como pieza escultórica gana protagonismo en los jardines más refinados. Las colecciones del 2025 incluyen sofás modulares que recuerdan formas topográficas, tumbonas que simulan dunas y mesas que parecen surgir del suelo como afloramientos minerales. Es el caso de la colección Monolith de Poliform, que se inspira en la solidez de las estructuras megalíticas, como los dólmenes. Las superficies, fabricadas con Cementoskin o piedra basáltica, destacan por su acabado liso y apariencia robusta.
Por otra parte, la modularidad —con piezas cada vez más redondeadas que evitan los ángulos marcados— permite reinventar el espacio según el momento, creando escenarios versátiles que se adaptan a necesidades cambiantes. Comienza el reinado de las curvas irregulares, asimétricas y las formas evocadoras de elementos naturales como pétalos, semillas u hojas.

Mesa Monolith, con estructura de cemento y sillas Magnolia, de iroko
El lujo del mañana es también discreto, inteligente y sostenible. La innovación tecnológica se esconde a la vista. Maderas tratadas con nanotecnología para resistir climas extremos, tejidos inteligentes que repelen la humedad y se autolimpian y sistemas de iluminación ambiental controlados por app redefinen el confort sin comprometer la estética. El futuro es táctil, silencioso e intuitivo.
La conciencia ecológica no es un plus, es la premisa. Las marcas líderes están abandonando los plásticos vírgenes y abrazando la circularidad con estructuras de aluminio reciclado, cuerdas trenzadas con hilos PET recuperados del mar y certificaciones de cadena de custodia FSC en todas las maderas. El lujo ahora, también en exteriores, se mide por su impacto ético y su durabilidad estética