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La empresa familiar que ha tejido un hilo de creatividad entre Barcelona y Katmandú

Artesanía

Mirror in the Sky, la firma de Rosaura Marsiñach y su hijo Pere Autonell, propone prendas, mantas y cojines elaboradas con cashmere superfino y teñidas a mano sin prisa, con paciencia y sabiduría ancestral

Cada pieza es hilada, tejida y elaborada a mano con esmero por artesanas que siguen honrando las antiguas tradiciones transmitidas de generación en generación 

Mirror in the Sky

En algunas zonas del Himalaya nepalí creen que el cielo es un espejo que revela dónde estamos y adónde pertenecemos, un reflejo de la esencia de las personas, de sus valores e ideas, que las muestra a ellas y a sus comunidades como parte de un todo. Fue esta filosofía budista la que inspiró a Rosaura Marsiñach y Pere Autonell, madre e hijo, a crear Mirror in the Sky, una marca atemporal que es una reivindicación del lujo tranquilo (quiet luxury), una propuesta de elegancia, silenciosa y consciente, pero sobretodo una invitación a detenerse frente al consumo desenfrenado y las prisas de la vida.

Pere, que vivió durante un año en Nepal, y Rosaura son dos empresarios aventureros que buscan la conexión de la prenda con las manos que la han tejido. Así, las ropas y adornos de Mirror in the Sky, que se producen en el pequeño país que cuenta con las montañas más altas del mundo, son una llamada a romper el frenesí del mundo de la moda actual, un repertorio de piezas que abrazan el alma de sus hiladores, de sus creadores y de quienes la llevan y que son el resultado de un proceso lento, el mismo que madre e hijo muestran en su showroom de Barcelona, todavía con algunas cajas por abrir, pues acaban de mudarse.

Pere Autonell Marsiñach y su madre, Rosaura Marsiñach, fundaron la marca catalana con el propósito de honrar la autenticidad del cashmere, hilado y teñido a mano, para lograr prendas únicas

Mirror in the Sky

Con sus piezas únicas de un cashmere super fino que transmite la sensación de etéreo, como el cielo de las montañas, los impulsores de Mirror in the Sky entrelazan un hilo invisible con artesanos locales de Nepal, que las crean a mano de principio a fin y una a una. Esa sensación de hogar y suavidad ya se percibe en los cojines y las mantas de su nueva colección home & living. Rosaura, toda pasión, explica que todo el proceso es auténtico, desde las fibras naturales al cien por cien al tejido a mano en telares manuales de madera y el teñido, también a mano, con métodos de larga duración “para lograr piezas exquisitas de alta calidad, de esas que pueden transmitirse de generación en generación”. “Cuando pruebas el cashmere, -sentencia- se acabó, ya no hay otra fibra”.

Sus mantas de punto o tejidas a mano son un canto a la sostenibilidad. “Usamos el fieltrado a mano, una técnica de lavado que nos permite desestructurar el cashmere y romper con esa imagen de manta clásica bien puesta para darle un uso más informal. Jugamos con los degradé, los dip dye, tiñendo una a una las piezas, ese es el sello distintivo de la marca”, presume Rosaura Marsiñach, diseñadora de profesión, que siempre vio como un reto cambiar la idea de que el Nepal, al igual que la India, no sólo se asocia a la cultura hippie sino que puede vincularse al lujo y lo refinado.

La fibra natural se obtiene sin esquilado, peinando y esperando la caída natural del pelo de las cabras hircus de Mongolia y el Himalaya

Mirror in the Sky

El hilado, el tinte, el tricotado, todo se hace a mano, sin prisas, con reverencia. Por eso en las colecciones no hay una pieza igual a otra. “Cada uno de los diseños tiene un proceso artesanal que hace que sea más especial. Son mantas 100% cashmere y por eso es un producto ligero, agradable al tacto y que tan solo ponértelas encima notas que calientan, abrigan y te envuelven en los ratos más íntimos”, comenta Pere Autonell, formado en dirección de empresas y apasionado de la moda y la artesanía.

El proceso de cada pieza empieza en Barcelona, donde Rosaura imagina cada una de las colecciones, con la idea de que sean cómodas y perduren, escoge colores de la paleta de tonos suaves que evocan la naturaleza, las montañas, colores terrosos, beiges, azules, verdes… “Nunca utilizo colores estridentes, aunque de vez en cuando me apetece poner un toque de brillo”, confiesa para defender una armonía entre dos mundos, un puente invisible entre el alma del Himalaya y el espíritu mediterráneo.

Cada pieza es hilada, tejida y elaborada a mano con esmero por artesanas

Mirror in the Sky

Fue en 2014 cuando se juntaron la creatividad diseñadora de la madre con el ánimo emprendedor del hijo para fundar Mirror in the Sky. Con un punto de azar, como en muchos negocios. Habían montado una empresa de importación de frutas de la India, pero una nueva normativa europea hizo encallar la iniciativa. “Entonces empezamos a buscar alternativas, nos fuimos a Katmandú porque nos entró la curiosidad por el cashmere, buscamos oportunidades para trabajarlo y arrancamos”, recuerda Pere, que sintió una conexión inmediata con Nepal, su espiritualidad y el legado ancestral de sus oficios.

Además de la colección home & living, Mirror in the Sky también crea chales, fulares, suéteres, camisetas, vestidos, capas o ponchos

Además de la colección home & living, Mirror in the Sky también crea chales, fulares, suéteres, camisetas, vestidos, capas o ponchos que se elaboran con el mismo cuidadoso proceso y que se venden solo bajo pedido. Son colecciones pequeñas, elaboradas sin prisa, sin excesos y evitando la acumulación de stock. Con una propuesta ética desde la primera hebra hasta la última puntada, desde la fibra que se obtiene durante la muda primaveral de las cabras hircus que viven en las altiplanicies de Mongolia y el Himalaya, que es cuando sueltan espontáneamente su lana más suave. “No se esquilan, son cabras que se peinan y luego se hilan a mano”, apunta Rosaura. El proceso puede alargarse dos semanas por cada animal.

Con sus piezas únicas de un cashmere super fino la firma transmite la sensación de etéreo

Mirror in the Sky

Rosaura Marsiñach pasa varias semanas al año para compartir técnicas con los locales. “Es un intercambio, -asegura mientras me enseña una manta knitted-, está tejida con cachemira pura super fina y suave, manipulada para crear un efecto afieltrado que juega con transparencias y texturas, todo un arte envolvente que te conecta con esas manos que las han tejido”.

Trabajar en Nepal no ha sido fácil, sobre todo al principio: “Costó que entendieran lo que queríamos o los tiempos de exigencia, pues tienen una manera distinta de trabajar, tuvimos que hacer un gran esfuerzo para que facilitaran más condiciones de seguridad y protección al trabajador, pero fue realmente bonito ver los contentos que estaban de las mejoras”, dice Pere.

La firma catalana colabora con una cooperativa de mujeres que elabora su packaging con papel lokta

La firma catalana colabora con una cooperativa de mujeres que elabora su packaging con papel lokta, “un material ancestral que solo se encuentra en Nepal, y que se elabora a mano, mezclando la pasta para hacer hoja por hoja, poner a secar y luego teñir con pigmentos naturales, dando como resultado unas cajas hermosas y sostenibles”, añade orgullosa Rosaura. En cada paquete, como Mirror in the Sky tiene un significado místico y trascendental, se incluye el kalachakra, un mandala budista, como amuleto que inspira el logo de la marca.

“A otras mujeres les hemos enseñado a hacer el fieltro a mano. No somos una ONG, pero es nuestro propósito detrás de la marca”, sostiene Rosaura mientras saca unas fotos donde se la ve con unos ramos de flores y me muestra los regalos que recibe cada vez que va. “Son muy agradecidas y de ellas hemos aprendido paciencia, que todo necesita su tiempo”, sonríe, orgullosa del hilo de creatividad entre Katmandú y Barcelona.