Cómo crear un árbol de Navidad que nadie de tus vecinos tenga: “La tendencia de este 2025 son árboles emocionales y personales”

Decoración navideña

La interiorista Montse Morales cuenta cómo crear el árbol de Navidad perfecto para este 2025 (y de forma muy original)

Montse Morales, interiorista

Montse Morales, interiorista

Carla Capdevila

Cada diciembre trae una tradición única en cada hogar: el momento de colocar el árbol. Hay familias que siempre apuestan por la misma decoración; otras por aportar su toque personal; y algunas por sumarse a las tendencias. Lo que está claro es que la Navidad transforma, al completo, la atmósfera en los hogares para traer toda su magia. 

La interiorista Montse Morales, fundadora de Montse Morales interiorismo, es fiel defensora de que, toda decoración, debe tener un enfoque emocional. Así, con esta premisa es con la que consigue hacer que todos los espacios se sientan cálidos y familiares

Con el árbol de Navidad no iba a ser distinto. La especialista, en esta conversación con Guyana Guardian, propone distintas ideas para hacer que uno de los elementos más protagonistas de las fiestas refleje quiénes somos.

Magia y hogar

Decorar el árbol de Navidad

Elina Fairytale / Pexels

Elina Fairytale / Pexels

¿Cuál es la mejor forma para decorar un árbol de Navidad?

Decorar un árbol natural sin seguir reglas se vuelve más fácil cuando lo vivimos como un gesto íntimo: respirar su aroma, observar sus ramas reales, dejar que la intuición guíe y recordar que no buscamos perfección, sino un momento de calma. Así, el “bonito reto” no pesa, sino que acompaña.

Y traer la naturaleza a casa a través de un árbol artificial también tiene su encanto: evoca sus formas, mantiene la tradición y es una opción sostenible que nos acompaña año tras año.

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Antes de elegir bolas o luces, ¿cómo recomienda que una familia conecte con el estilo emocional de su hogar para decidir qué tipo de árbol les representa de verdad?

Como interiorista emocional, siempre recomiendo que antes de pensar en colores o adornos, la familia se detenga a sentir su hogar: cómo respira, qué historias guarda, qué energía desean potenciar este año. Observar juntos el espacio, recordar momentos vividos allí y preguntarse qué emoción quieren que el árbol despierte (calma, alegría, nostalgia, celebración) ayuda a que la elección no sea estética, sino profundamente personal. Cuando el punto de partida es el sentimiento, el árbol deja de ser un objeto decorativo y se convierte en un reflejo íntimo de quienes lo habitan.

Simon Berger /  Unsplash

Simon Berger / Unsplash

Y si hablamos de tradición, basta recordar que el primer árbol iluminado se adornó con velas reales, un gesto tan poético como arriesgado que buscaba llevar luz a la oscuridad. Ese origen nos recuerda que el árbol siempre ha sido un símbolo emocional antes que decorativo, una forma de encender algo dentro de nosotros.

¿Cuáles diría que son las claves para acertar en la decoración del árbol de Navidad?

Las claves para acertar están en observar antes de decorar: cada árbol natural tiene una presencia propia y, si lo miras con calma, te sugiere lo que necesita. Las ramas abiertas piden ligereza, los follajes densos reclaman profundidad, los árboles pequeños buscan intimidad y los grandes, historia.

Al final, se trata de acompañar su personalidad en lugar de imponerle un estilo. Cuando decoras desde esa sensibilidad, la elegancia aparece sola.

Kateryna Babaieva / Pexels

Kateryna Babaieva / Pexels

¿Cómo puede alguien evitar “decorar para gustar” y, en cambio, construir un árbol que realmente hable de su historia y personalidad?

Más allá de los estilos tradicionales (nórdico, clásico, minimalista, etc.) Que habla de estética, existe una dimensión más profunda: la del árbol que refleja nuestro interior. Cuando dejamos de decorar por tendencia y empezamos a decorar por sentimiento, nacen los árboles emocionales, aquellos que no buscan impresionar, sino expresar.

¿Qué ideas puede recomendarnos para crear un árbol ideal esta Navidad?

Te recomiendo cuatro: el árbol de la calma, el del agradecimiento, el del recuerdo y el de los sueños.

El primero es el árbol que acompaña en lugar de deslumbrar. Perfecto para quienes desean que diciembre sea una pausa y no un ruido. Sus tonos suaves, luces que respiran, adornos serenos y espacios vacíos entre ramas crean un refugio visual donde la calma encuentra aire.

Sklum

Sklum

Puede envolverse con cintas de tela que lo abrazan de forma romántica, adornarse con lazos o vestirse únicamente en blancos gélidos que, lejos de ser fríos, arropan por el significado que transmiten. Así, se convierte en un árbol que no impresiona, sino que invita a respirar junto a él.

En el árbol del agradecimiento cada adorno simboliza algo por lo que das gracias (personas, momentos, aprendizajes) y juntos forman un árbol íntimo, lleno de detalles que solo tú comprendes y que, al mirarlo, tocan el corazón. Pueden ser estrellas, adornos de papel con notas o simplemente unas bonitas bolas de cristal.

Olena Bohovyk / Unsplash

Olena Bohovyk / Unsplash

El del recuerdo no es un árbol triste, sino profundo. Honra lo que fue y sigue siendo parte de tu raíz. Puede incluir fotos pequeñas, objetos simbólicos, cintas con nombres o fechas y luces cálidas que evocan brasas que nunca se apagan. Es un árbol que abraza desde dentro.

Finalmente, propongo el de los sueños. Este árbol no solo decora: manifiesta. Sus adornos representan lo que deseas atraer al nuevo año (campanas para lo que deseas anunciar una buena noticia, alas para lo que quieres liberar y llaves para lo que quieres abrir) convirtiéndose en un acto poético de intención.

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¿Qué le dirías a alguien que piensa que no tiene buen gusto para decorar?

A alguien que piensa que no tiene buen gusto para decorar le diría que el árbol de Navidad no es un examen, sino un espacio de expresión íntima. No se trata de seguir reglas ni de impresionar, sino de conectar con lo que uno siente. 

Antes de colocar el primer adorno, conviene crear un pequeño ritual: bajar la intensidad de la luz, respirar hondo, percibir el aroma del árbol, tocar sus ramas para darle la bienvenida y recordar por qué queremos decorarlo este año. Esa pausa transforma el proceso, porque la decoración deja de ser una tarea y se convierte en un momento meditativo, donde cada gesto tiene intención y cada detalle guarda alma. Así, el árbol se convierte en creatividad personal y no en una prueba de estilo.

¿Qué errores son habituales a la hora de decorar el hogar en Navidad?

Uno de los errores más habituales al decorar el hogar en Navidad es pensar solo en lo visual y olvidar que un ambiente realmente acogedor es multisensorial: se huele, se oye y hasta se intuye. Muchas veces se coloca el árbol y los adornos sin crear la atmósfera que los sostiene.

Decorar bien es montar una pequeña escenografía donde el protagonista es el árbol y el mensaje, siempre, el sentimiento

News Correspondent

Un árbol no es solo un árbol, es el corazón de una escena, y para que respire necesita un marco: aromas que acompañen (pino profundo, cedro, naranja especiada), música suave que acaricie sin invadir, luces ambientales que envuelvan sin competir y texturas alrededor que arropen, como una manta, una cesta o una base textil que abriga el tronco. Decorar bien es, en el fondo, montar una pequeña escenografía donde el protagonista es el árbol y el mensaje, siempre, el sentimiento.

Valeria Boltneva / Pexels

Valeria Boltneva / Pexels

¿Y qué hay sobre la luz?

La luz es la parte esencial del árbol y lo que más transmite en Navidad. Para mí, la luz adecuada no es solo la que se ve, sino la que crea un ambiente tranquilo y acogedor. No hace falta recargarlo: un árbol no necesita excesos para ser elegante. Una luz bien colocada aporta calma; una mal colocada distrae.

En mi casa, el árbol funciona casi como una lámpara del salón y me acompaña durante mucho tiempo. De hecho, cuando pasan las fiestas no lo quito enseguida. Lo dejo hasta febrero porque me encanta la luz que aporta al ambiente.

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