Superar el mal de amores: del sufrimiento amoroso al amor armonioso

Autocuidado

Saber convivir con las rupturas amorosas es uno de los retos de la vida. Probablemente, es mejor amar que construir una coraza de protección

La cuestión es hallar formas de amor sanas, no obsesivas ni dependientes. Y cuando el amor se acaba… decir adiós sin amargura

Las decepciones amorosas son comunes a lo largo de la vida de una persona, pero la búsqueda de un amor armonioso nunca ha sido fácil

Las decepciones amorosas son comunes a lo largo de la vida de una persona, pero la búsqueda de un amor armonioso nunca ha sido fácil

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El cine y la literatura han construido ese modelo de amor romántico y para toda la vida que hoy, llegado el siglo XXI, se tambalea. Hoy la mujer es el sexo débil fortalecido y el hombre es sexo fuerte debilitado.

Las formas de relación son múltiples y el matrimonio establecido es solo una opción. Pese a ello, por mucho que queramos, sea bajo el género o formato que queramos, los seres humanos seguimos amando, enamorándonos y sufriendo por desamor.

Los seres humanos seguimos amando, enamorándonos y sufriendo por desamor, es ley de vida

Los seres humanos seguimos amando, enamorándonos y sufriendo por desamor, es ley de vida

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Quienes se quedaron en historias como Romeo y Julieta (F. Zeffirelli, 1967), Pretty Woman (G. Marshall, 1990) o Ghost (J. Zucker, 1990) seguirán esperando a su príncipe azul o a la bella princesa de un reino de fantasía. Otros estarán por amores más rebeldes como el de Bonnie & Clyde (A. Penn, 1967) o Thelma y Louise (R. Scott, 1991) no importa. Incluso una parte serán adictos a esos amores obsesivos y más sexuales que aprendimos de Atracción Fatal (A. Lyne, 1987), Instinto Básico (J Cameron, 1992) o Elle (P. Verhoeven, 2016)

De alguna forma, todas puedan ser formas de amar no del todo saludables, por idealizar, ser obsesivas o depender de expectativas que no siempre se cumplen. Como decía Stephen Zweig “son muchísimos los que aman, poquísimos los que saben amar”.

Son muchísimos los que aman, poquísimos los que saben amar”

Stephen ZweigEscritor

Antoni Bolinches en su libro Psicoterapia para el mal de amores (Urano, 2024) nos da pistas sobre cómo trascender el sufrimiento amoroso. Para empezar, es importante aprender de las experiencias del pasado. 

Cada ruptura amorosa ha sido una oportunidad de aprendizaje que nos habilita para vivir amores futuros de una forma sana y madura. La base no es quedarse en el sufrimiento de la víctima sino asumir responsabilidades con madurez y aprender a amar. Por ejemplo, la vía amorosa no consiste en querer cambiar al otro, sino en permitirle ser quien es y darle espacio en libertad.

Sufrir de amor

El equilibrio en el amor es algo que también evita sufrimiento. No enamorarse es siempre una opción, pero demasiado sacrificada

El equilibrio en el amor es algo que también evita sufrimiento. No enamorarse es siempre una opción, pero demasiado sacrificada

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Una solución radical para no sufrir de amor sería no enamorarse. Esto no siempre es fácil y comporta una actitud ante la vida e incluso una impostación forzada. 

El equilibrio en el amor es algo que también evita sufrimiento. La iniciativa ha de ser bidireccional, si sólo pide uno y el otro accede, entramos en el riesgo de que el primero se sienta no deseado y el segundo, presionado.

Factores de riesgo

  1. Como los defectos nunca suman, procura moderarlos.
  2.  Como el exceso de virtudes también puede restar, procura no exhibirlos demasiado.
  3.  Como lo que resta influye más que lo que suma, procura restar poco en las virtudes y sumar poco en los defectos 

La saturación convivencial es otro de los grandes demonios de las parejas. En muchas ocasiones, la convivencia juega en contra del amor que unió a dos personas. La saturación llega por la cantidad de cosas que se aguantan y el umbral de lo se está dispuesto a sostener depende mucho de la edad.

Engañar a tu pareja pueden poner fin a una relación

Engañar a tu pareja pueden poner fin a una relación

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A ciertas edades, ya no aguantamos casi nada. También las correrías amorosas con relaciones sexuales no consentidas por la pareja, pueden poner fin a una relación, a menos que se haya pactado que esta sea abierta.

Factores de ruptura

  1. Saturación convivencial
  2. Enamoramientos alternativos
  3. Las infidelidades

El drama de la pareja estable es la implicación del riesgo de ser dejados desde el momento que decidimos convivir en amor. Normalmente, sufre más la persona que ha sido dejada y lo que hay que salvaguardar más es la autoestima. Si esta queda afectada, el sufrimiento es profundo y longevo.

Para salir del sufrimiento amoroso no hay otra que autorresponsabilizarse y aprender. Como plantea Antonio Bolinches “en lugar de responsabilizar al otro de nuestro malestar, seamos capaces de preguntarnos a nosotros mismos por qué vivimos las cosas de tal o cual manera y qué podemos hacer para positivizarlas.”

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La superación del mal de amores depende más de cómo se afronta el dolor que del dolor en sí mismo.

El sufrimiento puede desestabilizarnos mucho. La madurez es la gran respuesta para afrontarlo y saberlo convertir en un aprendizaje. No obstante, la tremenda paradoja es que parece que para madurar hay que sufrir.

Dinámica psicológica para atenuar el mal de amores

  1. Sufro porque me han dejado y acepto esa realidad.
  2. Como sufrir no me gusta, busco una manera constructiva de dejar de sufrir.
  3. Al buscar esa manera, sin refugiarme en conductas autodestructivas, ya estoy activando la actitud positiva.
  4. Cuando encuentro esa manera, no solo estoy contento por sufrir menos, sino también porque mi seguridad personal sale reforzada.

Madurar es superar la adversidad y la capacidad de positivar el sufrimiento.

Amor armónico

Una parte importante de nuestra felicidad personal depende de saber desarrollar un amor armónico y madurar con el

Una parte importante de nuestra felicidad personal depende de saber desarrollar un amor armónico y madurar con el

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Sin duda, una parte importante de nuestra felicidad personal depende de saber desarrollar un amor armónico. Un buen punto de partida es asumir que las parejas reales no son ideales. Puede haber diferencias y hay momentos en que hay que aplicar ejercicios de inteligencia constructiva. Pactar y redefinir resulta beneficioso por mucho que haya sentimientos de por medio. No obstante, tampoco hay que dejar que la fantasía deje de acompañar al amor.

Los caracteres han de ser compatibles sin que esto implique iguales o parecidos. Simplemente, sintónicos para entenderse. Igualmente, el grado de madurez es fundamental para poder encajar.

El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien”

Milan KunderaEscritor

Ver el mundo de una forma parecida y proyectarse hacia un futuro común en el que ambos miembros coincidan en lo esencial, marca una buena dirección.

Por encima de todo, uno de los grandes pilares del amor armónico es entender que si uno quiere convivir en armonía, primero debe armonizarse a sí mismo.

Las cuatro patas de la pareja estable

  1. El buen acoplamiento sexual.
  2. Los caracteres suficientemente compatibles.
  3. La escala de valores similar.
  4. El proyecto de vida convergente. 

Amar de una forma sana, es dar sin esperar nada a cambio. Aceptar al otro como es y respetarle, dándole espacio y libertad para poder ser. A partir de aquí, entre los dos, puede crearse un espacio de amor armónico que es de ambos, sin que ninguno tenga que renunciar a nada de lo que es. 

Es necesario tener un proyecto de vida convergente

Es necesario tener un proyecto de vida convergente para poder amar saludablemente y evitar discusiones

Lifestock

Simplemente, puliendo aristas de su personalidad. Amando de forma responsable, madura y sana.

Las cuatro etapas del amor

  1. Primera juventud (16-25 años): primeros enamoramientos, compromisos amorosos y experiencias sexuales.
  2. Segunda juventud (26-35 años): primeras convivencias, familias y rupturas.
  3. Primera adultez (36-45 años): etapa crítica en la que positivan los fracasos y la persona se orienta hacia la madurez. De no ser así, se corre el riesgo de encadenar relaciones destructivas que van neurotizando a quien las vive.
  4. Segunda adultez (46-65 años): etapa de consolidación y/o revisión de las grandes decisiones cruciales propias de una década prodigiosa. Se refuerzan los aciertos que afianzan la madurez o se cronifican los fracasos que incrementan la neurosis. 

Para todos aquellos que están en las dos últimas fases y padecen cierta ansiedad, apatía o inseguridad, Bolinches lanza una buena receta: “la única manera realista de favorecer el bienestar amoroso es hacerse digno de ser querido por el eficaz método de tener claro que cuanto mayor es el grado de equilibrio y madurez personal, más fácil resulta convertirse en sujeto amoroso atractivo.”

La cuestión pasa por ir aprendiendo de cada mal de amor y madurar para alcanzar una vida feliz, en pareja o como uno quiera.

Cuanto mayor es el grado de equilibrio y madurez personal, más fácil resulta convertirse en sujeto amoroso atractivo”

Antoni Bolinches

Milan Kundera, cuando pensaba en el amor a cierta edad, decía “el amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.”

Aunque, probablemente, la cita que mejor puede cerrar este escrito es de Gabriel García Márquez: “Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado, es dejar ser sin poseer.”

Claude Rains, Paul Henreid, Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en el set de 'Casablanca' en 1942 en Los Angeles

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