Cookie Mueller, la vida loca de la musa 'underground'

Protagonista Ochentera

Renace la diva inolvidable que representó los años ochenta en Nueva York

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Desde Robert Mapplethorpe hasta Andy Warhol, toda la escena artística de Nueva York se encontraba con Cookie Mueller en las grandes fiestas 

Patrick McMullan

“Cookie era el centro de la vida del downtown de Nueva York”. Así es como la escritora y actriz ochentera Cookie Mueller (Baltimore, 1949) es recordada por la fotógrafa Nan Goldin. Narradora de la escena contracultural de Nueva York en los años setenta y ochenta, Goldin solía inspirarse en sus amigos para sus retratos, y en Mueller encontró un modelo ideal, no solo por el cabello rubio elevado en un moño o en trenzas desordenadas, o por la ropa que Mueller cosía para sí misma en la parte trasera de los taxis. Lo que atraía a Nan Goldin —y a todo Nueva York— era su estilo de vida único. “Cookie siempre intentaba encontrar lo gracioso en la vida”, cuenta Goldin en el documental All the beauty and the bloodshed. “Solía decir: ‘No sé por qué la gente piensa que estoy loca. No lo estoy. La locura simplemente aparece en mi camino’”.

Sobre el camino que la llevó a convertirse en escritora, Mueller declaró: “Recibí la mayor parte de mi educación viajando y trabajando en empleos absurdos”. Entre ellos destacan los de paseadora de caballos de carreras, traficante de drogas, bailarina gogó, limpiadora, empacadora de pescado, camarera, marinera, cocinera en alta mar y madre soltera en asistencia social.

Cookie Mueller shot for Soho News magazine,hair and make-up created by Van Smith

Cookie Mueller se forjó a través de experiencias como bailarina gogó, marinera y madre soltera 

Tobi Seftel/Corbis via Getty Images

Lo que mantiene vigente la obra de Mueller es la manera en que su personalidad salta de la página. Como cronista del East Village Eye y luego crítica de arte para Details Magazine escribió desde perfiles de su amigo Basquiat hasta una columna frecuente de consejos titulada Ask Dr. Mueller en la que elaboraba cuidadosamente respuestas que se inventaba.

Sus amigos no podían distinguir qué era verdad y qué era ficción. “Cookie tenía historias sobre haber conocido a Charles Manson, que podían o no ser ciertas. Ninguno de nosotros estuvo allí, ninguno lo vio. Pero ella decía que sí”, confesó Mink Stole, con quien Mueller actuó junto a Divine en algunas de las primeras películas de John Waters, como Pink flamingos y Female trouble. En la misma época, como actriz de teatro, fue una musa instantánea para Gary Indiana: “Me enamoré de ella la noche que la conocí y nunca dejé de amarla”, recordó el dramaturgo. “Desde entonces escribí obras de teatro solo para que Cookie las protagonizara”.

Female Trouble  Year: 1974 USA Director: John Waters Cookie Mueller, Divine, Susan Walsh. Credit: Album / Alamy

Susan Walsh, Divine y Cookie Mueller posan para el póster de la película 'Female trouble' (1974) de John Waters 

Album / Alamy

Sus crónicas e historias tienden naturalmente al consejo: “Si temes no tener sentido del humor, hay algunas cosas que puedes hacer para fingir que lo tienes. Fingir algo suele traer lo real más pronto que tarde”, escribió. En efecto, la realidad del underground se reflejó en su escritura. El comisario de arte Carlo McCormick dijo en Edgewise: A picture of Cookie Mueller, la historia oral de la vida de Mueller compuesta por Chloé Griffin, que “si eras famoso en nuestro mundo, eras famoso, aunque nadie más hubiera oído hablar de ti. Ella hablaba a todos nosotros y por todos nosotros”.

Esa capacidad de relacionarse con todos impresionó a Rodrigo Olavarría, poeta y primer traductor al español de Mueller, durante un viaje a Nueva York en el 2014. Allí compró la versión en inglés de Caminar por aguas cristalinas en una piscina pintada de negro, la recopilación de la obra de Mueller de la que tradujo la primera parte el año pasado. “Ella era capaz de alcanzar el lirismo sin usar palabras rimbombantes”, expresa el traductor. Recuerda haber pensado: “Este libro puede producir un cambio. Puede ser muy influyente si llega a las manos correctas”.

La primera parte de la obra de Cookie Mueller se tradujo por primera vez en 2024, y se prevé que la segunda se publique antes de Navidad

Rodrigo Olavarría ha traducido la obra de Mueller en dos partes; la segunda aparecerá próximamente 

Cortesía Los Tres Editores

Este otoño llegará la continuación de la obra de Mueller con La verdad sobre el fin del mundo: fábulas y columnas, que demuestra de forma definitiva la singular comprensión que Mueller tenía de la vida en Nueva York. Olavarría sintió su compañía de alguna forma mientras la traducía: “Cuando la leía, percibía que tenía a mi mejor amiga sentada frente a mí con una copa de vino, un poco borracha, contándome su verano”.

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El recuerdo de Cookie sigue siendo vívido para quienes la conocieron. Las primeras líneas de Goldin en All the beauty and the bloodshed son punzantes: “Es fácil hacer tu vida interesante, pero es más difícil mantener recuerdos reales. La experiencia real no viene envuelta en finales simples”. Goldin sufrió profundamente la muerte de Mueller por sida en 1989. Años después, Goldin escribió sobre cómo fue perder a su amiga: “Siempre pensé que si fotografiaba lo suficiente a alguien, nunca podría perderlo. Al juntar las fotos me di cuenta de cuánto había perdido y de lo poco que hacía la fotografía. Me había fallado. No salvó a Cookie”.

FEBRUARY 1989: Novelist and actress Cookie Mueller poses for a February 1989 portrait n New York City, New York. Cookie Mueller has starred in many John Waters films. (Photo by Bob Berg/

El recuerdo de Cookie Mueller sigue vívido en su escritura 

Bob Berg/Getty Images

Las flores llenaron la iglesia de la calle Saint Mark’s durante el funeral de Mueller. Una fotografía de Goldin, que muestra a su amiga con una flor en el pelo en un ataúd dorado abierto, se convirtió en un símbolo de la crisis del sida que arrasó el downtown en los ochenta. La ceremonia reunió a la escena underground de la ciudad y demostró que la locura que Mueller siempre encontraba en su camino no solo hizo su vida interesante, sino que trastocó a medio Nueva York.

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