Después del verano, la ciudad coge fuerza con iniciativas irresistibles: restaurantes que abren, espacios que prometen diversión o destinos clásicos que amplían su experiencia. Es el momento perfecto para redescubrir Madrid bocado a bocado. Porque, cada otoño, el mejor plato siempre está por venir.
Chiru y sus mini handrolls, la nueva tendencia nipona
Mini handrolls que se comen con la mano, sin palillos
En formato mini, la nueva tendencia de la cocina nipona protagoniza la carta de Chiru (c/ Infantas, 32), un bonito y acogedor restaurante japonés recién aterrizado en el barrio de Chueca que conquista con sus mini handrolls. Frente al sushi tradicional, este formato se presenta como un alga nori rellena al momento con pescado, arroz y salsas que se come con la mano, sin palillos, siempre recién hecha para conservar la textura crujiente. Pero Chiru da un giro aún más interesante al trabajarlo en formato mini, lo que permite disfrutar de una experiencia más completa al poderse probar y compartir una mayor variedad de sabores en cada visita y a un precio absolutamente imbatible: desde 1,90 euros hasta 6,50 euros.
Anímate a probar los mini handrolls de Salmón spicy mayo (salmón con spicy mayo, aguacate, huevas de tobiko y cebolla frita), Vieira Hokkaido (vieira ahumada con mayo acevichada, escamas de pan japonés y lima), Ebi furai (langostino crujiente con aguacate y mayo chili garlic) o Wagyu A5 (wagyu A5 con lima, cebollino fresco y sal en escamas). Te costará elegir, hay hasta 12 distintos. Además, el menú de Chiru se completa con una selección de nigiris flambeados, sashimis con salsa ponzu y una sección de entrantes japoneses que van desde los clásicos takoyaki o yakitori hasta propuestas como el tiradito de salmón y maracuyá o los pimientos de padrón estilo japonés (bañados con una salsa de soja con cítricos). Podrás disfrutar de la experiencia sentado en la barra o en una mesa.
Cena consciente, a la luz de las velas, en El Jardín de Orfila
Los jueves se transforma en un refugio íntimo iluminado por la luz cálida de las velas
Cada jueves por la noche, El Jardín de Orfila se transforma en un refugio íntimo iluminado por la luz cálida de las velas. En un oasis urbano donde la calma se respira y el tiempo se desacelera para permitir disfrutar de una experiencia gastronómica pausada y consciente. La carta elaborada por el chef ejecutivo Mario Sandoval está pensada para saborearse sin urgencias con platos que respetan los ritmos de la naturaleza y celebran la cocina de origen, con la excelencia que caracteriza a Relais & Châteaux Orfila.
Esta iniciativa forma parte de Instantes Orfila, una propuesta sensorial impulsada por el Hotel Orfila (c/ Orfila, 6) donde lo importante no es solo lo que se saborea, sino cómo y con quién se comparte. “Todo comenzó con un gesto simple, casi accidental: el apagón nos dejó sin luces… y encendimos las velas. En ese instante, descubrimos que también es posible apagar el ruido mental y emocional que nos envuelve a diario. La idea es sencilla, pero poderosa: recuperar la presencia”, apunta Verónica García, CEO de Relais & Châteaux Orfila. Las cenas se pueden disfrutar los jueves en horario de 20h a 22.15h.
Finger food, música y cócteles en El Cielo de la Castellana
Cuando llega el atardecer, este espacio en las alturas se transforma en un 'afterwork' vibrante
Así se llama el exclusivo rooftop que acaba de inaugurar el hotel H10 Tribeca (c/ Pedro Teixeira, 5) en su planta 12. El Cielo de la Castellena llega con una atractiva propuesta de afterworks y tardeos a pocos metros del Paseo de la Castellana y con vistas panorámicas del skyline de la ciudad. La amplia terraza dispone de una zona de día para disfrutar de su plunge pool acristalada y una zona gastronómica para tomar un cocktail o disfrutar de propuestas de cocina mediterránea con toques internacionales. Cuando llega el atardecer, este espacio en las alturas se transforma en un afterwork vibrante con música en vivo, dj y eventos singulares como technoyoga al atardecer.
Cada mes, en el terreno gastronómico, su restaurante presenta creaciones originales como el Torrezno y Humus de Aguacate Cítrico acompañados de Dos Tintos de Verano con Espuma de Maracuyá, o el Ceviche Nikkei de Mejillones maridado con Verdejo Bajo Cero. Destaca su degustación en cinco tiempos, Un paseo por el Cielo de la Castellana, en formato finger food. El menú está disponible todos los días, a mediodía y por la noche, y se ofrece para un mínimo de dos personas con un precio de 70 euros para las dos. Permite añadir maridaje por 20 euros más por persona.
El nuevo Mercado Madriles Reina Victoria
Son seis puestos de comida muy diferentes los que aglutina el Mercado Madriles Reina Victoria
Son seis puestos de comida muy diferentes los que aglutina el Mercado Madriles Reina Victoria, un nuevo espacio gastronómico de Madrid, a los pies del hotel VP Sognio Metropolitano (Avenida de la Reina Victoria, 12), donde poder disfrutar de desayunos, comidas, afterworks y cenas. “Mercado Madriles Reina Victoria está inspirado en los mercados por el mundo que más nos han gustado, como el Mercato Mayfair de Londres, el Mercado Roma de México o aquí, en Madrid, el de San Ildefonso. Como buenos madrileños, hemos querido unir las ventajas de un restaurante con las de un mercado. Esto hace que nuestro espacio tenga el diseño y la calidez de un restaurante y la oferta gastronómica de un pequeño mercado”, apunta Javier Pérez Jimenez, director general de VP Hoteles y Ginkgo Restaurantes.
En Taco Santo, los clásicos tacos de cochinita pibil con cebolla encurtida o las quesadillas de carne estilo pastor son platos protagonistas. Kung Food invita a probar Oriente con su bao de pato asado a las cinco especias o sus gyozas de pato y cebolleta china. En Healthy Canalla, la cocina se reinventa con recetas frescas como el salmón asado en costra de hierbas con lima o el tartar de aguacate con pesto de almendras. Tapeo Madriles celebra la tradición castiza con una selección de imprescindibles como la ensaladilla clásica, las patatas bravas o las croquetas de jamón ibérico. A esta diversidad se suma el obrador Pan.Delirio, famoso por su premiado roscón de Reyes, su carta de repostería y sus creaciones saladas, como tostas y sándwiches. Además de dispensar su extraordinario pan artesano, se instala ahora en forma de cafetería con una exquisita oferta de dulces y salados. No falta la nota líquida con Gingko Bar y su cuidada selección de cervezas y vinos, y Gingko Cocktail, donde las mezclas clásicas se encuentran con las técnicas más innovadoras.
La Charca Restaurante: brasas y guisos en plaza de España
Las raíces gastronómicas asturianas cobran fuerza en guisos como la fabada asturiana
Ubicado junto a su hermano pequeño, La Charca Taberna, y muy cerca de Cervecería Asgaya (c/ Ferraz, 8), este nuevo restaurante del grupo nace con una base en la que el fuego, el humo y las brasas definen su apuesta por el sabor directo, la técnica y el respeto al producto. Al hilo conductor que vertebra la parrilla y el horno de carbón de encina de La Charca Restaurante (c/ Álvarez Mendizábal, 7) se suma la herencia más reconocible del Grupo Asgaya: los guisos tradicionales asturianos. Un homenaje a la cocina de raíz y al recetario del norte.
Carnes, verduras, pescados y mariscos pasan por la parrilla, el ahumador en frío y el horno de carbón de encina. Estas técnicas potencian la intensidad de los productos y aportan aromas y matices diferentes en platos como las mollejas de ternera ahumadas y glaseadas con parmentier. También en otras elaboraciones como el pulpo a la brasa con crema de revolconas o las almejas al horno de carbón con su propio jugo. La filosofía de las brasas se mantiene, igualmente, en los principales de carne y pescado, como el chuletón de vaca madurada al carbón y el rodaballo a la parrilla. Además, la carta presta especial atención al producto de temporada: setas, verduras frescas y producto de caza encontrarán su lugar en las ascuas de La Charca Restaurante. Más allá, las raíces gastronómicas asturianas cobran fuerza en guisos como la fabada asturiana, las verdinas con bogavante o los callos a la asturiana. Platos de cuchara, fondos bien trabajados y recetas que remiten al recetario del norte.
