Es el tema candente en Reino Unido tras la publicación del libro Fascist Yoga (Editorial Pluto) del escritor, cineasta y figura de la contracultura británica Stewart Home que ha estudiado la implantación del yoga moderno en Occidente y su relación con el culto desmesurado al cuerpo de la ideología nazi.
Home se apresura a marcar las diferencias entre el yoga meditativo que se práctica en India hace varios milenios y el yoga moderno. Según su libro, éste último no tendría más de 120 años y es “la gimnasia europea del siglo XXI regada con polvos de hadas orientalistas”. Él mismo comenzó a practicar ese yoga, el que se hace en casi la totalidad de los países occidentales, en 2009 y le espantaron “las estupideces new age” que decía la monitora.
Habla de personajes como Maximiani Julia Portas, quien aseguraba que Hitler era una encarnación de un dios hindú
Se puso a investigar cómo llegó el yoga a California a principios del siglo XX, en qué momento surgió su vínculo con los nazis, pasando por los voceros de Alt-Right hasta llegar a Rober F. Kennedy hijo, colaborador estrecho de Donald Trump a cargo del movimiento MAHA (Make America Healthy Again).
En el libro habla de personajes extravagantes como la francesa Maximiani Julia Portas, cuyo nombre yogui es Savitri Devi, quien aseguraba que Hitler era una encarnación de un dios hindú, y explora la relación del yoga con el ocultismo y las ideologías nacionalistas más extremas con la intención de demostrar que una de las subculturas más populares de Occidente no es exactamente neutral, al menos en alguna de sus vertientes.
Practicantes de yoga meditativo en India
En Fascist Yoga se detallan las conexiones de algunos de los líderes de la práctica con la extrema derecha. Sin embargo, se podría argumentar que solo porque algunos fascistas se interesaran por el yoga eso no lo convierte en una práctica fascista. Pero Home va mas allá y demuestra en su libro que el círculo de Piere Bernard, una figura siniestra del supremacismo blanco, fue de los primeros en difundir la Práctica Postural Moderna (yoga moderno) y lo conectó directamente con el arianismo.
Luego un discípulo de Bernard, Paul Dukes, protagonizó la primera cobertura televisiva de una clase de yoga a finales de la década de 1940. “Mientras difundían la Práctica Postural Moderna en la primera mitad del siglo XX, este grupo falsificó sus orígenes utilizando creencias supremacistas blancas totalmente acordes con la teoría racial nazi, afirmando, entre otras cosas, que el yoga fue inventado por unos invasores arios rubios del valle del Indo que crearon un sistema de castas similar al hindú para preservar su sangre.
El escritor cita el libro más conocido sobre los orígenes del yoga publicado hace ya quince años: El cuerpo del yoga: los orígenes de la Práctica Postural Moderna, de Mark Singleton, publicado en España por Kairós que afirma que el yoga moderno habría sido inventado en los años veinte por nacionalistas indios que tomaron prestados métodos de ejercicio occidentales y luego afirmaron falsamente que eran versiones inferiores de las prácticas milenarias de India.
Para Home, sin embargo, la versión más temprana de la práctica postural moderna se originó en Estados Unidos y no en la India. “La gente cree que lo que se practica en los gimnasios occidentales como yoga tiene un linaje de varios milenios, pero están equivocados”, afirma en el libro. Y argumenta que en la antigüedad el ejercicio en grupo no se practicaba como se hace hoy en las clases de yoga y que la pedagogía asociada al yoga contemporáneo es “evidentemente, moderna”.
Yoga 'moderno' en grupo
El libro ha molestado a casi todo el mundo. Gracias a ese modo de leer en diagonal que practicamos en internet mucha gente ha entendido mal el título, y en lugar de Yoga Fascista (Fascist Yoga) han leído El yoga es fascista. El autor se ha apresurado a explicar que no todo el yoga es fascista ni tampoco lo son sus practicantes, sino que él se refiere a sus orígenes y lo que intenta es hacer un llamado de atención para que los amantes del yoga desarrollen una mirada más crítica y menos alelada hacia su práctica.
El libro aún no tiene publicación prevista en España.


