Por primera vez en veinticinco años Patek Philippe ha lanzado una nueva colección de familia. Es el Cubitus. Un reloj que no ha dejado indiferente a nadie. Una creación extraordinaria (como todo lo que sale de la manufactura de Planles-Quates) que ha desatado una tormenta única en el mundo de la alta relojería. Ha captado de todo, desde las adulaciones más entregadas a las críticas más feroces porque es una pieza completamente inesperada. Distinto. Y, en eso coinciden todos, con algo desconcertante.
“De repente me dije, hagamos algo diferente, algo que no sea necesariamente redondo”, explica Thierry Stern, creador de este evento generacional que empuja una vez más a Patek Philippe a lo más alto, sobre este reloj que efectivamente no es redondo. Es cuadrado. Un cubo perfecto. Saliendo de la zona de confort, pensando en algo que no encontraría en unas directrices de marketing y fiel a su sueño propio, a su propia idea, Thierry Stern concibió esta nueva familia de relojes como el primo del Nautilus y el Aquanaut. A primera vista, el Cubitus descoloca. Tan acostumbrados están los amantes de la alta relojería a las líneas del Nautilus que su resonancia en este nuevo reloj lleva a la confusión.

Patek Philippe, 5822P 001, el Gran Fecha, día y fases de la luna instantáneas
Se parecen mucho, sí, pero son completamente distintos. Los Cubitus (son tres referencias, uno con esfera verde oliva; un Gran Fecha Instantánea de platino y esfera azul y un tercero en oro rosa con esfera sol en azul) ofrecen un perfil delgadísimo y, sin embargo tienen una caja poderosa. De 45 milímetros que también de forma inesperada, encajan a la perfección en cualquier muñeca. Es increíble como se adapta. Como acompaña con ese bisel de idéntica combinación de superficies satinadas y pulidas que lo hermanan con el Aquanaut y con la arquitectura sorprendente de los laterales de la caja.
Es un reloj con personalidad. Con una poderosa identidad propia. Y ya hay, era de esperar, listas de espera.

La caja de la referencia 5821/IA es de acero con esfera sol verde oliva
Dos de los relojes de la nueva colección son modelos de hora y fecha equipados con el movimiento automático 26-330 S C. La caja de referencia 5821 /IA es de acero, en ese especial verde oliva que viste los Nautilus más codiciados. La de referencia 58121/IAR es de acero y oro rosa y su esfera es azul sol. Y el más exquisito de todos es ese Gran Fecha con referencia 5822 y caja de platino que incorpora el nuevo movimiento 240 PS CI J LU. Una proeza técnica extraordinaria basada en el calibre 240 (un movimiento automático plano con microrrotor planetario lanzado en 1977) que permite que los cambios de la fecha, la fase de la luna y del día sean instantáneos y se produzcan a medianoche. En un proceso, atención, que solo tarda 0,018 segundos. Evita cualquier discrepancia entre hora y fecha e incorpora mejoras técnicas de eficiencia energética que avalan seis solicitudes de patente.

Patek Philippe 5822P 001
Manteniendo la tradición de Patek Philippe de engastar un brillante en las asas de los relojes de platino, este Gran Fecha también lo tiene. Pero es en talla baguette. “No es redondo porque no sería congruente con un reloj cuadrado”, explica Thierry Stern orgulloso de esta nueva colección que, ya se ha dicho, constituye todo un evento generacional en la manufactura fiel a su filosofía de que “nunca un Patek Philippe es del todo suyo. Suyo es el placer de custodiarlo hasta la siguiente generación”.