El príncipe Enrique y Meghan Markle se están dando un baño de masas en los Juegos Invictus que se celebran estos días en Vancouver (Canadá). Los duques de Sussex se han mostrado más unidos que nunca tras los rumores de crisis y se han dejado ver muy sonrientes y relajados en este evento deportivo que creó el hermano del príncipe Guillermo hace siete años.
Una reaparición estelar donde la actriz ha vuelto a causar sensación con su exclusiva maleta donde no han faltado los abrigos de casi 3.000 euros y vestidos que respiran lujo silencioso, un estilo que se ha convertido en su favorito desde que se mudara a California hace justo cinco años y que se basa en diseños minimalistas, en tonos neutros y sin logos visibles.

El príncipe Enrique y Meghan Markle en la estación de esquí de Whistler
Uno de los looks más comentados de Markle ha sido el que ha llevado en la estación de esquí de Whistler, donde se ha divertido tomando cervezas y deslizándose por un tobogán en un dónut gigante. Una imagen divertida y desenfada con la que Meghan se ha ganado la simpatía de los participantes a esta competición.

Meghan Markle con su look en la estación de esquí de Whistler
Para la ocasión ha estrenado un abrigo acolchado en color blanco de Mackage. Un diseño que tiene un precio de 1.250 euros y que tiene el largo midi, capucha y el detalle de lazada en la cintura para remarcar su silueta. Un detalle que también estaba presente en el abrigo de Sentaler que llevaba para la inauguración de esta edición.

El príncipe Enrique y Meghan Markle en la estación de esquí de Whistler
La actriz combina este diseño con un conjunto negro formado por un jersey y unos leggings térmicos, un gorro de lana tipo beanie y unas botas après-ski que están muy de moda esta temporada. Meghan ha recuperado de su armario las botas Joan of Arctic de Sorel que llevó hace justo un año en la misma estación de esquí y que destacan por su forro de pelo.

Los duques de Sussex en la estación de esquí de Whistler en 2024 (Canadá)
Analizando las imágenes del año pasado, Meghan llevaba un estilismo muy similar pero apostó por el blanco con un conjunto de jersey de cashmere y vaqueros ajustados, un abrigo también acolchado pero en tono beige y un gorro bastante parecido.