Cada edición de la pasarela italiana tiene sus momentos memorables o, al menos, los más esperados. El de esta lo protagonizaba sin duda Fendi, quien ha aprovechado su desfile en la semana de la moda de Milán para celebrar su centenario. Se dice rápido pero cumplir 100 años de historia y supervivencia en esta industria son sin duda para festejarlos.
La firma que empezó sus andaduras en 1925 en Roma, con un negocio de pieles y prendas de cuero de calidad, dirigido por Edoardo Fendi y su mujer Adele Casagrande, es hoy un imperio de lujo que no olvida su pasado pero que busca constantemente estar a la vanguardia del diseño de moda. Así lo ha evidenciado este jueves Silvia Venturini Fendi al presentar una apoteósica colección repleta de referencias a la herencia de la firma y con giros futuristas para no caer en el tributo simplista.

Varias modelos lucen creaciones de la nueva colección de Fendi
En un enclave que respira distinción y relevancia, tapizado en pelo rosa y con una pasarela laberíntica, los invitados buscan con cierto nerviosismo su asiento. Vestidos con prendas de la firma, vintage o de la temporada, el homenaje a la casa empieza incluso antes de que de comienzo el desfile. Entre ellos se abre paso una sonriente Sarah Jessica Parker, admiradora incondicional de Fendi y a quien la firma le debe la popularidad de su bolso Baguette, que se hizo viral cuando el personaje de la actriz en Sexo en Nueva York -Carrie- lo lució en varios capítulos de la serie.
El personal de la organización pide a los asistentes que tomen asiento y las luces se atenúan. De las sombras aparecen los pequeños gemelos de Delfina Fendi para abrir la gran puerta de madera y mármol rosa por la que pasaran las modelos. El aplauso se hace unísono y queda evidenciado que este no va a ser ni un desfile clásico ni al uso. La primera modelo, vestida con un gran abrigo de piel que emula el visón, marca la tónica de esta colección. Las pieles y el cuero que hizieron célebre al apellido Fendi en los años 30 se revisitan con siluetas extremadas, casi desdibujadas pero con una feminidad muy purista.

La seda y los encajes se mezclan para crear la versión más delicada y femenina del vestido de noche.
En esta línea bautizada 1925-2025: Lo Spirito del Tempo se dan cita clásicos de la marca, como los vestidos plisados jaspeados y de punto acanalado, los patchworks de piel de anguila y cordero y las estolas de piel de oveja o las botas trampantojo en tonos flúor.
La seda y los encajes se mezclan para crear la versión más delicada y femenina del vestido de noche y la pedrería a todo color invade abrigos y americanas abullonadas. Venturini mezcla incluso pailletes con plumas en prendas de piel. Fendi no escatima en este apoteósico armario invernal con aires retro futuristas y contrastes inesperados.
En cuanto a los accesorios, la firma no olvida sus grandes iconos aunque los dota de un giro retro. Un claro ejemplo es el nuevo Fendi Giano, un bolso “click-clack” con forma de luna, que puede lucirse al hombro o llevarse como bolso de mano. En la misma línea, el bolso Fendi Spy, lanzado en 2005, regresa con un diseño renovado y un asa en tonos suaves de borreguito, sumándose al Peekaboo y al Baguette como emblema eterno de la casa.

Models wear creations of the Fendi Fall/Winter 2025-2026 women's collection presented in Milan, Italy, Wednesday, Feb. 26, 2025. (AP Photo/Luca Bruno)
Con un elenco privilegiado de supermodelos, liderado por famosas como Natasha Poly, Adriana Lima, Alex Consani y Eva Herzigova, y al son de himnos italianos como L'appuntamento de Ornella Vanoni o I Giardini Di Kensington de Oatty Pravo la historia tejida que ha contado la creativa en pasarela se desmarca de la sobriedad que impera en la industria, donde resuenan ecos de crisis y un llamamiento a la cautela y la vuelta de los clásicos. Una fiesta a lo Dolce Vita que ensalza los brillos en piezas sartoriales y conjuntos elevados para el día a día.
Los acordes de Never, never gonna give ya up de Barry White han dado ritmo a la clausura del desfile, con el carrusel final de la colección y el tradicional saludo de su creativa. Una oda acertada con la que Venturni parece recordarnos que aunque son tiempos inciertos para el lujo, rendirse no es nunca, nunca, una opción para las grandes firmas.