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Jane Fonda vuelve a alzar la voz contra la epidemia silenciosa de la violencia doméstica

Pomellato for Women

Las actrices America Ferrera, Mariska Hargitay y Laura Harrier y el atleta olímpico Mattia Furlan también se unen en la campaña Pomellato for Women para apelar a la conciencia colectiva e impulsar un cambio real

Pomellato for Women lanza su octava campaña para concienciar a la sociedad de que es necesario impulsar el cambio colectivo

Pomellato

La realidad doméstica puede ser, es, cruel. Y demasiadas veces además se vive de forma silenciosa. En el Día Internacional de la Mujer 2025, Pomellato reclama atención para luchar contra una de las epidemias más escondidas, precisamente la violencia doméstica que está más extendida de lo que parece.

“Miren a su alrededor”, insta Jane Fonda, defensora inquebrantable de las iniciativas de empoderamiento femenino de Pomellato desde sus inicios. “Una de cada tres mujeres sufre violencia doméstica”, añade la actriz y fundadora de la ONG The Joyful Heart Foundation Mariska Hargitay, basándose en sus décadas de defensa de las sobrevivientes. Y la actriz, directora, productora y activista multipremiada America Ferrera pone números a esta epidemia silenciosa. “Una de cada tres mujeres la sufren. Todo queda recogido en el nuevo capítulo Pomellato for Women de la octava campaña anual de la Maison que busca transmitir un mensaje urgente que llama a la responsabilidad colectiva y a la acción contra la violencia.

La campaña busca desmantelar activamente la cultura del silencio

Sabina Belli, CEO de Pomellato, recuerda que “la violencia doméstica es una herida colectiva que marca a toda nuestra sociedad. Como Maison que cuida de las mujeres desde 1967, creemos que la transformación comienza cuando todos aceptamos nuestro papel como centinelas sociales. Significa estar vigilantes y tener el valor de actuar. Significa entender que el silencio no es neutralidad, es complicidad. Debemos ir más allá de la concienciación hacia la acción, más allá de la empatía hacia el cambio sistémico”, explica.

Como Belli asegura, las sobrevivientes “no están solas” así que todavía “hay esperanza. Hay ayuda”. Lo recalca ella y lo repiten, convencidas, todas al tiempo que Jane Fonda asegura que “trabajemos por un futuro donde la violencia doméstica ya no sea una sombra sobre nuestros hogares, nuestras comunidades y en nuestros corazones” y Hargitay concluye con una visión poderosa: “y, un día, cuando miremos atrás, sabremos que este fue el momento en que elegimos reescribir la historia.”

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Pero para que eso pase, para que sea posible el cambio, para poder acabar realmente con esa epidemia silenciosa que es la violencia doméstica, todavía hay otra exigencia. Dicen que solo es posible si se consigue que los hombres se presenten como aliados activos, uniéndose a las mujeres en solidaridad para forjar un mundo donde el miedo no tenga lugar en la historia de ninguna mujer. En un compromiso continuo para combatir la violencia doméstica, Pomellato renueva su apoyo a CADMI (Casa di Accoglienza delle Donne Maltrattate), el primer centro contra la violencia para mujeres de Milán, y a FreeFrom, socio de la Fundación Kering con sede en Los Ángeles, una organización dedicada a establecer la seguridad financiera a largo plazo para las sobrevivientes de violencia doméstica.