“Lencería hippy” y “artesanía a fuego lento” en el segundo día de la Semana de la Moda en Madrid

Mercedes-Benz Fashion Week

Las propuestas, a ritmos opuestos, de Yolancris y París/64 conquistan la primera jornada en IFEMA

Madrid Fashion Week

La presentación de París/64 en Madrid Fashion Week. 

Cortesía de la firma

Yolanda Pérez no tenía ánimos para una vuelta de victoria al final del desfile de Yolancris en IFEMA el segundo día de la semana de la moda en Madrid. En lugar de eso, la diseñadora asomó la cabeza desde el backstage, con las manos ya levantadas, y dio dos saludos rápidos antes de retirarse velozmente. Justo después del desfile, habló con MBFW sobre la colección: “Esta vez lo que quería es que se entendiera bien”.

La colección, inspirada en los años caprichosos de Woodstock, destaca por sus repeticiones de caftanes, unas botas sólidas —tanto en construcción como en color— pero sobre todo por su uso de lencería de principios de siglo. El acto mágico en esta propuesta fue cómo ese matiz histórico unificó la colección. “Aquellas pincitas que hacían en la lencería me parecen brutales. Y luego los hippies la recuperaron y la usaban como ropa exterior”.

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Modelos lucen creaciones de Yolancris, durante la presentación de su colección este jueves en la Semana de la Moda Mercedes Benz Fashion Week Madrid. 

Borja Sanchez-Trillo / EFE

Fue ese guiño histórico lo que le dio a la colección esa unidad de sentido que la diseñadora catalana buscaba. No debería sorprender que la modista — coleccionista de telas antiguas— tuviera esto en su registro, pero lo que conquistó al público desde el primer momento fue la mise en scène: Atrevida pero no recargada. La guitarra potente de “The Ride Out” de Max Hixon, acompañada de imágenes digitales de recuerdos de Woodstock proyectadas en pantalla dentro de la pasarela de caja negra en IFEMA, evocaba aquel verano vibrante de 1969 en el norte del estado de Nueva York y dio paso a una propuesta audaz pero rústica.

Encajes en blanco y negro se cosieron en patrones de diamante en varios vestidos. Una variación del patrón azul y dorado del año pasado fue bien recibida esta vez en forma de una falda tipo short deportivo y un top dorado claro. Lo más arriesgado quizás fue la combinación que hizo la marca de patrones florales en verde, morado y amarillo claro. Ya fuera aplicados a un vestido moderno, uno voluminoso, o un conjunto de dos piezas acompañado de una falda fina, el patrón resultó más exitoso por su capacidad de integrarse sin eclipsar el encaje blanco, que actuaba como pieza central. La marca barcelonesa estará satisfecha de haber logrado bajar el tema hippy a la Tierra.

Madrid Fashion Week

La presentación de París/64 en Madrid Fashion Week. 

Cortesía de la firma

Moda lenta y circular

Donde IFEMA gana terreno frente a Cibeles como destino de moda es en su capacidad de funcionar como showroom. Las paradas se desplegaban por el pabellón principal con instalaciones que iban desde un convertible plateado y brillante diseñado al estilo Ice Spice, hasta un espacio de L’Oréal ofreciendo maquillaje completo a los asistentes.

París/64, la marca que fabrica sus líneas de bolsos y vestidos en su propia fábrica en Aragón, aprovechó la inmensidad de IFEMA y ocupó el pabellón opuesto a la pasarela. El montaje parecía una exposición especial de bellas artes, cada sección planificada con meticulosidad, desde dos modelos jugando a las damas con brillantes fornituras, hasta una iluminación de galería de museo.

Madrid Fashion Week

La presentación de París/64 en Madrid Fashion Week. 

Cortesía de la firma

Al entrar, se escuchaban los sonidos de unos martillazos golpeando metal, sonidos reales del suelo de su fábrica, según explica la fundadora y directora creativa de la marca, María Alfonso. Pegamento, clavos, destornilladores y pinceles eran usados con destreza por un par de artesanos ante una multitud de cámaras y móviles. El objetivo de Alfonso era destacar “el hecho de que la fabricación de la artesanía es a fuego lento para enseñar la calidad”.

Los bolsos, fabricados con este método metódico, estaban colocados a la altura de las manos de los visitantes mientras recorrían la presentación. La marca, que también mostraba una línea de ropa muy cuidada, lo hacía de manera relajada, con una pared dedicada a tres filas donde modelos se sentaban cómodamente como si estuvieran en su propio salón. Tranquilas, inmóviles durante minutos, exhibían esa misma lentitud como estilo de vida.

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