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Alejandro Speitzer: “El hombre tiene que reaprender y romper con patrones arraigados”

Entrevista

A los 30, se ve como un viejo sabio lleno de matices y reflexiones vitales

Consagrado en México y España, lleva 25 años en la interpretación. Su elegancia tiene alma y brilla con joyas icónicas y relojes de Bulgari

Chaqueta de pelo y pantalón de Ferragamo, gorro de Emporio Armani. Collar Tubogas en oro y diamantes, reloj esfera de piedra y pulsera Aligator verde, pendiente y anillos B.zero1, de Bulgari

David Vicho

De niño actor a profesional de la pantalla grande y las tablas, Alejandro Speitzer es un sabio encerrado en un cuerpo joven. Y es que aunque acaba de llegar a la treintena lleva 25 años en la interpretación. Desde su primer papel como Rayito en la telenovela mexicana Rayito de luz hasta convertirse en Carlos Armas en Disco, Ibiza, Locomía de Kike Maíllo, el actor de Culiacán ha crecido entre focos y cámaras. Sus inquietudes no conocen límite: boxea a diario, tiene una productora en México, es embajador de Bulgari desde hace cinco años y es propietario de Salmestiza y Frecuencia Bar, dos locales en Madrid donde ofrece los sabores de su tierra. Hoy este artista de posado serio y mirada serena pone pausa y reflexiona sobre su camino y el que le queda por recorrer.

Tiene 30 años pero ya lleva dos décadas frente a la cámara. ¿En qué punto de su carrera se encuentra?

Lo vivo de forma extraña. A veces me da el síndrome del impostor o me siento viejo. Pienso: quizá ya es tarde para esto o aquello, pero después miro alrededor y veo gente que a mi edad apenas comienza. Esta carrera es así, impredecible. Crecer dentro de esta industria me ha dado la oportunidad de madurar pronto y entender muchas cosas de la vida. Miro atrás y pienso que ha pasado todo en un abrir y cerrar de ojos, y creo que eso significa que la he disfrutado.

Pantalón, jersey y guantes de Emporio Armani. Pulsera Tubogas en oro amarillo con pavé de diamantes y pendiente B.Zero1 de Bulgari

David Vicho

Y con 12 años tuvo que tomar la decisión sobre si volcarse en esta carrera. ¿Cómo fue esa conversación con su madre?

Uno de los grandes aciertos de mi madre como progenitora fue apoyarme en mis decisiones y confiar en mi intuición. Y eso es lo que aprendí ese día. Con el tiempo, me he dado cuenta de que también lo vivió con preocupación. Hoy, cuando lo hablamos, me dice: “Si hubiera podido, no sé si te habría encaminado por aquí”. De alguna forma, sabía que sufriría, pero decidió acompañarme y dejarme ser y aprecio esa confianza que tuvo en mí y mantiene. Es un gran pilar de mi vida.

Ha crecido dentro de esta industria, en México y España. ¿Cómo la percibe desde dentro, a escala humana y social?

Hay muchos egos. Seguramente los hay en cualquier profesión, pero aquí se notan mucho. A veces siento que no pertenezco del todo a ella por ciertas dinámicas. Es una industria que me ha dado grandes momentos, pero también los más duros de mi vida. Hay cosas en ella que me duelen, como los abusos de poder que existen. Se habla de avances, pero la realidad es que todavía falta mucho. Y no hablo solo del cine o del teatro: pasa en todas partes. Incluso en mi entorno veo actitudes con las que no conecto, como por ejemplo la idea de que ser famoso te hace especial.

Chaleco, pantalón de tweed y zapatillas de Louis Vuitton. Collar B.zero en oro rosa, reloj Octo Roma y pendiente B.Zero1, todo de Bulgari

David Vicho

¿Cómo gestiona esa incomodidad?

Una vez trabajé con Carmen Maura y me dijo algo que nunca olvidaré: “El problema de los actores es que creemos que somos más interesantes de lo que realmente somos”. Y tiene toda la razón. Nuestro trabajo tiene un poder importante dentro de la sociedad, pero tampoco construimos naves espaciales. Así que sí, hay cosas de la industria con las que no comulgo, pero también muchas otras con las que conecto profundamente.

¿Cuál ha sido su papel más difícil?

Cada proyecto tiene sus retos. Por ejemplo Pimpinero, una película de Andy Báez que estrenamos el año pasado y que estuvo en la sección oficial del Festival de Toronto, fue un trabajo muy complejo para mí porque interpreté a un personaje colombiano, y en el elenco solo éramos dos extranjeros. Trabajar con un acento distinto implica pensar doble: por un lado, cuidar la pronunciación y la musicalidad; por otro, conectar emocionalmente con el personaje. Pero quedé muy satisfecho con el resultado. Además, era un personaje que me tocaba muchas fibras personales. Joaquín Morreta —así se llama— carga con una pérdida muy grande, y emocionalmente fue un papel intenso.

Estilo es vestirse como realmente te nace del alma”

Alejandro SpeitzerActor

Pantalón y boina de Dolce&Gabbana, suéter de Moschino y zapatos Ferragamo. Bulgari firma el anillo y el pendiente Bzero1 y el reloj Octo Roma

David Vicho

¿Cómo se prepara los personajes?

Trabajo mucho con mi psicólogo. Cuando uno comprende la psicología del personaje, está más cerca de encontrarlo. También leo mucho y trabajo desde la relajación. Yo no funciono bajo presión. Necesito estar tranquilo y desde ese estado conectar con la mente y las emociones del personaje. Es ahí, en ese equilibrio, donde realmente empiezo a caminar con el personaje.

¿Qué formato le queda por probar?

No estoy cerrado a nada. Conecto con una buena historia y sus personajes. Ahora viajo a México para hacer teatro, una obra que además voy a producir. Es un monólogo, y la verdad, me tiene muerto de miedo. Pero esa sensación de miedo me fascina, porque me coloca en un lugar en el que, creo yo, los actores debemos ponernos para poder crecer.

Pantalón, blusón, camisa y corbata de Dior. Anillos B.zero1 en oro amarillo con cerámica, en oro blanco y en oro rosa con cerámica y pendiente B.zero1 en oro rosa con diamantes, todo de Bulgari

David Vicho

La sociedad a veces se autocensura. ¿Hay alguna historia o temática que considere importante abordar en el cine?

Sí, tengo varias. Ahora mismo estoy desarrollando una serie y una película, ambos proyectos bastante avanzados que espero poder rodar el próximo año. Me interesa mucho la familia, la paternidad y, sobre todo, la masculinidad. Es un tema que me intriga profundamente. Quiero explorar ahí, llegar a ese lugar y ver qué puedo descubrir a través de los personajes, cosas que quizá hoy todavía no comprendo del todo.

Habla de masculinidad tóxica.

Los hombres tenemos que reaprender muchas cosas y romper con patrones muy arraigados. Algunos nos encontramos en ese proceso; otros, lamentablemente, no, y viven en su propia cárcel. Deconstruirse o cuestionarse no solo guarda relación con las mujeres: primero tiene que ver con uno mismo porque hacerlo también beneficia a su propio bienestar y crecimiento.

Camisa, pantalón, chaqueta y corbata de Vivienne Westwood. Anillos B.zero1 en oro amarillo con cerámica, en oro blanco, y en oro rosa con cerámica y pendiente B.zero1. Todo de Bulgari

¿Qué ha reaprendido usted?

Muchas cosas, y lo sigo haciendo. Hay momentos en los que me descubro pensando de cierta manera y me pregunto: ¿en qué momento adopté este pensamiento?, porque conscientemente sé que está mal. Y es que hay patrones muy arraigados, pero creo que las nuevas generaciones vienen con otra mentalidad. No sé si a mi edad sigo formando parte de una generación de cambio, pero sí veo una evolución, y ojalá continuemos por ese camino. Y no solo como sociedad, también entre hombres. Por ejemplo, hablar de sexualidad no es común. El otro día reflexionaba sobre ello con mi director: con los años uno va perdiendo la vergüenza y empieza a hablar de estos temas con más naturalidad, incluso con amigos, desde un punto real. Antes todo era una especie de farsa. Recuerdo algunas conversaciones y pienso: nada de eso era verdad. Había mucha pose, poca sinceridad.

¿Qué es para usted el estilo?

El estilo es ponerse lo que realmente te nace del alma. Creo que uno tiene estilo cuando se pone lo que le da la gana, sin prejuicios, sin pensar en el qué dirán, cuando uno se viste desde lo que siente, desde lo más auténtico.

Look de Saint Laurent y Anthony Vaccarello. Reloj en oro amarillo, anillos B.zero1  y pendiente B.zero1. Todo de Bulgari. 

David Vicho

¿Cómo lleva el momento alfombra roja?

Es algo particular. No es que me obsesionen, pero tampoco las rechazo. Me gusta ir a lugares donde sé que voy a encontrar personas con un mundo interior interesante, gente de la que puedo aprender. Y eso es lo que me ha aportado la moda, la oportunidad de conocer a personas creativas e inspiradoras.

¿Cómo vive la exposición mediática?

Lo veo como una fortuna, y digo una fortuna porque es el reflejo de mi trabajo y porque el hecho de que se acerque la gente y me pida una foto implica que les ha gustado mi trabajo y que significó algo para ellos. Es algo que llevo desde el agradecimiento.

¿Cuál es su mayor miedo?

Traicionarme a mí mismo me da mucho miedo. Ser congruente con mis palabras y valores es muy importante para mí. Es fácil equivocarse, y está bien hacerlo, pero hay cosas en las que uno debe poner mucha atención. Eso me asusta: perder esa coherencia.

Fotógrafo: David Vicho. Estilista: Freddy Alonso. Maquillaje: Yos Baute. Asistente de estilismo: TBC. Producción: Emma Monreal