El pueblo escondido de León donde vive Jesús Calleja: tiene menos de 400 habitantes y está situado en lo alto de un cerro
Refugio natural
Nació en el pequeño municipio de Fresno de la Vega, pero el conductor de 'Universo Calleja' en Telecinco está afincado ahora en una localidad aún más recóndita de Castilla y León
Jesús Calleja en una imagen de archivo.
Que a Jesús Calleja le gustan los retos extremos no es ningún secreto. Que en este 2025 superaría con creces todo lo logrado hasta ahora sí que era más difícil de anticipar. Por algo tan sencillo como que, en su listado de aventuras por los lugares más recónditos del mundo, todavía no figuraba el gran paso de salir literalmente del planeta. Un sueño, el de viajar al espacio, que cumplió el pasado febrero.
Porque después de haber tachado de su lista desafíos tan ambiciosos como el de subir las Siete Cumbres –es decir, las siete montañas más altas de cada continente, entre las que se encuentra el Everest–, pudo por fin el leonés hacer lo propio con su particular misión espacial. Un hito más que se añade a todo lo vivido en el rodaje de Universo Calleja, su nuevo programa que está ahora en emisión en Telecinco, donde viaja junto a algunos rostros famosos por Nepal y Egipto. Pero, ¿qué hay del lugar donde reside más allá de tan emocionantes travesías?
Cerca de su pueblo natal
Golpejar de la Sobarriba, el municipio donde está afincado
Jesús nació el 11 de abril de 1965 en la localidad de Fresno de la Vega. Un pequeño pueblo de la provincia de León, en la ribera izquierda del río Esla, que a fecha de 2024 contaba con tan solo 477 habitantes censados. Allí pasó sus primeros años de vida, hasta que su familia y él se trasladaron hasta Villanueva del Condado, un municipio con todavía menos densidad de población, pues ni siquiera alcanzaba los 200 habitantes en el último recuento.
En cualquier caso, y gracias a sus éxitos profesionales, ya sin lidiar con la escasez y austeridad que caracterizó su infancia, la realidad es que Calleja ya no vive ni en un pueblo ni en el otro. Algo que no implica que ahora haya optado por instalarse en la capital u otra gran ciudad de la península, pues es de dominio público que el montañista ha querido seguir en contacto con la naturaleza. Y sin salir de León. De ahí la determinación de afincarse en Golpejar de la Sobarriba.
La entrada a Golpejar de la Sobarriba.
Es allí donde el televisivo ha construido su hogar y puede reposar entre viajes. En un lugar que indudablemente le recordará mucho a cuando era niño, y no solo por la ubicación. También por la cantidad de gente que alberga la zona, pues de nuevo se trata de un pueblo en el que viven muy pocas personas. Y es que en esta localidad, perteneciente al municipio de Valdefresno, el Instituto Nacional de Estadística contabilizó el pasado 2017 un total de 324 habitantes.
Allí está su finca
Escondido entre montañas y con solo dos núcleos urbanos
“Situado en lo alto de un cerro, nos rememora la disposición de antiguos enclaves castreños”, reza la página web del Ayuntamiento de Valdefresno en la descripción de este 'escondido' entre los montes leoneses. Mismo portal donde se expone que el diminuto Golpejar de la Sobarriba, que antaño perteneció a la antigua Hermandad de La Sobarriba –un movimiento popular nacido para defender núcleos rurales como este frente a los cabildos urbanos–, permanece “con una espadaña erguida que parece resistirse a la acción demoledora del tiempo, tal vez por mantener con orgullo el nido de las cigüeñas”.
La vista aérea de Golpejar de la Sobarriba.
Y entre el verde de los campos, tan solo dos núcleos urbanos. El pueblo en sí mismo, que es Golpejar, y la urbanización Las Lomas. También la impresionante finca donde vive Jesús, en una parcela de, según publicó El Español, 15.407 metros cuadrados de extensión con más de 1.000 construidos.
La vista aérea de la gran parcela de Jesús Calleja.
Terreno de sobra para albergar su moderno chalet, una enorme piscina e incluso su propio helipuerto. Su paraíso particular, fruto de su incansable trabajo. Porque como bien señaló él mismo hace ocho años en una entrevista con Bertín Osborne para el Mi casa es la tuya, “me lo pagué yo todo”. “He currado duro en lo que no te puedes imaginar y he llegado a hipotecarme hasta las cejas para poder pagarme los estudios de las licencias de vuelo”, admitía también. Esfuerzos que, a la vista está, han dado sus frutos.