Cómo hubiera podido adivinar María Patiño hace tan solo un año todo lo que iba a sucederle en este 2025. Después de una etapa de incertidumbre laboral, marcada por su salida de Sálvame tras la cancelación del programa, y el posterior debut como presentadora de Ni que fuéramos Shh en la cadena Ten, la periodista está de enhorabuena. Desde el pasado 5 de mayo, es una de las caras visibles de las nuevas tardes de La 1.
Junto a Inés Hernand y Aitor Albizua, la comunicadora es la encargada de conducir La familia de la tele, el nuevo formato de Radiotelevisión Española en el que vuelve a coincidir con infinidad de rostros mediáticos, como Lydia Lozano, Chelo García-Cortés o su íntima amiga Belén Esteban. El caso es que, a pesar de que la suerte vuelve a sonreírle en la pequeña pantalla, la gallega ha sabido buscar vías alternativas de negocio. Véase su villa de Fuerteventura.
Un segundo hogar muy cálido
El lugar perfecto al que retirarse cuando quiere desconectar
Para los que hayan seguido de cerca su trayectoria más allá de lo estrictamente profesional no es ningún secreto que Patiño está totalmente enamorada de las islas Canarias. Ya hace años que en el archipiélago encontró una paz imposible de alcanzar en la capital, y es por eso que optó por hacerse con una segunda residencia en Fuerteventura. Un hogar de ensueño en la localidad norteña de Corralejo, a escasos metros de la playa, cuya superficie comprende más de 200 metros cuadrados construidos.

El exterior de 'Villa Corralejo Bay'.
Estos se reparten en dos plantas, entre las cuales se distribuyen un total de tres dormitorios, dos cuartos de baño y, como no podía ser de otra manera teniendo en consideración el buen clima propio del lugar, una amplia terraza donde poder reposar al aire libre. La cuestión es que, al no estar allí durante largas temporadas, la presentadora optó por alquilar el inmueble con el nombre de ‘Villa Corralejo Bay’.

El salón, en blanco, madera y sofá mostaza.
Una forma de obtener ingresos que no tiene nada que ver con el oficio periodístico, así como también el escenario perfecto para descubrir de cerca cómo es la disposición de los elementos en el interior de la casa. Y es que en las imágenes disponibles se aprecia, por ejemplo, que para el salón ha optado por la calidez, con muebles blancos combinados con madera y colores como el mostaza, presente en el sofá.

El interior de una de las habitaciones de la villa.
Esa calidez se extiende a otras estancias, como la cocina, directamente conectada con el salón, o las habitaciones donde María –o los huéspedes que se alojen allí– pueden disfrutar de un descanso sin igual. No solo por lo mágico de la ubicación, sino porque la decoración también está cuidada hasta el último detalle. Véase uno de ellos, con papel pintado en la zona del cabecero de la cama y un espejo con mucha personalidad.
Con barbacoa en el jardín
El exterior perfecto para relajarse, al sol y entre palmeras
En la zona exterior visible en las imágenes de la fachada de la casa se encuentra una mesa de madera con seis sillas en la que poder degustar un aperitivo, una comida o una cena sin necesidad de estar en el interior, la realidad es que la terraza comprende mucho más. Para muestra, la zona de barbacoa.

El comedor exterior y la barbacoa, junto a una gran palmera.
Porque sí, también tiene dispone esta casa de una barbacoa en este jardín canario. Además, situada justo al lado de una enorme palmera, propia de cualquier enclave tropical. Eso además de otro espacio reservado para poder tumbarse al sol en las cómodas tumbonas que ha colocado sobre un césped artificial.

Las tumbonas con sombrilla sobre el césped, en la parte trasera.
Un “espacio de desconexión absoluta”, lo definió la propia María hace algún tiempo en declaraciones para la revista Diez Minutos. Su oasis particular, con la esencia playera, que emana toda la relajación imaginable y no duda en compartir con todos aquellos que quieran vivir la misma experiencia que ella.