Todo el mundo conoce a Carmen Lomana, pero son pocos los que conocen en realidad a la socialité, ya convertida en un símbolo de la cultura pop en el panorama nacional por méritos propios. En los últimos tiempos, Lomana se ha abierto un poco más al mundo y ha ido concediendo diferentes entrevistas a medios de comunicación donde ha dejado ver ese lado más íntimo y personal al que hasta ahora muy pocos tenían acceso.
Carmen Lomana acudía en esta ocasión como invitada a Las Uñas, videopodcast de Flooxer en Atresmedia presentado por Sindy Takanashi, donde ha hablado con sinceridad de un tema que la socialité vivió con mucho dolor: la maternidad.

Carmen Lomana habla de su lado más personal.
Carmen Lomana siempre quiso ser madre. Tras su matrimonio y sueños de tener una familia numerosa, quedó embarazada. Sin embargo, sufrió un embarazo extrauterino que obligó a que fuese trasladada de urgencias al hospital una noche.
En una entrevista reciente con Vicky Martín Berrocal, la socialité contó cómo había sido el doloroso proceso. “El médico, me estaba muriendo, me cortó las dos trompas [de Falopio]. Me podía haber cortado simplemente donde se formó el embarazo extrauterino, pero lo otro habría podido tener hijos perfectamente. Fue un palo”.

Carmen Lomana cuenta cómo vivió su maternidad.
“Me sentía tan desgraciada, tan 'no tengo nada'”, reconoce, aunque era consciente de que tenía muchas cosas valiosas. “No hace falta tener hijos para ser una mujer completa”, afirma Lomana. “Pero si tienes 22 años o 21 y ves a todas tus amigas con...”. La socialité decidió asumir la situación. “Dije: 'Bueno, seré una mujer sin hijos, pero no voy a ser una mujer pesada y amargada, dando la vara a todo el mundo porque no tengo hijos”.
Lomana no puede evitar emocionarse al acordarse entonces de su marido, el diseñador industrial de origen chileno Guillermo Capdevila, quien resultó un apoyo fundamental para que ella superase esta situación.
”Tuve la suerte de tener un marido maravilloso que me ayudó mucho a todo esto”, recuerda. “Él siempre me decía: 'pero si los niños son una lata. ¿Pero qué vamos a hacer con niños con lo bien que lo pasamos? Ahora tendrías cuatro niños, serías una gorda pesada en casa, todo el día”.
Guillermo Capdevila falleció en 1999, a la edad de 52 años, dejando a Carmen Lomana totalmente desolada. La empresaria, que admite que siempre ha sido muy feliz, reconoce que ese momento le superó.

Carmen Lomana y Guillermo Capdevila, el día de su boda en Llanes, Asturias.
“No fui valiente para suicidarme, pero es lo que habría querido”, dice, sincera. La socialité ahora reflexiona sobre sus sentimientos. “Ahora lo pienso y digo, qué barbaridad. Cuando piensas que la vida ya no merece la pena, al día siguiente puede cambiar, puede haber algo. La vida siempre merece la pena”.