Es un hombre que construye. Junta las piezas adecuadas, las suelda, las arregla. Antes: edificios. Ahora: miles de personas. Pedro Luis Domínguez Quevedo, conocido artísticamente como Quevedo, es un hombre en crudo. Un purista del estilo latino. Algo coqueto, de gestos despreocupados. Comparte nombre con uno de los poetas hispanos más notables, pero sus rimas distan de ser parecidas. Su prosa arde. Lo justo como para no quemarse. 30 millones de oyentes, solo en la plataforma de Spotify, lo confirman.
Se reconoce nostálgico: “Recordaré esta entrevista y la veré como algo mejor que el presente; me he de recordar de vez en cuando que aún me quedan muchas cosas buenas por hacer”. El recordatorio es necesario cuando con apenas 23 años se ha vivido tanto. De albañil a estrella del reguetón, con una influencia de alto gramaje en la escena de la música urbana, alcanzó el número uno global en escuchas con BZRP music sessions #52, que le valió un Grammy Latino a la mejor canción urbana en el 2023 con versos coreados hasta la saciedad (“Quédate / que la noche sin ti duele...”).

“Me he de recordar de vez en cuando que aún me quedan muchas cosas buenas por hacer”, menciona. Cazadora utilitaria con cremallera.Corbata Dandy Monogram en pura seda. Cortesía de Louis Vuitton
Causó sensación, se quedó y colaboró con todos los artistas con pedigrí en el panorama urbano. Erigió un disco debut con altura, Donde quiero estar (2023), y tras el ardor del éxito, evitó quemarse las alas desapareciendo de la escena pública. “No soy una máquina...”, informaba antes de retirarse. Volvió al poco, claro signo de un espíritu incombustible, con un disco de vocación libre: Buenas Noches (2024). Ha girado por toda Latinoamérica, esa tierra de la que se nutre su visión, y ahora se prepara para dar cierre a su gira en España y alzar el vuelo en EE.UU.
Conversamos sobre el verdadero lujo. Sobre domar el tiempo. Entre fotografía y entrevista, él se las sabe todas. Las canta, las baila, las imbuye de enjundia. Suenan reguetones fieros en el plató. Su risa se cuela entre la luz y los celuloides de las cámaras analógicas. Contagia su gesto sincero, su vapeo sabor sandía (aroma teen que recuerda las primeras escapadas).

Quevedo a encontrado el lujo en poder ser feliz. Corbata tejida de punto gris. Abrigo utilitario de botonadura sencilla tipo kimono. Pantalón de tweed marrón con cordón. Cortesía de Louis Vuitton
Ha llegado tarde; un problema con las llaves de casa, nos dicen. Nada impide a este hombre corriente, con contratiempos corrientes, hacer de su presencia algo especial. Es precisamente ese carácter de honesto inevitable lo que confiere peso a sus acciones. Una estrella con miedo a cambiar, a no vivir con presencia, a dejar de ser el Pedro que sonríe en las fotos familiares de su tierra canaria. Mide el tiempo con una consciencia muy plena. Con pausa y desenfado.
A punto de coger un vuelo hacia Las Palmas, su centro de gravedad permanente, piensa en su familia. “Siempre romantizo el pasado...”, murmura. Habita un silencio; noción compartida de que su futuro pronto será un buen pasado; algo digno de un romántico, con noches menos dolorosas, rimas de futuro pasado.
Por poco se le derriten las alas con el sol abrasador del éxito y la fama, ¿cómo encuentra el vuelo equilibrado?
Encontrar ese equilibrio me ha costado mucho. Y me sigue costando encontrarlo. Hay muchos momentos en los que digo “Dios, necesito un pequeño descanso”. Este 2025 es el primer año que siento estar en paz con todo, con mi trabajo, conmigo. Desde que empecé con la música había tenido tantos estímulos que nunca había podido permitirme parar, respirar, pensar, pasar tiempo conmigo y disfrutar de lo que estaba haciendo sin presión.
“No soy una máquina, necesitaré hacerlo para poder sacar un álbum”, dijo antes de retirarse de las redes, ¿qué descubrió en la pausa?, ¿recuerda el día en el que se vio listo para volver?
Estuve un año sin cantar y me di cuenta de que alejarse no era la solución, era simplemente huir del problema. Me ayudó mucho para encontrarme, pero mi relación con el trabajo y con el tipo de vida que llevo...
Solo se puede solucionar ejerciéndola…
Efectivamente. Pude ver todo desde fuera, ver qué cosas me estaban gustando y cuáles no. Pero estar alejado de la música no es mi vida, es irreal.
Siempre romantizo el pasado”
¿Qué le diría al Quevedo de antes?
Que se lo tome con calma y que no sufra. Es verdad que soy muy joven, pero siento que los últimos cinco años han pasado en un parpadeo. Me da miedo que eso pase así siempre. Quiero estar presente en todo lo que me pasa, en lo bueno, en lo malo. Quiero sentir...
No es un movimiento popular…
¿El qué?
Tener una consciencia tan propia de su presencia, de su tiempo…
Creo que es muy fácil caer en la rueda de la inconsciencia, no parar, no ver, no sentir…
El éxito es muy esclavo, ¿no?
Sí, claro que sí.

A pesar de la fama Quevedo se muestra noble. Corbata LV Fishnet. Pantalón de tweed marrón con cordón. Mocasín LV Bublle, confeccionado en piel de becerro lisa. Cortesía de Louis Vuitton
¿No le asustó salirse de la espiral y tratar de volver después?
Si paras, la vuelta va a ser mucho más complicada, está claro. Pero, aunque suene algo excéntrico, confío demasiado en lo que hago. No porque sea un experto en nada. No soy un estudioso de la música, no sé hablar de teoría musical, no sé tocar instrumentos profesionalmente… pero siento que tengo un don: escribir, contar lo que me pasa. Y al final es eso, pase lo que pase, esté bien o esté mal, lo que hará que siga conectando con la gente.
Su disco Buenas noches y la gira por LATAM sirven de ejemplo. ¿Cómo logra no perder el pulso?
Gracias a esa voluntad de estar presente este año lo he disfrutado el triple. He vivido todos los conciertos, he conectado con la gente, los sitios. Es la primera vez que disfruto con la gira. Antes sufría mucho.
Siempre he mostrado lo que soy, lo que puedo dar, lo que me gusta”
¿En qué ciudad se lo ha pasado mejor?
Pues en todas, cada una ha tenido lo suyo. México fue muy bonito, los shows fueron increíbles. Argentina me encanta, siento que es mi segunda casa. Puerto Rico siempre me nutre demasiado de todo lo que está pasando allí musicalmente.
Pero ninguna ciudad supera Las Palmas ¿no?
No, obviamente no. Todavía no he tenido ni tiempo de estar allí y hablar con la gente para saber cómo lo vivieron. Eso me da pena, como que no lo tengo asimilado todavía. Solo hablo con mi madre vez en cuando y ella me lo recuerda.
Es difícil asimilar cuando no frena, ahora seguirá de gira por España, en Barcelona próximamente, y después en EE.UU. ¿Tiene alguna expectativa?
Pues no quiero ir con expectativas. Que me sorprendan. Sé que lo disfrutaré inmensamente.

No olvida su centro de gravedad permanente: su familia y Las Palmas.Chaqueta cropped Damier de botonadura sencilla. Vaqueros de corte slim. Pendiente de perla.Cortesía de Louis Vuitton
En un momento en el que la libertad está siendo constantemente cuestionada y coartada, la música parece ser el único espacio en el que saborear lo libre, ¿se abandera de esa libertad en su proyecto musical?
Soy artista, me encanta hacerlo, no quiero renegar de ello. Siempre he querido serlo y Buenas Noches supuso esa reconciliación entre Pedro y Quevedo, ¿sabes? Siento que mi proyecto siempre ha sido muy sincero, de una manera o de otra. Siempre he mostrado lo que soy, lo que puedo dar, lo que me gusta, lo que disfruto haciendo y depende del momento y de la situación mi música variará.
¿Cómo se siente al compartir su libertad creativa con otros artistas como Myke Towers o Lucho?, ¿su invitación al disfrute se ve condicionada por el qué dirán?
A mí solo me gusta hacer colaboraciones orgánicas con gente que me cae bien o que respeto mucho por su trabajo, con la que conecto en el estudio. No suelo conectar sin conocer a la persona antes. Siento que tiene que haber algo de por medio que tenga alma. Aunque la canción termine por ser una canción para bailar, disfrutar, debe tener algo por lo que yo la recuerde.
A mí solo me gusta hacer colaboraciones orgánicas con gente que me cae bien”
¿En qué encuentra belleza?
Creo que donde más belleza encuentro es en las personas y en los lugares. En su forma de ser, en su manera de brillar. Las personalidades muy fuertes me encantan. Los sitios exóticos, los sitios que son únicos, conecto mucho con todo eso.

Sobretodo de botonadura sencilla. Incorpora dos botones rosas en forma de flor de Sakura con efecto origami. Pantalón de traje acampanado de lana y mohair. Mocasín LV Bubble. Cortesía de Louis Vuitton
¿Y a qué le tiene miedo?
¿A qué no temo? Soy una persona muy miedosa. Eso algo que estoy intentando cambiar, no tomar tantas decisiones desde el miedo. Me da mucho miedo no llegar a ser anciano, no vivir. Me da mucho miedo cambiar.
Pero ha cambiado con los años, ¿es inevitable no?
No, me refiero a cambiar algunas cosas que yo no quiero cambiar. Me da mucho miedo salir de mi zona de confort, mi familia, mis amigos, mi círculo, mi ciudad, mi isla. Y muchas veces me da miedo apartarme del todo porque realmente siento que donde más feliz he sido es con mi círculo, con mi familia, con mi isla.
¿Es esa isla la que le da la fuerza y valentía?
Sí, claro. Estoy más conectado que nunca. Contra más lejos estoy más conectado me siento con mi gente, por lo menos sentimentalmente ¿sabes? Creo que este año he conectado más con Las Palmas que cuando estaba allí.
¿Un deseo?
Pues ser feliz
¿Y un sueño?
Lo voy a cambiar, tengo muchos deseos y sueño solo uno. El sueño sería ser feliz
¿Qué considera lujo?
Lo vuelvo a cambiar. El lujo es poder permitirte ser feliz.
My Favourite Things
Un disco imprescindible: Yo hago lo que me da la gana (YHLQMDLG), de Bad Bunny
Una maison couture: Louis Vuitton, con ella empezó todo.
Un plato que es hogar: La comida canaria, unas buenas papas arrugadas o un gofio escaldado.
Una esencia que siempre le acompaña: Issay Miyake Pour Homme
Fotógrafo: Pepe Herreros.
Estilismo: Bea de la Cova.
Asistente de estilismo: Diego Serna.
Peluquería y maquillaje: Tuka.
Producción: Emma Monreal.
Agradecimientos: Louis Vuitton.