En los últimos años, España se ha convertido en uno de los destinos favoritos para miles de extranjeros que buscan algo más que sol y playa. Muchos de ellos llegan atraídos por el clima, la comida o el estilo de vida relajado, pero acaban encontrando algo que va mucho más allá: una forma de vivir que, para muchos, representa un contraste radical con sus países de origen.
Nick Rohaidy es uno de ellos. Estadounidense, joven, profesional del sector tecnológico, decidió mudarse a Barcelona hace dos años, inicialmente por amor, pero lo que comenzó como un cambio personal acabó transformándose en una decisión de vida. Hoy, Nick no solo vive y trabaja en la capital catalana, sino que defiende con pasión las virtudes de su nuevo hogar, especialmente en comparación con la realidad que dejó atrás en Estados Unidos.
En una amable conversación con La Vanguardia, Nick explica que aquí, en España, la vida es mucho más social que en Estados Unidos, pues la gente está en la calle hasta altas horas de la madrugada, las terrazas están siempre llenas, y la gente parece más feliz. “Aquí las edades se mezclan. Fui a unas fiestas en un pueblo de La Rioja y a la una de la madrugada había abuelos y niños bailando juntos. Eso en EE.UU. es impensable”, explica.
Nick ha visitado muchos lugares, pero España es el país que lo ha enamorado
Mis hermanos viven con el miedo constante de que, cualquier día, un tiroteo en el colegio les arrebate a sus hijos
Además, con respecto a la inseguridad, Nick asegura que su percepción es que la gente vive con menos ansiedad, probablemente porque no están constantemente preocupados porque un tiroteo los asalte cuando van a hacer la compra o porque sus hijos no lleguen bien a casa después de la escuela: “Mis hermanos viven con el miedo constante de que, cualquier día, un tiroteo en el colegio les arrebate a sus hijos. Y eso es algo con lo que yo ya no quiero vivir”, sostiene.
Por eso, el estadounidense considera que Barcelona es, sin duda, una ciudad mucho más segura que la gran mayoría en Estados Unidos, pues aunque afirma que tiene un gran problema con los carteristas, explica que la preocupación es menor que cuando estás todo el día preocupándote porque pueda haber un tiroteo: “En Barcelona solo tengo que preocuparme de los carteristas, mientras que en EE. UU. puede haber un tiroteo en cualquier lugar. La vida aquí es mucho más segura y tranquila”, asegura.
He bajado mi sueldo bastante para mudarme aquí, pero no me arrepiento. El estilo de vida lo compensa todo
Asimismo, Nick explica que, aunque aquí cobra menos, pues su sueldo es acorde a la oficina europea por la que está contratado, lo hace encantado, ya que aquí se vive mucho mejor en todos los sentidos. Especialmente porque vive sin el miedo de pensar que se puede arruinar si se pone malo y tiene que ir al hospital:
“Yo fui al hospital el otro día aquí en Barcelona, me quedé toda la noche. Y al final, cuando me dieron el informe, pregunté: ‘¿Dónde se paga?’ Y se reía el chico. Y yo digo: ‘¿Qué?’ Claro, no tengo que pagar. Cosas así son las que hacen que no quiera irme nunca de aquí”, explica.
El estadounidense cree que en España la gente es más feliz, o al menos eso parece
Aunque Nick es consciente de toda la polémica que rodea a los expats y la entiende, pues cree que muchos sí contribuyen a encarecer los precios, él no se siente así, ya que intenta integrarse como uno más cada día: aprendiendo catalán, compartiendo piso y comprando en tiendas locales. Por eso, aunque aún no ha logrado adaptarse a los horarios de las comidas y las cenas, la pasión con la que habla de España denota que ha encontrado su lugar, y este es el país en el que quiere formar una familia en el futuro.

