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Matthew McConaughey, fin a seis años de retiro: “Los últimos años me dediqué a escribir”

Entrevista

El actor texano vuelve a la gran pantalla con 'Laberinto en llamas', de Paul Greengrass, una historia de heroísmo en la que también actúa su hijo, Levi Alves

Matthew McConaughey  con su esposa Camila Alves en la estrena de la película en Londres

Scott A Garfitt / Ap-LaPresse

Tras estrenar en 2019 The Gentlemen, la divertida película de gángsters de Guy Ritchie, desapareció por completo de las carteleras. Aunque siguió siendo noticia por otras cosas, el ganador de un Oscar de 55 años se recluyó en su mansión de Austin, Texas, con su esposa brasileña Camila Alves y sus tres hijos, para disfrutar de su bien ganada fortuna de 160 millones de dólares, amasada gracias a una prolija carrera de más de 30 años, a su asociación con varias marcas y a una astuta estrategia como inversor. 

Pues bien, Matthew McConaughey está de regreso como actor. Si bien los asistentes al prestigioso festival SXSW, en su ciudad natal, pudieron ver antes The Rivals of Amziah King, un filme independiente de Andrew Patterson que aún no ha encontrado distribuidor, que su retorno oficial con la película Laberinto en llamas, de Paul Greengrass. El filme, que puede verse ya en Apple TV +, retrata el devastador incendio que destruyó la ciudad de Paradise en California, a través del viaje de su protagonista, el conductor de un autobús escolar, que junto a una maestra (América Ferrera) intenta poner a salvo a 22 niños.

Pues bien, Matthew McConaughey está de regreso como actor en el 'Laberinto en llamas'

Lleva 6 años sin protagonizar una película. ¿Por qué eligió regresar con 'Laberinto en llamas'?

Yo siempre quise trabajar con Paul Greengrass pero nunca recibí una llamada suya, y por eso cuando me llamó, no me pude resistir. Me gusta la manera en que maneja la acción a gran escala sin olvidarse del conflicto dramático de sus personajes. Leí su guion y pensé que era algo que valía la pena ver y, por supuesto, también hacer, aun si no hubiese sido una historia real. Y cuando me enteré de que estaba basado en hechos reales qeu pasaron, hizo que de verdad quisiera ser parte de la película. Como actor, esa conexión con la realidad me ayuda a contar la historia. Es una película que no  teme a mostrar el horror, el dolor y la pérdida, pero a la vez, elige contar lo que pasa a través de dos personajes, el conductor de un autobús y una maestra, el papel que interpreta América Ferrera. Ninguno de los dos se despertó ese día pensando que les iba a tocar tener un gesto heroico. En absoluto. Kevin, el hombre que interpreto, se ha pasado toda su vida evitando esforzarse. Él de pronto recibe su merecido, porque se da cuenta que no ha hecho nada trascendental en su vida. Y, sin embargo, ese día toma la decisión de tratar de salvar a su madre y a su hijo, que es sin duda lo más arriesgado que ha hecho en toda su vida. Además, el mismo día, recibe el encargo de salvar a una veintena de niños. Lo cierto es que a mí me gustan las historias sobre gente que no está muy conectada con la sociedad, y de quienes no te esperarías que tuviesen un gesto heroico, pero que cuando se enfrentan a determinadas circunstancias toman una decisión que no solo es la correcta, sino que termina reencauzando sus vidas.

Levi Alves McConaughey y Matthew McConaughey , ambos trabajan en la misma película

Olivia Wong

¿Qué le llevó a tomarse un descanso tan largo?

La verdad es que me dediqué a escribir. Siempre lo he hecho, aunque nunca me consideré un escritor. Pero me atreví a usar ese tiempo para tratar de concentrarme en la escritura, para ver si podía volcar mis pensamientos en un libro. Escribir es una nueva forma de crear personajes para mí. Lo cierto es que reaccioné frente a diferentes acontecimientos que tuvieron lugar en estos últimos seis años, y me pregunté qué es lo que hubiese hecho yo si hubiese estado en Uvalde cuando pasó lo del tiroteo en la escuela, y me cuestioné si podía haber ayudado en algo. Han sido años muy creativos. Siento que me convertí en escritor, además, disfruté mucho de la paternidad, una prioridad para mi. No consideré ese tiempo como vacaciones, sino de creación. Además, me sirven como inspiración en mi trabajo como actor.  A veces te lleva tiempo  decidir cómo quieres vivir tu vida,  porque sabes que eso te dará una nueva perspectiva en tu profesión de actor. Eso sí, debo admitir que cuando interpreté a Kevin en Laberinto en llamas,  recordé  cuánto disfruto actuando. No es que me hubiese olvidado, pero de verdad me di cuenta que me la paso muy bien, por más duro que sea. Pero trabajar en la construcción de un personaje, y hacerlo junto a otros para crear una historia, es maravilloso. 

Luego terminas el proyecto y cuando lo ves, sientes que has hecho una buena película. Eso es algo que te hace sentir muy bien”

Ha trabajado con su madre y con su hijo en esta película...

Nunca pensé que mi hijo tuviera interés en hacer lo mismo que su padre. Lo cierto es que cada vez que voy a hacer una película, de alguna manera se la propongo a mi familia, les cuento de qué va, hablamos sobre el tema. Y cuando les dije que mi personaje, Kevin, tenía un hijo, Levi me preguntó qué edad tenía. Yo le respondí que tenía la suya y entonces él quiso saber si ya habían contratado a alguien para ese papel. Cuando le dije que no, me preguntó si podía hacer una prueba. No le dije más nada, pero durante toda esa semana me volvió loco. Se colgaba de mi manga y me preguntaba, una y otra vez, si podía probar. Finalmente, le dije que sí, pero antes tuve una conversación muy seria sobre lo que es la actuación y lo que no es. Le expliqué que actuar no era para presumir, ni para modelar, sino para imitar a la humanidad. Le dije que tenía que poner toda su alma y ser muy serio en el trabajo. Así y todo, me dijo que quería hacer una prueba y me propuso que leyéramos una escena. Yo le dije que primero tenía que estudiarse el guion, me respondió que ya lo había hecho. Filmamos un par de escenas con mi móvil y le salió muy bien, hasta me siguió cuando yo improvisaba. Le mandé el vídeo a la directora de reparto con una nota que decía que tal vez se merecía una segunda prueba. Y ella me respondió de inmediato, contándome que le había gustado y que se lo iba a enviar a Paul Greengrass. Le pedí que no le dijese que era mi hijo, porque no me interesaba que Levi pensase que su apellido había tenido algo que ver si es que le elegían. Y cuando Paul lo vio, dijo: “este es nuestro niño”. Y entonces ella le dijo que era el hijo de Matthew. 

Este hombre termina ayudando a los demás. ¿Hubo un momento que recuerde en que usted también lo hizo?

Sí, claro, sobre todo en lo que tiene que ver con mis hijos, que hoy son adolescentes. Siempre pensé que había dos caminos en la paternidad, uno en el que les guías como padre y otro en el que luego te conviertes en su amigo. Sin embargo, he descubierto que hay un tercero, un puente en el que te conviertes en un hermano mayor. Aunque les sigo guiando como padre, hay momentos en que termino escuchándoles cuando me cuentan algo que les preocupa, y que en lugar de tratar de enseñarles algo, opto por ponerles un brazo en su espalda y decirles que a mí también me ha pasado, y contarles algo que me ocurrió cuando yo tenía esa misma edad. Eso les ayuda a comprender que  el mundo no gira alrededor de ellos y que no son los únicos que tienen ese problema. Con el paso de los años nos vamos dando cuenta que todos los problemas que tenemos son universales, o alguien los ha tenido, por más que cambien los tiempos. A ellos les ayuda darse cuenta de que lo que les ha pasado ya lo he vivido, y también su madre. Les quita un poco de presión, la que les generan las redes sociales y todas esas cosas con las que yo no me crié. La posición del hermano mayor me ha servido mucho para poder ayudar a mis hijos a sentirse mejor.

Matthew McConaughey, America Ferrera y Paul Greengrass posan juntos en el Toronto International Film Festival

GABRIEL HUTCHINSON

¿Y con su madre?

Con respecto a mi madre, el proceso fue distinto. Paul me preguntó si tenía alguna sugerencia sobre quién la podría interpretar. Le di un par de nombres, y fue él quien me dijo que también podría ser mi madre. Le respondí que tal vez no fuese una buena idea porque ella tiene 92 y, aunque tuvo alguna experiencia como actriz, no estaba muy bien porque se había caído en casa de mi hermano e iba en silla de ruedas. A Paul le pareció bien, pero yo le pedí que primero la viese. Llamé a mi madre, le pedí que me mandara un vídeo de un minuto en el que explicara por qué disfruta de ser mamá. Ella me devolvió uno de 8 minutos. Se lo mostré a Paul y la contrató sin dudar, así de simple. Cuando me quise dar cuenta, ella estaba viajando y al poco tiempo estaba con mi hijo y con mi madre haciendo una escena en el set. Nunca pensé que pudiera pasar. Me sentí muy honrado de ser un puente entre esas dos generaciones. Nunca me olvidaré de la experiencia.

¿Qué aprendió de los incendios a partir de haber hecho esta película?

Que la batalla con la madre naturaleza, más allá de lo que puedas planificar, no es una batalla de igual a igual. Creo que la película habla de cuál es nuestra relación como humanidad con ella, la coexistencia, porque todavía nos falta lograr un equilibrio. De todos modos hay decisiones que se pueden tomar para mejorar esa relación.

Que la batalla con la madre naturaleza, más allá de lo que puedas planificar, no es una batalla de igual a igual”

¿Qué recuerda de sus viajes en el autobús escolar cuando era niño?

Me acuerdo de que cuando estaba en sexto grado había cuatro muchachos, dos años mayores que yo, que se burlaban de mí, y lo hacían en cada viaje en el autobús con el que me llevaban a casa. Pero un día, cuando llegué, tenía un ojo morado y mi hermano me preguntó qué había pasado. Le respondí que no era nada, pero como insistió le conté que Scott y sus amigos me habían pegado. Él no me dijo nada más. Al día siguiente volvieron a hacerme la vida imposible. Y de pronto, veo que el conductor del autobús se detiene al lado de la carretera, y allí estaba mi hermano,  se bajó de su auto, quiso subir al autobús y el chéfer le dijo que no está permitido. Mi hermano le respondió que si él no podía controlar a los chavales en su autobús, lo iba a a hacer él. Subió, se acercó y les preguntó a los bravucones quienes eran los que me estaban molestando. Yo me di vuelta y les miré. No te voy a contar lo que les dijo, pero después de eso, no me volvieron a molestar mas.