Blanca Suárez ha regresado a la gran pantalla con un nuevo thriller psicológico, Parecido a un asesinato. Tras su presentación en el Festival de San Sebastián, la cinta, dirigida por Antonio Hernández y basada en la novela homónima de Juan Bolea, se estrenó en todos los cines del país el pasado vienes 3 de octubre.
La intérprete madrileña encabeza un reparto en el que también figuran Eduardo Noriega, Tamar Novas, Claudia Mora, Marian Álvarez, Joaquín Climent y Raúl Prieto, entre otros. Con motivo del estreno, la actriz, que además está a punto de presentar la segunda temporada de Respira en Netflix, ha concedido una entrevista en El sentido de la birra, el pódcast semanal que presenta Ricardo Moya.
Durante la charla con el presentador, Suárez quiso compartir una reflexión sobre los límites que pone entre el trabajo y su vida privada, asegurando que para ella es fundamental separar completamente lo personal de lo profesional para su bienestar físico y emocional. ''He llegado a la conclusión de que he adquirido una capacidad supersónica de disociación mental'', comenzaba diciendo.
Tal y como explicaba, uno de los momentos clave para poner en marcha esta disociación mental es cuando acude a su camerino tras una larga jornada de rodaje. ''Hay algo en el momento en el que yo de repente voy al camerino, me quito la ropa de mi personaje y me pongo mi ropa'', aseguraba, dando a entender que es en ese entonces cuando decide poner en pausa, hasta el día siguiente, la maquinaria de trabajo.
Presentación de 'Parecido a un asesinato'
Eso sí, la actriz reconocía que muchas veces es inevitable marcharse a casa ''fustigándote''. ''Y te cagas en todo y en todos. Es frustración de cosas más técnicas'', afirmaba. Por esta razón, la intérprete de Las chicas del cable confesaba que tiene un mecanismo de defensa para estos casos.
''Intento tener dos vidas. Me gusta mucho llegar a mi casa y estar mi casa. Y es inevitable hablar con tu pareja, con tus amigos o con quien sea de qué te ha pasado en el día, pero hay que intentar que no se convierte en un monotema porque entre las horas que estás en el rodaje y si encima llegas a casa y sigues con la matraca, es muy heavy'', concluía.

