Durante décadas, la idea de la espiritualidad ha sido entendida como algo reservado a templos, silencios o rituales tradicionales. Sin embargo, para muchas figuras públicas, esa búsqueda interior ha acabado convirtiéndose en una herramienta práctica para resistir la presión y mantener cierta calma en medio del ruido mediático.
En el caso de algunos artistas, la conexión con esa dimensión personal ha pasado de ser una curiosidad privada a una parte esencial de su discurso público. En ese punto se sitúa Madonna, que ha decidido abordar su vida espiritual desde una mirada más abierta y reflexiva en una entrevista reciente.
Sentido de la vida
Su búsqueda interior es una forma de equilibrio frente a la presión pública
La cantante ha participado en el pódcast On Purpose, su primera entrevista en este formato, en la que aborda su relación con la espiritualidad y cómo esta ha moldeado su vida y su éxito. En el diálogo con Shetty, la artista explica que “hay que ser espiritual para tener éxito. El éxito es tener una vida espiritual, sin más”. La artista, que empezó a estudiar la Cábala en 1996, subrayó que esa búsqueda fue importante en momentos decisivos de su carrera.
Madonna convierte la aceptación de su diferencia en una fuente de fuerza personal
En otro tramo de la charla, Madonna reflexionó sobre la conexión entre propósito personal y servicio a los demás. Según explicó en el pódcast, “lo único que realmente te hace tener éxito en la vida es preguntarte qué has hecho por los demás”. A partir de esa idea, añadió una reflexión que repite con frecuencia: “Mi propósito vital es revelar luz en el mundo con todo lo que hago”.
Durante el episodio, también participó su maestro de Cábala, Eitan Yardeni, con quien presentará un nuevo curso titulado Los estudios místicos del Zohar. En ese contexto, Madonna admitió que durante años fue “esclava o víctima de las opiniones que otros tenían sobre mí”, una frase que pronunció al recordar los momentos en los que la presión pública condicionó su forma de vivir.
Con el paso del tiempo, dijo haber aceptado su singularidad como una forma de salvación: “He aceptado que no encajo, y no encajar es lo que te salva”. En esa misma línea, insistió en que la sabiduría espiritual no sirve solo cuando todo va bien, sino sobre todo “cuando te enfrentas a dificultades o cuando eres feliz”, porque “en cualquier momento todo puede desaparecer, así que no hay que dar nada por hecho”.

