Los procesos de ruptura sentimental suelen marcar un punto de inflexión que obliga a redefinir las prioridades personales y el modo de afrontar la vida. En el mundo del espectáculo, donde cada paso se examina con lupa, ese tipo de transformaciones se amplifican.
Muchas figuras públicas, al pasar por separaciones mediáticas, aprovechan ese cambio como impulso para reencontrarse con su propio equilibrio. Esa búsqueda de estabilidad, entre proyectos profesionales y las emociones expuestas, ha sido también el camino de Jennifer López, que en el último año ha descrito su divorcio de Ben Affleck como una experiencia determinante.
Divorcio sonado
Jennifer López encuentra en su ruptura una oportunidad para reinventarse
Durante una entrevista emitida en CBS Sunday Morning, la cantante y actriz explicó que “ha sido lo mejor que me ha pasado, porque me cambió. Me ayudó a crecer de una manera en la que necesitaba crecer”.
López, de 56 años, habló de un proceso que no solo supuso el final de un matrimonio, sino una etapa de aprendizaje personal. Afirmó que se siente distinta, más consciente de sí misma y en paz con las decisiones tomadas tras la ruptura.
La expareja posó sonriente recientemente a pesar de haberse divorciado
La artista contó que el rodaje de El beso de la mujer araña, cinta producida por Affleck, coincidió con ese periodo de cambio. Según relató en la misma conversación, “fue una época difícil. Cada día de rodaje era una alegría, y al volver a casa todo era complicado. Tenía que reconciliar esas dos realidades”. Pese a la tensión de entonces, explicó que logró sobreponerse y encontrar en su trabajo un refugio que la ayudó a mantener el equilibrio.
En esa misma entrevista, López insistió en que el divorcio le permitió mirarse con más claridad y comprender lo que realmente le hace feliz. “Soy una persona distinta a la de hace un año”, dijo, convencida de que aquella separación impulsó un crecimiento que llevaba tiempo necesitando. Además, aseguró que los meses posteriores le devolvieron la ilusión por disfrutar de lo cotidiano y por valorar los momentos sencillos sin exigirse tanto como antes.
La intérprete de El Anillo resumió su situación actual con optimismo: “Estoy en un lugar muy bueno. Aprendí que la alegría está en vivir y en aceptar todo lo que la vida te trae”. Con esa visión serena, Jennifer López ha convertido uno de los momentos más duros de su vida en el motor de una nueva etapa personal y profesional.

