Jota Arriola, baterista uruguayo, sobre su ritual secreto antes de tocar: “Hacer más de 100 flexiones me pone en modo máximo rendimiento”
RITUAL PREVIO
Entre flexiones, sudor y concentración, Jota Arriola desvela cómo prepara cuerpo y mente para mantener la energía y el ritmo implacable de Serial Killerz en cada concierto
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Jota Arriola, baterista uruguayo, sobre la intensidad que requiere cada concierto: “Hago más de 100 flexiones antes de cada show y pierdo hasta 2 kilos durante la actuación”
Para muchos artistas, la preparación antes de un concierto es tan importante como la actuación misma. Cada músico tiene sus rituales, sus técnicas para centrar la mente y activar el cuerpo. En el caso de Jota Arriola, baterista uruguayo de Serial Killerz, lo que podría parecer un simple calentamiento físico se convierte en una auténtica maquinaria de energía y concentración. Su rutina no sigue lo habitual: sorprende por intensidad, constancia y enfoque.
Con más de 30 discos grabados a lo largo de su carrera y casi cuatro décadas de vida, Arriola ha desarrollado un método propio que combina ejercicio físico, concentración mental y rituales de conexión personal. Cada show combina precisión musical y una preparación integral que le permite darlo todo desde el primer minuto.
Preparación: más allá del escenario
Una rutina que marca la diferencia
Antes de cada concierto, Jota realiza más de 100 flexiones, un ritual que comenzó casi por accidente y que pronto se volvió indispensable. “Empecé a hacer flexiones para calentar el cuerpo y despejar la cabeza, pero pronto me di cuenta de que me ayudaba a entrar en el estado de máxima energía que necesito sobre el escenario”, explica. Durante los conciertos, la intensidad es tal que puede llegar a perder hasta 2 kilos. Para él, cada flexión es gasolina que lo impulsa a conectarse plenamente con la banda y el público.
La preparación física no es un complemento, es central. “Le doy muchísima importancia, tanto física como mental. Un buen calentamiento prepara el cuerpo y ayuda a prevenir lesiones, pero también es clave para centrarme y entrar en el estado correcto de concentración y energía”, asegura.
“Hago más de 100 flexiones antes de cada show y pierdo hasta 2 kilos durante la actuación”
Rituales que conectan cuerpo y mente
“Es un momento de concentración y conexión conmigo mismo que me ayuda a entrar en 'modo concierto'”
Jota combina un calentamiento físico con un ritual mental que le permite entrar en “modo concierto”. Cinco minutos de silencio, respiración profunda y gratitud le ayudan a concentrarse, alinear su energía y salir al escenario con la intensidad que caracteriza a Serial Killerz. Esta preparación varía ligeramente según el tipo de concierto, la logística o el tamaño del escenario, pero su estilo y energía permanecen intactos.
La disciplina incluye gimnasio, práctica regular de batería y alimentación equilibrada. Durante giras intensas, con tres conciertos en tres días en diferentes ciudades o países, esta preparación es imprescindible. Mantener cuerpo y mente en condiciones óptimas es la clave para ofrecer un show consistente y potente, noche tras noche.
Después del show: gestionar la intensidad
“No es fácil controlar esa energía tan intensa que se genera sobre el escenario y que a veces la gente no entiende”
Al terminar cada actuación, Jota necesita bajar el ritmo de adrenalina para interactuar con el público, firmar autógrafos y disfrutar del momento. “No es fácil controlar esa energía tan intensa que se genera sobre el escenario y que a veces la gente no entiende, pero con los años he aprendido a manejarla mejor y cada día me resulta más natural”, cuenta.
El desgaste físico es evidente, pero también lo es la satisfacción. Cada concierto es un ejercicio extremo de concentración, fuerza y pasión; cada público, una recompensa que valida todo el esfuerzo detrás del espectáculo.
En definitiva, para Jota Arriola, cada concierto es un ritual de entrega total. La disciplina física, los rituales mentales y la conexión con la música y el público forman un todo que trasciende la técnica: es pasión, preparación y compromiso.
Y aunque el desgaste sea extremo, Jota encuentra en cada show la motivación para seguir creciendo, para perfeccionarse y para disfrutar del vínculo único que se crea entre la banda y su audiencia. Esa intensidad que se ve sobre el escenario comienza mucho antes de que suenen los primeros golpes de batería.