El pueblo a dos horas de Madrid en el que sus 600 habitantes disfrutan de un museo al aire libre gracias a esta curiosa idea en las fachadas de los edificios

Arte urbano

Esta localidad cacereña no es la típica en la que pararías si la pasas por carretera, pero tiene un secreto que la hace ideal para la desconexión

Varios artistas extremeños llenaron el pueblo de arte lleno de escenas cotidianas.

Varios artistas extremeños llenaron el pueblo de arte lleno de escenas cotidianas.

Terceros

Un paseo por un pueblo siempre puede ser una gran idea para desconectar y liberar del estrés la mente. Dar una vuelta por sus calles, contemplar el paisaje, saludar a la gente… Cualquier escenario rural es bueno para la desconexión. Sin embargo, hay pueblos que esconden tesoros cuando menos curiosos entre sus rincones.

El viajero que conduce por Romangordo, no pasa de largo, pues la curiosidad le invitará a darse un paseo por el pueblo cacereño. La localidad, situada a tan solo dos horas de Madrid y próximo al Parque Nacional de Monfragüe, ha sabido convertir lo “imperfecto” en algo digno de ser admirado. Dicen que todo comenzó en 2016 con la puerta de un garaje que necesitaba un arreglo urgente, para lo que se optó por taparlo con una pintura. El resto, es historia.

Varios artistas extremeños llenaron el pueblo de arte lleno de escenas cotidianas.

Varios artistas extremeños llenaron el pueblo de arte lleno de escenas cotidianas.

Terceros

Ese rincón feo se transformó con una preciosa pintura, El rincón del burro, que representaría el inicio de la exposición permanente de arte urbano que ahora se ha convertido en todo un símbolo para Romangordo, que se ha colocado en el mapa gracias precisamente a esos maravillosos colores. Esa primera pintura trasladó la idea a otros garajes y fachadas de casas por todo el pueblo, llenando de color estos espacios que hicieron de los paseos toda una delicia.

Vecinos que, animados, veían como tres artistas extremeños, especializados en arte mural urbano - David “Chefo” Bravo Jesús Mateos Brea y Jonatan Carranza “Sojo”-, vistieron de trampantojos y escenas costumbristas todo el pueblo. 

El arte da a conocer escenas de la sociedad extremeña, desde campesinos segando y animales como los burros o cabras como los grandes protagonistas de muchas de estas obras a vecinos vendiendo sus productos o charlando. 

Más de 100 murales pintados en paredes y puertas, que rinden homenaje a la sociedad extremeña, los oficios tradicionales y los habitantes del propio pueblo de Romangordo, que también forma parte de la llamada ya “Ruta de los Trampantojos”, en la que aparecen otras como Plasencia, Navalmoral de la Mata, Coria, Moraleja, Talayuela o Torrejoncillo, entre otras.

Además, multitud de poemas escritos por grandes autores como Antonio Machado o Manuel Galán, extractos de libros o escritos reivindicativos sobre las necesidades de la España vaciada, que se pueden leer por las fachadas de muchas viviendas y que ya cuentan una gran historia que ha atraído ya a miles de turistas.

Varios artistas extremeños llenaron el pueblo de arte lleno de escenas cotidianas.

'El rincón del burro', la obra que dio el pistoletazo de salida al arte en Romangordo.

Terceros

Un paseo rural que tiene tal éxito que la Oficina de Turismo de la localidad tiene una ruta organizada a tal efecto para que todos los que se acerquen disfruten al máximo de la experiencia. Un lugar que, además, alberga la Casa de los Aromas, donde los visitantes pueden investigar los aromas a través de un taller de esencias.

El proyecto 'Fachadas con vida', impulsado por la Junta de Extremadura, se inició en 2015

El pueblo, además, cuenta con un Bien de Interés Cultural: el artesonado mudéjar que se encuentra en la iglesia de Santa Catalina, datada del siglo XIV y protagonista absoluta de la localidad.

El pueblo, además, cuenta con un Bien de Interés Cultural: el artesonado mudéjar que se encuentra en la iglesia de Santa Catalina, datada del siglo XIV y protagonista absoluta de la localidad.

En el caso de esta localidad extremeña, solo existe un bar abierto, aunque en el Centro Social sí se ofrecen raciones y bocadillos. Sin embargo, la población está apenas a unos 15 minutos de la cercana Almaraz, que sí cuenta con hoteles y restaurantes; o a 50 minutos de Plasencia o Cáceres.

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